Prólogo

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Era otro día más, me levanté y bajé las escaleras para desayunar antes de ir a trabajar. Mi pequeño sobrino, Carl al cual adoro, estaba sentado en una silla tomando sus cereales.

- Buenos días, Danna - me saludó mi cuñada, quien servía el desayuno para los demás.

- Buenos días Lori - le respondí con una sonrisa -, buenos días enano - dije sacudiéndole el pelo al niño.

Carl me respondió sacando la lengua y empezamos a hablar sobre el trabajo que debía exponer a lo largo de la mañana en el colegio, al cual yo le ayudé a hacer encantada. Justo en ese momento mi hermano entró en la cocina con una sonrisa.

- Buenos días - dijo en general.

- ¡Hola papá! Hoy es el día de entrega del trabajo que me ayudo a preparar la tía Danna - dijo alegre Carl y su padre me miró. Yo simplemente sonreí.

- Estoy seguro de que sacarás un 10 - respondió mientras me miraba y me devolvía la sonrisa.

- Carl termina rápido el desayuno o llegarás tarde - dijo Lori secamente mientras ponía el plato de forma tosca delante de Rick, de quien desapareció de inmediato la sonrisa del rostro.

- Le llevaré yo, no te preocupes por eso Lori - dije para intentar disipar la tensión en el aire.

El desayuno transcurrió en silencio hasta que llegó la hora de llevar a Carl a colegio. Me levanté y cogí las llaves de mi moto patrulla. Le di un beso a Lori en la mejilla.

- Daniella no llegues tarde a comisaria - dijo mi hermano.

- Sí, señor sheriff. Y haz el favor de no llamarme así  - dije rodando los ojos.

De golpe una taza de café se derramó sobre la mesa y Lori empezó a gritar a Rick. Saqué a Carl de allí para que no volviera a ver a sus padres discutir, ya que últimamente lo hacían a menudo.

- ¡A veces pienso que no te importamos un bledo! - fue lo último que se escuchó por parte de Lori.

Tras dejar a Carl en el colegio me dirigía a la comisaria, cuando recibí el aviso de dos hombres a la fuga en un coche en la carretera 18 al oeste con la interestatal y me dirigí hacía donde estaban mis compañeros en redada. Llegué cuando mi hermano aparcaba el coche. Shane bajó del vehículo y se dirigió al maletero.

- Hola preciosa - me dio un corto beso en los labios y le ayudé a colocar la banda de pinchos en la calzada para que no pudieran pasar los prófugos. Nos alejamos corriendo hacía los coches y nos pusimos en guardia.

- Parece que los persiguen por todas las carreteras que tenemos - dijo uno de los agentes.

Escuchamos sirenas a lo lejos y apareció un vehículo seguido por dos coches patrulla. Al llegar a la pequeña barrera de pinchos, las dos ruedas delanteras reventaron y el coche salió despedido varios metros dando dos vueltas de campana. Todos apuntábamos en la dirección del vehículo, una de las puertas se abrió y salió un hombre el cual empezó a disparar alcanzando a Rick. En ese momento sentí como el corazón se me paraba y sólo reaccioné disparando al hombre que hirió a mi hermano dándole en el pecho. El segundo salió y disparó en dirección a Shane quien se aparto y impactado la bala en el cristal, haciéndolo añicos.Shane, casi de inmediato se giró y mató al segundo hombre. 

- ¡Rick! - grité con miedo corriendo hacia él, ya que, todavía no se levantaba.

- ¡Estoy bien! - dijo al oírme.

- Te he visto caer y me he asustado - dije con lágrimas en los ojos.

- Yo también, el cabrón me ha disparado ¿te lo puedes creer? - simplemente le abracé.

- ¿Te ha dado en el chaleco? - pregunto Shane.

- Sí, no le contéis a Lori lo que ha pasado, nunca ¿Entendido?

En ese momento se escuchó un disparo y Rick cayó al suelo, vi la sangre en su costado y me helé de nuevo. Me lancé hacía él y volví a escuchar un disparo, esta vez  proveniente de la escopeta de Shane.

- No, no, no - dije mientras rompía su camisa y desabrochaba su chaleco para presionar sobre la herida. Se retorcía de dolor y mis ojos se llenaron de lágrimas -. Mírame, no cierres los ojos y mírame - le pedí desesperadamente y nuestros ojos azules se miraron - . Eso es, sigue conmigo Rick.

- ¡Leon, solicita una ambulancia! ¡Dí que hay un agente herido! - Dijo Shane arrodillándose a nuestro lado.

- ¿Puedes oírme? Eso es, estoy aquí. no me dejes Rick.

A los pocos minutos llegó la ambulancia y subí a ella detrás de la camilla donde iba Rick. No dejaba de hablarle e intentar que no perdiera el conocimiento, pero fue en vano, ya que a los pocos minutos, cerró los ojos. 

Llegamos al hospital, recorrimos un largo pasillo y al llegar una puerta una de las enfermeras me tomó del brazo.

- Señorita no puede pasar - dijo con calma en la voz.

- Es.. es mi hermano, no puedo... - hice una pausa - no puedo dejarle solo.

- Está en buenas manos, se lo prometo - dijo eso mientras me ayudaba a sentarme en unas de las sillas de la sala de espera.

Me quedé sentada mirando la puerta esperando que mi hermano saliera de ahí sano y salvo, con su sombrero, su placa de sheriff y su sonrisa. Esperé a que saliera y me regañara por haber llegado tarde a comisaria o por consentir demasiado a Carl. Solamente quería que saliera para poder abrazarlo.

FIGHT THE DEAD FEAR THE LIVING - Fanfic The Walking Dead - Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora