La latina

Capítulo 58.

  -La latina- Capítulo 58.

- Está bien –Ríes y te levantas, los demás estaban tan embobados en la televisión que ni se dieron cuenta de que ustedes se fueron-
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Narra la escritora:
James y tú entraron al auto, él te abrió la puerta como todo un caballero y entró después, luego condujo por la carretera. En el camino le tomaste fotos con toda la confianza, él sonreía aunque no volteaba, se percató de lo que hacías cuando se escuchó el sonido de la cámara. De perfil era la persona más perfecta, y luego con esa sonrisa, uf, mucho más.

- ¿Me tomaste fotos? –Pregunta en español, riendo-
- Obviamente, tengo que tener muchas fotos tuyas James –Sonríes-
- Bueno, bueno, tendrás las fotos que tú quieras –Te guiña el ojo-
- Ah lo sé, te he tomado fotos hasta cuando estás dormido –Le guiñas el ojo ahora tú-
- Ya me imagino, has de tener fotos mías también de la ducha, ¿no? –Bromea James y te sonrojas, por lo cual reíste con él-

Estuvieron muchas horas juntos, riendo, algunas fans y rushers les pedían fotos, ni siquiera le tomaron importancia que estuviera con él, lo más seguro que pensaron era que eras su ''prima'' o alguna familiar. Pues para esa edad, salir contigo no lo verían bien muchos.
James llamó a Peta y le preguntó que si ya estaba casa, y ella dijo que sí, pero estaba de lo más enojada, ay no. Cuando llegaron, James te dijo que entraría después a casa, tú asentiste y entraste por el garaje, al entrar y caminar por el pasillo para ir por la sala, escuchaste a Peta hablar por teléfono con alguien, para tu pensar, era con un hombre, pues le decía cosas bonitas.

- Sí, sí, yo también te quiero... y mucho –Dice Peta en inglés, pero tú le entendías la mayor parte- sí, tenemos que vernos, obvio en mi casa no, tonto. Pues James es el problema. No, no lo amo, le tengo cariño pero tú sabes, fama, dinero. Sí, eso, bueno, bye –Dice Peta casi terminando- te quiero

Narras tú:
Maldita vieja, maldita seas. James te ama, es tan estúpido por hacerlo. Tú a él no, y ya lo confesaste, muy bien. Entré a la sala y se asustó, se le veía pálida, pues lo más seguro es que se haya dado cuenta de que yo escuché todo, maldita perra.

- Emmm, hola _____, ¿cómo estás? –Pregunta Peta en español. Obviamente muy amable, maldita convenenciera-
- Hola Peta, bien –Respondes cortante- ¿y con quién hablabas? –Preguntas sonriendo-
- Ehhh... este con una amiga –Responde nerviosa-
- Ah, a esa amiga la quieres, la quieres ver a escondidas y no en tu casa, porque el problema es James... y a James sólo lo quieres por fama y dinero, interesante –Dices con ironía- sería una lástima que James supiera todo esto...
- Si tú le dices a James, sufrirás las consecuencias niña –Te reta Peta-
- Sí, bueno, iré con James –Le dices y corres al garaje- ¡James, James, James!
- Maldita mocosa –Responde nerviosa y se queda en la sala-

Narra la escritora:
Fuiste a buscar a James y él venía con algunas cosas que bajó, lo ayudaste y él te agradeció. Vaya espanto que le diste a Peta, obviamente no le dirías a James, no por ahora. Fuiste con él y entraron a la sala, Peta estaba nerviosa, muuuuuuuuuy nerviosa, ándele. James saludó a Peta con un beso en los labios y te enojaste, dejaste las cosas ahí en la sala y subiste a tu habitación.

- No sirvió de nada que amenazara a Peta –Lloras cruzando los brazos, enojada, enojadísima-