Retrato

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El día pasó rápido y no ocurrieron muchas cosas interesantes, Alejandro se acomodó en su nuevo hogar y por fin su habitación estaba lista, así llegó la noche y todos bajamos a cenar. Mi hermano había llegado a casa tras trabajar todo el día administrando la empresa familiar, se sorprendió un poco al ver de nuevo a alejandro y al saber que se quedaba a vivir con nosotros aunque en el fondo podía ver cierto recelo en sus ojos.
Luka era un chico de 27 años, exitoso en todo lo que la vida le había presentado, era defensor de su alto puesto en la sociedad y evitaba relacionarse con cualquier persona cuya renta fuera inferior a los 50000 francos. Por esta razón el único afecto que mostró hacia Alejandro fue motivado por aquellos recuerdos nostalgicos de infancia que nublaban levemente su juicio.
Cenamos bastante decentemente, sin embargo el nuevo residente de nuestra casa alababa aquella exquisita comida como la mejor que había probado en su vida, todos sonreímos al ver el paladar tan poco acostumbrado a la buena comida que estaba sentado en aquella mesa. "Acabarás cansándote chico" Aclaró mi padre "Hay mejores manjares que esto".
Tras la cena cada uno fue dejando la mesa gradualmente, mi hermano Mika se abrochó el abrigo y se fue a casa de su chica a pasar la noche, por otra parte mi padre dejó la casa para dar su paseo nocturno, cuando las luces de París se encendían.
Alejandro y yo subimos a su habitación, no nos habíamos separado en todo el día y aún así nos faltaron cosas de las que hablar. Estuvimos un rato juntos hasta que de repente Alex se levantó, tomó su bloc de dibujo y se sentó junto a la ventana. Yo permanecí en su cama acostado siguiéndolo con la mirada.
- ¿Que haces? -pregunté-.
- Desde que llegué aquí quise dibujar París de noche.
- ¿Vas a hacerlo ahora?
- Sí.
- ¿Podré verlo cuando acabes?
- Por supuesto.
Me quedé callado entonces y Alejandro tomó un trozo de Carbón y otro de Pan, acto seguido empezó a dibujar trazos vagos sobre aquel papel. El sonido del grafito trazando el áspero papel era relajante e hipnotizante al mismo tiempo.
Observé a mi amigo dibujar durante un buen rato hasta que su trabajo estuvo terminado, al acabar quedé impresionado por la belleza del dibujo, aquellas lineas rectas y curvas todas ensuciando el blanco papel habían formado la hermosa silueta de la París que mostraba mi ventana, como si de una fotografía se tratase.
- Esto... Es precioso...
- ¿Tu crees?
- S-sí... Te ha quedado un dibujo genial.
- Gracias... Supongo -sonrió-.
- ¿Dibujas así de bien?
- Si dijera que sí sería poco honesto.
- Eres increible...
- ¿Quieres que te dibuje?
- ¿E-eh? ¿Y-yo?
- Claro, los retratos son mi especialidad.
- Sera mejor que no... Yo...no soy nada interesante y sería una lástima desperdiciar tiempo y recursos en dibujar mi cara.
- Sí eres interesante... Y si he pedido dibujarte es porque quiero hacerlo ¿No?
- Solo lo has preguntado pir cortesía... Mi cara es muy normal y corriente.
- Puede que para tí... Para mí hay cientos de cosas que me fascinan de tí.
- ¿E-eh?
- Quiero decir... Olvidas que soy español y que para mí ver a alguien que no tenga el pelo negro y ojos marrones es algo que no ocurre todos los días.
- Tengo el pelo negro.
- No es negro -dijo sentándose a mi lado- Esto es negro -toma uno de sus mechones de pelo con las manos, tu pelo es un marrón oscuro.
- ¿Cual es la diferencia?
- Que tu pelo me gusta más.
- ...
- ¿Me dejarás pintarte?
- Puede... Que otro día...
- Bien entonces.
- ¿De verdad te gusta mi pelo? -pregunté algo sonrojado-.
- ¿Porque te extraña tanto?
- Bueno... Nunca antes me lo habían dicho... Ni siquiera cuando eramos pequeños me lo dijiste.
- No verte me hizo apreciarte más supongo.
- Será eso -dije bostezando- Creo que debería irme a dormir.
- Bien, hasta mañana.
- Adios -me levanté y caminé con cansancio hasta la puerta- Alex...
- ¿Hm?
- Me alegra que estés aquí...
- A mi también Eli.
- Buenas noches.
- Hasta mañana.
Dicho aquello dejé la buhardilla y fui directo a mi habitación para dejarme caer en las sábanas de mi cama. Aquel día había sido largo pero había sido el mejor de todos desde hace mucho tiempo, con aquellos pensamientos en mente pude dormirme facilmente.
Aquella noche soñé con él, con alejandro. Eramos pequeños y estábamos jugando escondidos en la misma buhardilla en la que él ahora dormía. Los dos estábamos escondidos de nuestros padres por alguna travesura que habíamos hecho, todo iba bien hasta que tropecé y me clavé una astilla de madera del suelo en la mano. Yo lloraba de dolor aunque me tapaba la boca con mi mano libre para evitar hacer ruidos y ser encontrados por mi culpa. Rápidamente mi amigo vino al rescate, me llevó al pequeño colchón que había allí y me hizo sentarme mientras me atendía. Con mucho cuidado me quitó la astilla de la mano y me limpió las lágrimas con sus suaves manos. "No te preocupes" dijo "Estoy aquí contigo". Intente contestarle pero antes de que pudiera formular palabras me desperté de mi sueño, mire a mi alrededor desorientado y susurré en el silencio de mi habitación "Gracias". Luego me levanté para ir a desayunar.

La Ciudad De La Luz (GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora