Cap:3 : El comienzo.

85 10 11
                                    

Aún recuerdo esas épocas de mi infancia en las que era libre, libre para ser yo misma, libre para divertirme a raíz de mi inocencia con cualquier cosa que encontrara y con la que por medio de mi imaginación de niña, pudiese crear algo completamente nuevo y divertido. Aún recuerdo esos tiempos, algunos años antes de que Manny naciese, en los que mi vida era la de una niña normal, sin ninguna preocupación mas que jugar día y noche y esconderme de mis papás si es que por medio de mis juegos inocentes quebraba algún adorno de la casa.
Y también, recuerdo el día en que deje de ser la niña inocente que era.
Papá había decidido aprovechar el fin de semana en familia e ir a su lugar favorito, el lago.
Pocos lugares lo hacían irradiar tanta alegría y emoción como ese y la verdad yo lo amaba también, al ver el hermoso paisaje que se mostraba por medio de esas aguas celestes rodeadas de grandes y frondosos pinos sobre los cuales volaban las aves en completa armonía con el ambiente pacífico del lugar, creció en mi el deseo que luego sería incapaz de cumplirse, el deseo de descubrir más lugares así, el deseo de conocer, explorar el mundo, vivir una rodeada de aventuras y nuevas historias para contar.
Eso era lo que sentía cada vez que a papá se le ocurría escaparse en familia a su pequeño paraíso y esa vez no era la excepción, mis padres y to solíamos dar un recorrido por el lugar para observar y tomar muchas fotos que solíamos enviar junto a nuestras tarjetas de Navidad.
Papá solo tenía una regla y era desconectarse del resto del mundo al viajar al lago, por lo que solía dejar su teléfono en la cabaña.
Al volver a ella papá notó que la lucesita de su celular parpadeaba rápidamente (aquella que alerta en caso de un mensaje o llamada), asi que fué a revisar.
-Lucille?
-Dime.
- Has sabido algo de mi padre últimamente?
-No Brandon, porque lo preguntas?
-Tengo 6 llamadas perdidas de su número, iré a llamarlo, el nunca se toma tantas molestias y menos cuando sabe que vendremos al lago.
Pasaron unos minutos en los que vi como mi padre se movía de aquí a allá desesperado y sin saber que sucedía mi madre me tomó de la mano y me llevó al automóvil. Durante el viaje solo podía notar sus caras de prepcupación y al detener el auto observé que estábamos fuera del hospital.
-Mir, quedate a nuestro lado, vamos a ver a tu abuelo.
-Qué le paso a Babba mami?
- Tu tranquila Mir, todo va a salir bien.
Mientras caminábamos por los pasillos del hospital pude oír a mis padres hablando sobre un "infarto" no sabía lo que fuese pero sonaba grave. A los mins mis padres entraron a ver a Babba y yo me quedé sentada afuera de la sala esperando a que fuera mi turno de entrar; sin embargo, no pude evitar desviar mi atención a una de las sala que ahí se encontraba; en ella había un hombre ya mayor de apariencia cansada y totalmente solo, en mi mente de niña no encontraba motivos del porqué estaba asi, asi que me decidí a entrar, al verlo de cerca solo pude notar que su apariencia era peor de lo que creí, tenía unas enormes ojeras y su rostro mostraba debilidad y sufrimiento. Me acerqué a su cama y lo contemplé, para mi sorpresa pareció notar mi presencia y despertó, me miró fijamente y sonrió cansadamente.
- No deberías estar aquí niña.
- Vengo a ver a mi abuelo pero quería saber por qué estabas tan solo.
Al oírme decir eso esbozó una ligera sonrisa y dijo: nunca estoy solo.
Entonces tomó mi mano y de pronto su rostro comenzó a cambiar a una cara de miedo.
Niña, no sabes lo que te espera, eres justo como yo.
Al decir esto la máquina que monitoreaba sus latidos se aceleró y el anciano comenzó a convulsionar...rápidamente las enfermeras se acercaron a la habitación y mi madre preocupada me sacó de allí.
Luego de ello escuché a las enfermeras hablar de que había muerto y que desafortunadamente no tenía a nadie con él.
- De todas formas era un hombre extraño y solitario, la gente que vivía cerca de él decía que sufría de alucinaciónes. Dijo la enfermera.
Al acabar la visita partimos a casa, pasamos antes a comprar algo de comer y al llegar a casa fuí a dormir.
De la nada un ruido en mi habitación me despertó pero al abrir los ojos no pude ver nada, volví a tratar de dormir pero esta vez el ruido fué más fuerte, con miedo abrí los ojos y lo observé, era el mismo monstruo que años después mataría a toda mi familia...
Ese fue el día en que perdí mi libertad y que marcaría mi vida para siempre.

La Verdad Entre Las Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora