CAPITULO 11

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El incidente de la cocina ya había sido solucionado la cocina estaba como nueva y un horno eléctrico e ultima generación yacía radiante en un lugar de esta pero había algo en aquella mujer que le hacia sentir ganas de salir corriendo, Christopher le había dicho que estaba furiosa por la cocina pero en sus ojos notaba que no le agradaba, tenia un buen instinto y estaba decidido aquella mujer ocultaba algo o simplemente la odiaba sin razón alguna ¿o la había? era inquietante no recordar mucho a veces sobre su infancia, sobre su pasado, Christopher la sacó precipitadamente de sus pensamientos
-¿estas lista?-dulce se confundió-¿lista para que?-
-para divertirte-dulce se limito a sonreír.

Dulce estaba sencillamente radiante aquella mujer lo era todo para él de sierta manera se veia cambiada pero para bien, estaba aún aturdida, a su parecer, por no recordar quien era pero en sus ojos habia un brillo especial algo que nunca habia notado¿o acaso nunca había tenido? lo cierto era que lo estaba pasando maravillosamente bien y sintió un gran miedo al pensar que Roberta fuese a recordar el pasado y no quisiera nada con él, ciertamente en el ultimo año se llevaban pésimo, no hacian sino discutir y Roberta asistía a largas y extensas fiestas y reuniones sociales con el fin de esquivarlo o era eso lo que habia llegado a pensar, el sexo habia sido placentero pero de cierta forma se habían alejado tanto mental como físicamente limitándose a lo básico y estrictamente necesario-"convivir"-un saludo, una despedida, fiestas y trabajo de por medio, nada más que una cama vacía, siempre alguno salía aunque habia veces en que no era así y entonces tenian una desenfrenada noche de sexo, de eso estaba seguro, en la cama siempre se habian entendido bien, pero ciertamente haberla perdido después de una discusión abierta donde se habían expuesto varios puntos sensibles habia comprendido cuanto la necesitaba y amaba. ¡si la amaba.!
-¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?-tocándose el rostro
Christopher sonrió-no solo estaba...pensando-
-pues olvidalo es tu turno-
Christopher tomó en sus manos la bola y la lanzó-maldito-susurró al ver que derribaba todos los obstáculos -¿Qué'¿no te acostumbras a perder?-
-esto aun no está decidido-lanzó y los derribó quedando empatados
-mm.yo diria que deberiamos dejarlo hasta aquí-
-nada de eso o que ¿tienes miedo de que te venza una mujer?-
-más bien diria que tengo miedo de que cierren las tiendas y no puedas comprarte ropa-
-¿oh que hora es?-habia pasado más tiempo de lo que suponia-aunque el miedo deberia tenerlo yo, es mi vestuario el que corre riesgo-
Christopher respondió con voz ronca-no me refería a que tuviese miedo por tu vestuario sino a que no lo llevaras contigo y no pudiese controlarme
Ella rompió en risas y luego se puso seria-son las nueve menos diez-
Christopher-tenemos diez minutos para compararte un armario completo-la jaló de un brazo y la llevó a las tiendas. Antes de llegar a la tienda que Christopher quería llevarla dulce se detuvo ante una de bebés, y contemplo atenta unas ropitas ¡Qué hermosas! Christopher pasó una mano en su cintura como tratando de ¿consolarla?-¿que sucede Christopher?-el solo exclamó-nada-dulce - entonces volvió a mirar las ropitas y exclamó-cuando tenga un bebé compraré en una tienda como esta y pasaré horas en ella, haciendo planes, siempre he soñado con ser mamá-Christopher sintió una patada en el estómago y un dolor muy intenso en el pecho-

¿No Deberias Estar Muerta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora