Rachel
Tony estaba en la puerta, con Mani en sus brazos. —Te traje un regalo.
Aplaudo y la tomo en mis brazos. Pesa un poco pero está bien. Para ser una persona que no le gustan los bebés, me está gustando mucho Mani. Es adorable.
— ¿Cómo te fue en la escuela? —Le pregunto.
Tony se encoje de hombros. —Normal, tuve que responder una pregunta en clase.
Mani comienza a jugar con mi cabello. —Tony, ¿Confías en mí?
Mira a Mani. —Sí.
—Bien. —Me siento a su lado—. ¿Por qué tienes pánico escénico?
Tony ríe. —Es otra cosa. —Baja sus hombros—. Rachel, por favor, no se lo digas a nadie.
—Lo prometo.
Lame sus labios. —Siempre he sido así. Tengo miedo de las personas, desde que era pequeño, me sentaba solo en una esquina mientras que todos jugaban. —Comienza a relatar—. Mis papás pensaron que era un problema normal, como el chico tímido que eventualmente consigue salir de eso. —Toma la manita de Mani y juega con ella—. Jamás he podido hacerlo, siempre bajo los ojos para no ver a nadie, no me gusta que pregunten cosas de mí, no me gusta hablar por teléfono, no me gusta hablar en general. —Pienso en nuestras conversaciones al principio del año y como algunas veces parecía incomodo—. Y tengo que tranquilizarme porque si no, tengo ataques.
— ¿Ataque? —Mani levanta su carita hacia mí cuando le pregunto a su hermano.
Tony asiente con tristeza en sus ojos. —No sé qué me pasa, pero me falta el aire y me dan ganas de vomitar. Suele pasar siempre que tengo que hablar frente a un público o alguien que me intimida.
Me quedo callada porque no sé qué responder a todo eso.
—Me asustan las personas. —Repite para sí mismo—. ¿Qué tan patético es eso?
Estiro la mano y aprieto la suya. —Ya te dije que no lo eres, todos lidiamos con algo.
Me señala. —Tú no, tienes todo en control.
Si supiera. —No es cierto.
Se deja caer en el sofá y Mani le extiende los brazos para que la tome. La suelto y se acerca a su hermano, ella lo abraza y cierra sus ojos. — ¿Ves? Incluso Mani es tu admiradora.
Tony sonríe y levanta su ceja. — ¿Eres mi admiradora?
—Oh, sí. —Me acuesto un poco para quedar con él—. Soy tu más grande admiradora, tengo posters tuyos en mi habitación.
Tony ríe. Gira su cabeza y nuestras caras están muy cerca.
Si me acerco un poco, podría tomar riesgos.
Podría volver a sentir. Podría tomarme las cosas enserio.
Podría hacerlo diferente.
Pero también podría arruinar todo con Tony.
No quiero eso.
Giro mi rostro y cierro mis ojos. —Eres mi mejor amigo. —Las palabras duelen un poco—. Terry y tú son mis mejores amigos.
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Rachel, Tony & Terry
Teen Fiction¿Cuánto dura una mentira? Rachel decidió dejar de ser "Rachel, la rubia" para ser la chica que realmente es. Enojada, brutalmente honesta y sola por elección. Rachel no está deprimida, solo quiere que dejen de sentirle lástima. Tony odia que lo mir...