capítulo 19 /parte 2/

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─¡Cierra la boca, Kyungsoo! ─Exclamé entre risas

─¡Es en serio! Lo juro... ─el sonido de una llamada entrando en mi celular lo interrumpió. 

Me levanté del sillón con rapidez y saqué el celular de mi bolsillo trasero. Era Yon, contesté. 

─¿Aló? 

─Hospital de la calle 13 ─susurró ella con la voz quebrada─. Ahora. 

─¿De qué hablas? ─Frunció el ceño, haciendo que Kyungsoo se levantara. 

─Te lo explico cuando llegues aquí ─colgó. 

Aún con el ceño fruncido, introduje el celular en su lugar. Sentí cómo mi corazón palpitaba con fuerza, a pocos segundos, ya sentía que quería salirse. Corrí hasta la puerta de entrada, y antes de salir miré a Kyungsoo. 

─Necesito irme ahora ─mi voz se escuchaba más débil de lo que esperaba─. Cuida a Sang, ¿sí? ─Él asintió sin decir nada. 

Abrí la puerta y salí de casa. No estaba consiente de la hora, pero el cielo estaba consumido en una penumbra. Corrí hasta un punto en el que pasaban muchos taxis. Comencé a hiperventilar cuando no veía ningún taxi. De golpe mi garganta se secó. ¿Qué estaba pasando? ¿Lay? 

Por fin, un taxi apareció. 

─Al hospital de la calle 13, por favor ─el hombre asintió y condujo. Aquél hospital no era lejano. 

Miré a través de la ventana con la respiración  entre cortada. Pasé mis manos temblorosas por mi cabello y respiré hondo. Todo estaba bien, sólo me encontraba exagerando las cosas. Mi mente no podía procesar nada, el no saber nada me estaba matando. Yon se escuchaba preocupada. 

─Llegamos ─comunicó el hombre. 

De mi pantalón saqué algunos billetes, ni siquiera vi de qué eran, sólo se los di y bajé con rapidez. 

─Quédese con el cambio ─le dije y corrí dentro del hospital. 

Abrí la puerta con miedo. Pude sentir toda la tensión y la tristeza con sólo oler el lugar... Odiaba los hospitales. Había personas llorando por todos lados, lo que me hizo preocuparme aún más. Tantas personas sufriendo, temía poder convertirme en una de ellas. Agité la cabeza, tratando de apartar cada mal pensamiento de mi mente. Sequé el sudor de mi frente con mi manga y me acerqué al escritorio de la recepcionista. 

─¿Zhang Yixing? ─La mujer me miró de arriba abajo y revisó la pantalla de la computadora que tenía frente a ella. 

─Habitación 18 ─dijo y siguió con lo suyo. 

Eso estaba en el primer piso. Mis piernas ya no querían responder a lo que demandaba mi cerebro, por lo que caminé rápido. Al final del corredor logré vislumbrar a Yon sentada con su cabeza entre sus manos. Mi corazón se volcó sólo con verla así, puesto que ya tenía en cuenta que algo no precisamente bueno, había pasado. Crucé los dedos en la espalda para que eso no pasara. 

─Yon ─susurré. Ella levantó la cabeza y con ojos llorosos corrió hasta mí. 

Se impactó contra mí, dándome un doloroso abrazo, el cual correspondí. Sollozó en mi hombro y suspiró con pesadez. Me separé de ella y la examiné. Su cabeza sangraba, al igual que sus manos. 

─¿Dónde está él? ─Agachó la cabeza─ ¡¿Yon, dónde está Lay?! ─La zarandeé, haciendo que las personas de alrededor posaran su mirada en mí. 

─Hanuel ─sollozó con fuerza y se aferró con fuerza a mí─. Fue un accidente. 

La alejé de mí y corrí hasta la puerta de la habitación 18. Suspiré y la abrí de golpe. Había médicos y enfermeras alrededor de Lay. Éste sangraba por todos lados, sus brazos y piernas tenían bultos extraños. 

De pronto, sentí como una de las enfermeras me sacaba de la habitación a empujones. 

─No puede estar aquí, señorita ─dijo cuando ya estaba fuera. 

Me dejé caer sobre el suelo sin saber qué hacer. Abracé mis rodillas con fuerza sintiendo mis ojos arder. Sollocé sin dejar salir ningún líquido de mis ojos. Una enorme punzada se apoderó de mi estómago. Fue como si un gran manto negro lleno de desesperación se apoderara de mí. Mi respiración se cortó, ya casi no llegaba aire a mis pulmones, por lo que me sentí aún peor que antes.

─¿Qué pasó? ─Susurré hacia Yon, la cual no dejaba de llorar. 

─Un ebrio se pasó el rojo y chocó contra el asiento del piloto ─decía mientras cubría su cara entre sus manos─. No pude hacer nada... Hanuel lo vi todo... Debí ayudar, debí hacer algo... ¡Soy una estúpida! ─Gritó y en un arranque de paranoia se golpeó el cráneo con las manos. 

Me levanté del suelo de un salto y fui hasta ella, aparté sus manos de su cráneo y la rodeé con mis brazos. 

─No pienses eso ─susurré─. No te pongas histérica, Yon. Él es demasiado egocéntrico como para dejarse caer por un ebrio. Estará bien, ya lo verás ─le dije, sin poder creer ni una palabra de lo que salía de mi boca. La llevé a que se sentara. 

Aún no sabía concretamente lo que pasaba, por lo que la presión no llegaba por completo a mí. Sabía que él era demasiado fuerte como para dejarse vencer por algo como eso, él no podía terminar mal, tenía un hijo y una esposa, contaba con una familia increíble. Ellos lo necesitarían... Yo lo necesitaría.

Regresé de nuevo a la puerta y pegué la frente en ésta. Le dejé todas mis mejores esperanzas. 

¿Ha? 

No molestes ahora. 

Él estará bien. 

¡Júramelo! Dime que sabes que él estará bien... Porque si no lo sabes, entonces no me digas nada. 

─¡LAY! ─Grité a todo pulmón aún con la frente sobre la puerta─ ¡LAY! ─Pataleé con todas mis fuerzas, intentando hacer algo que sabía no lograría─ ¡LAY! ¡POR FAVOR! ─Supliqué colocando mi corazón entre mis manos.

─Hanuel cálmate... ─susurró Yon levantándose─ Hanuel ─se acercó─. Ha, ¿recuerdas lo que dijiste hace unos minutos? Él estará bien, ya lo verás. 

Por favor, Lay. No nos dejes ahora... No ahora que te necesito. No quiero perderte a ti también. Eres de las pocas cosas que valen la pena en mi vida, por favor no te vayas hoy. 

Cerré mis ojos y dejé que las lágrimas resbalaran por mi mejilla. 

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Oye no. Qué triste, ¿alguien se espera lo que pasará? 

Me gustaría saber si esperaban que esto pasara, porque este momento llevo pensándolo desde antes de empezar la historia. 

Se les quiere, 

-b.d. 

moonlight. →park chanyeol [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now