A 30 kilómetros

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Había transcurrido una semana desde la llegada de Randall a la granja. Shane seguía muy pegado a mí, pese a mis intentos de que entendiera que no estaba embarazada y que no quería que se acercara a mí, no parecía entrarle en la cabeza.

La relación entre Daryl y yo mejoraba poco a poco aunque, a petición mía, cuando Shane rondaba cerca, nos distanciamos bastante intentando que no notara nada, ya que no quería que las cosas se pusieran todavía más tensas. Aún así, Daryl y yo aprovechábamos para irnos juntos a cazar o nos las arreglábamos para que nuestras guardias coincidieran, al fin y al cabo pasábamos bastante tiempo juntos.

Beth ya se había recuperado de su estado catatónico pero apenas quería hablar, no consentía llevarse un bocado a la boca y tampoco quería poner un pie fuera de su dormitorio, por no hablar de salir de la granja.

Carl estaba totalmente recuperado y gracias a las clases de tiro había recibido de parte de los mayores, podía envidiarse su precisión. Lori seguía desquiciada por el bebé, las nauseas y las hormonas. Pero definitivamente el que más preocupaba era Rick, pues era plenamente consciente de que Shane le incitaba a que hablara conmigo para convencerme de que volviera con él. También intentaba sembrar discordia con el tema de Randall, ya que él creía que mi hermano estaba equivocado y debíamos matarle en vez de dejarle suelto por ahí.

Ya habían pasado siete días y pese a la insistencia de Shane, Rick decidió seguir su plan según lo previsto. Preparaban el coche cuando me acerqué a despedirme de mi hermano, fiel a mi costumbre de ignorar a Shane, lo que ya era pan de cada día.

- ¿Lo tenéis todo? - pregunté mirándole seria.

- Sí, solo tenemos que meter al chaval en el coche - informó.

- Si quieres voy a por él - sugerí.

- No deberías esforzarte tanto, es malo para el niño - replicó Shane detrás de mí antes de que a Rick le diera tiempo de procesar mi petición.

Rodé los ojos hacía atrás cansada de su insistencia, volviendo hacer como que no le hacía caso y sin darme la vuelta para contestarle, mire a mi hermano y le dije.

- Ahora vuelvo.

Caminé hacia la casa y entré para buscar a Hershell que estaba en la cocina, desayunando junto a Maggie y Patricia. Me acerqué y saludé.

- Buenos días - dije en general - ¿Cómo sigue Beth?

- Prácticamente igual, no come apenas y no quiere salir de la habitación - contesto Hershell

El viejo no había parado de darme las gracias y pedirme perdón por lo ocurrido en el accidente. Desde que volvieron y se enteró no hubo un solo día en el que no me curara y examinara las heridas de la espalda y la mano, las cuales ya estaban casi curadas gracias a él.

- Poco a poco logrará recuperarse, estoy segura - dije con una pequeña sonrisa en mi rostro -. Por cierto Hershell, se van a llevar al chico, ¿Puedo coger la llave? - pedí refiriéndome al candado provisional que habían instalado en la puerta de la habitación donde se encontraba Randall.

Hershell sacó una pequeña llave del bolsillo de su camisa y la tendió sobre la palma de mi mano.

- Prefiero que lo hagas tú antes que Shane - admitió, ya había quedado bastante en claro que Shane no le agradaba al viejo. Simplemente asentí y fui a por el chico.

Fui hacía la habitación solté el candado y entré. Le encontré sentado en la cama, con la muñeca unida al cabecero de la cama por las únicas esposas que nos quedaban: las mías. Aunque estaba atrapado y no podía moverse, por motivos de seguridad también tenía los ojos vendados.

FIGHT THE DEAD FEAR THE LIVING - Fanfic The Walking Dead - Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora