Atravesaron el tumulto de gente antes de llegar a la entrada del bar, la mayoría de los invitados se encontraba disfrutando de la fiesta en el interior del lugar, por lo tanto ambos jóvenes podían presumir un poco de la privacidad que acababan de obtener.
Brais seguía sin comprender por qué estaba aquí, no entendía porque no se había resistido en el momento en que Aitor lo tomo de su mano dirigiéndolo hacia afuera, alejándolo de todo. Aunque una parte de él mismo estaba agradecida, prefería mil veces la paz que la brindaba el estar afuera antes que la música ensordecedora de Troya.
Caminaron hasta un pequeño cantero que decoraba el lugar y se depositaron sobre este en silencio. El azabache suspiro antes de colar una mano en su bolsillo sacando una cajetilla de cigarrillos, miro al pelirrubio y le ofreció uno, este negó agradecido. —No fumamos la misma marca. —Sacó sus propios cigarrillos de su disfraz y tomo uno llevándolo a sus labios. El contrario se quedó observándolo en silencio un instante antes de encogerse de hombros imitando su acción.
—Mierda. —Se quejó Brais palpando su ropa rápidamente. —Olvide mi encendedor.
Por supuesto que Aitor no perdió su oportunidad, acerco su cigarro ya encendido hacia el del otro joven, al instante la punta de este se volvió roja soltando humo a su paso. Los ojos turquesas del menor se abrieron de par en par ante esa acción, por un momento los recuerdos de su último encuentro aparecieron en su mente. El deseo de ser besado que aún no abandonaba su sistema. —G-gracias. —tartamudeó.
Una sonrisa se filtró en la boca del mayor, le dio una calada al tubito de nicotina antes de mirar perfectamente a Brais, lucia genial incluso con su disfraz de vampiro. Las luces de la ciudad le daban un tono diferente a sus ojos, sus tatuajes ocultos lo hacían lucir más misterioso de lo usual y el piercing de su labio manchado de sangre artificial era encantador. — ¿Tengo algo en la cara?—soltó molesto Brais cuando atrapo al contrario vigilándolo.
— ¿Además de la pintura blanca y la sangre falsa?—paso uno de sus dedos por la piel de su rostro manchándola de maquillaje a lo que el azabache sonrió.
Crispo una ceja. — ¿Y tú que se supone que eres?—se quedó observándolo pensativo. — Traes una máscara y un traje negro, mmh... ¿V de venganza? —Aitor soltó una risita.
El pelirrubio no dejaba de sentirse encantado con las ocurrencias y tonterías que soltaba Brais. —En realidad encontré esta mascara en un cofre de mi padre hace un tiempo y...pensé que podría servir. —mordió su labio. —se supone que soy un caballero enmascarado.
Brais rió al oír aquello dándole otra calada a su cigarro. — ¿Estas en busca de tu princesa?
—No sé si el término "princesa" sea el más adecuado. —Volvió a darle una calada a su cigarrillo. —Más bien, a mi príncipe.
Brais casi se traga el cigarrillo por aquel comentario, intento por todos los motivos no mirarlo, estaba confirmando que le iban los hombres, bueno una de sus sospechas fue correcta, pero eso no cambia el hecho de que se haya divertido a costa de él el otro día en su hogar.
—Entonces eres gay. —Soltó el azabache—Las chicas deben decirte "que desperdicio" o cosas así todo el tiempo.
Los ojos ámbar del contrario se iluminaron por un instante. — ¿Por qué?
—Porque eres atractivo. —El menor no podía creer que aquello salió de sus labios con tanta facilidad. Aquello formo una sonrisa en la boca del mayor, lo había atrapado en su propio juego. —No...lo que quiero decir es que...si eres atractivo pero...
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Delirio /Yaoi/ [Finalizada]
Historia CortaBrais Sommer es un chico de veintitrés años que la vida le ha jugado una mala pasada. Después de ser abandonado en un orfanato al nacer junto a su hermana Janey sentía que todo había comenzado con un mal paso. Al salir de este el destino les había...