capítulo 1

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Después de ese gran día el pequeño Harry no volvió a ser el mismo, ya no era aquel niño dulce y tierno sino que ahora era frío y arrogante, escondiendo todos sus miedos detrás de una máscara que te hacía plantearte si en realidad era un Niño.
Como era de esperarse, después de huir de su casa el rizado llegó a un orfanato donde le dieron educación y herramientas para el día de mañana afrontarse a la vida, también tuvo que asistir con un psicólogo por mucho tiempo ya que no hablaba al punto de creer que el niño era autista, pero cuando hablaba era grosero con las demás personas. Por su actitud lo cambiaron muchísimas veces de orfanato, lo mandaron a casas hogar, hasta con familias de acogida pero en ningún lado lo soportaban. Después de eso comenzó a hacerse tatuajes, muchos tatuajes, cada uno con un significado diferente y hechos exclusivamente para el, también se hizo algunas perforaciones en la ceja, el labio y la lengua... Si un día le preguntabas que era lo que más le gustaba de él podía
a) mandarte a la mierda y
b) responderte que sus tatuajes y luego mandarte a la mierda.
Cuando Harry cumplió la edad de 16 años decidió irse de la casa donde vivía, estaba harto de que lo tratarán como si estuviera demente y sólo quisieran controlarlo, consiguió un departamento no muy costoso y comenzó a trabajar como mesero, la verdad es que le gustaba mucho estudiar pero tuvo que olvidarse de eso por 2 años hasta que pudo tener una vida económicamente estable, sin lujos pero al menos tenía comida y un techo así que decidió entrar de nuevo a la escuela sin esperar que un par de ojos azules y una sonrisa amable lograrán derribar todos esos muros que tantas noches de lágrimas y lamentos le había costado construir.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA||Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora