FIGHT THE DEAD FEAR THE LIVING - Fanfic The Walking Dead - Daryl Dixon

Tripas

Era Rick. Debía ser una alucinación, no podía estar vivo. Shane dijo que estaba muerto. Su mirada se posó en todas y cada una de las personas que estaban allí, pero justo antes de llegar a la mía, Andrea le empujó contra una pared y le apuntó con su arma.

- ¡Hijo de puta, debería matarte! - dijo mientras le apuntaba. 

- Déjale - dije mientras me acercaba a ella.

- Estarás de coña, estamos muertos por culpa de este idiota - continuaba apuntándole. Por acto reflejo desenfundé mi arma del bolsillo y el cañón apuntó hacia la cabeza de la rubia.

- He dicho que le dejes en paz. O dispara ya, pero te aseguro que tu hermanita pagará las consecuencias - la amenacé sin quitar la vista de su mano. La muy tonta, que ni siquiera había quitado el seguro, bajó el arma despacio y se separó de él, hice lo mismo y puse mi revólver en mi cinturón de nuevo.

- ¿Danna? - dijo él finalmente.

- Rick... -  dije y me arrojé a sus brazos para abrazarlo - estás vivo. Dios, pensábamos que... - no pude terminar la frase y él me cogió la cara entre sus manos.

-Estoy aquí, Danna - dijo y sonreí de verdad en mucho tiempo.

-Estamos muertos, por tu culpa - Andrea interrumpió nuestro reencuentro.

- No entiendo nada - dijo Rick confundido esta vez.

- Oye, hemos venido a buscar provisiones - dije haciendo una señal para que me siguiera al vestíbulo del centro comercial.

- ¿Sabes cual es la clave? - preguntó Morales encarandole - Sobrevivir - dijo respondiéndose a sí mismo - Y la clave para sobrevivir es entrar sin que te vean, no pegando tiros como si esto fuera el Okay's Corral.

- Los bichos habrán oído tus disparos desde kilómetros - dijo T-Dog.

-Su campana para la cena - aclaró Andrea.

Rick miró al frente, donde había unas enormes puertas de cristal y los caminantes intentaban entrar desesperados. Empezaron a romper un cristal, dejándose caer a peso y golpeándolo. Y todos dimos varios pasos hacía atrás.

- ¿Se puede saber qué hacías ahí afuera? - dije cuando me terminé de dar cuenta de la gravedad de las circunstancias.

- Quería avisar al helicóptero - dijo mirándome.

- ¿Helicóptero? Qué gilipollez - dijo T- Dog - No hay ningún helicóptero.

- Sólo perseguías una ilusión. Puede pasar - intenté calmarle.

- De eso nada - insistió Rick.

- T-Dog, prueba la emisora - ordené, este me hizo caso y empezó a buscar señal -. Intenta contactar con los otros.

- ¿Otros? - exclamó Rick - ¿El campamento de refugiados?

- Sí, el campamento. Nos esperan con galletas recién hechas - bromeó Jackie y la fulminé con la mirada.

- No hay señal - informó T-Dog - quizá en la azotea - iba a continuar pero algo le interrumpió. Un disparo.

- Oh no, ¿ese es Dixon? - preguntó Andrea.

- ¿Pero qué hace ese imbécil? - dije mientras corría a la azotea.

No dejaban de oírse disparos. Las escaleras parecían interminables. Cuando llegué, Merle estaba disparando a los caminantes que estaban abajo subido a la cornisa. Mi sangre hirvió en ese momento.

- ¡Eh, Dixon! ¿Estás loco? - dije enfadada pero él solo rió y propinó otro disparo - ¡Para imbécil!

- Sé más educada con un hombre que está armado - dijo apuntándome sin parar de reír y saltó de la cornisa al suelo de la azotea - es de sentido común.