3 de Agosto del 2015
Libros dispersos en la habitación junto al aroma del café bañando el ambiente.
El pelinegro miró hacia el exterior totalmente absorto en el paisaje frente a sus ojos turquesas. El cielo estaba completamente cubierto de nubes ocultando cualquier rastro de luz, las gotas de lluvia caían sin cesar y el viento movía las ramas de los arboles con fuerza.
Llevó un cigarrillo a sus labios y rebuscó entre su lio personal un encendedor, sus manos movieron algunos objetos de la mesita de café antes de que lo hallara y encendiera aquel adictivo tubito de tabaco que tanto disfrutaba e iba consumiendo su vida poco a poco.
Aspiró de este antes de lanzar una bocanada de humo al aire.
Sus dedos arrastraron una hoja del libro delante de sus ojos distraídamente mientras continuaba con la lectura. Aunque realmente había dejado de interesarle hace más de veinte minutos cuando su mente viajo a otro lado.
El sonido de la lluvia golpeando contra los cristales de las ventanas era su compañía en esta tarde tan gris. Volvió a llevarse el cigarrillo a sus labios tres veces más antes de apagarlo en el cenicero a su lado.
Finalmente desistió lanzando la joya literaria a un costado del sillón y colocándose de pie para ir en busca de algo para comer.
Arrastró su cuerpo desanimadamente hasta la cocina abriendo el refrigerador, no había mucho que digamos, pero por lo menos tenía los ingredientes necesarios para prepararse un aperitivo rápido. Los tomó antes de cerrar el electrodoméstico dedicándose a cocinar.
El departamento estaba vacío y silencioso, como de costumbre.
El piso en el cual vivía desde hace cinco años era inmenso además de bastante moderno, lo cual era bastante incomodo teniendo en cuenta que vivía solo, a pesar de que no siempre había sido de esta forma.
Llevaba mucho tiempo limpiarlo y su trabajo en la tienda de tatuajes le ocupaba todo el día. Había momentos en que las sesiones se volvían tan tediosas que volvía a casa pasada la media noche, era más que obvio que no tenía tiempo para dedicarse a este. No le había quedado más opción que contratar a una mucama que venía tres veces por semana dejándolo en excelentes condiciones.
El clima estaba horrible y desde que se había levantado estuvo todo el día tratando de distraerse con alguna cosa. Había leído libros, visto un poco de televisión, usó su computadora, su teléfono y hasta jugado con las consolas. Ya no sabía que más podía hacer para entretenerse. Y eran apenas las seis de la tarde.
Le dio un mordico al sándwich de tomate y queso regresando hacia el sofá lanzándose sobre este. Buscó el control remoto del plasma frente a él y lo encendió, la imagen de una periodista de cabello ondulado de uno de los noticiarios se reflejó en pantalla, estaban hablando sobre un robo a mano armada que hubo en uno de los bancos de la ciudad el viernes por la tarde.
Por lo visto tres hombres habían ingresado en el lugar exigiendo el dinero tomando de rehenes a todos los presentes, habían conseguido alrededor de tres millones de libras antes de que la policía los detuviera, pero uno de los criminales logro salir antes de que lo hallaran. Estaba libre y buscado por la justicia.
Brais se sintió interesado en algo por primera vez desde que había despertado esta mañana. Se relajó mientras continuaba comiendo, con toda su atención puesta en la televisión frente a él. La imagen de la grabación de los ladrones apuntando con sus armas a la pobre gente estaba en pantalla, pero los tres se encontraban encapuchados, no sería fácil encontrar al que les faltaba. A menos que sus compañeros confesaran.
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Delirio /Yaoi/ [Finalizada]
Historia CortaBrais Sommer es un chico de veintitrés años que la vida le ha jugado una mala pasada. Después de ser abandonado en un orfanato al nacer junto a su hermana Janey sentía que todo había comenzado con un mal paso. Al salir de este el destino les había...