- Sabes a que me refiero, solo debes desnudarte y yo te dibujaré.
- No me gusta que me dibujes ¿Que te hace pensar que quiero que me pintes desnudo?
- Vamos Elliot, eres guapo y el cuadro quedará genial.
- E-ese no es el problema...
- Vale... -dijo empezando a dar los últimos retoques al cuadro- Pero no puedo rechazar un pedido o mi reputación se dañará.
- ...
- Y lo siento si te he hecho sentir incómodo al no avisarte sobre la chica, me lo pidieron repentinamente.
- No es nada... ¿En serio quieres pintarme?
- ¿Hmm? Bueno... Sí...
- ¿Porque?
- Porque me gustas.
- Ya pero...
- Dejemos el tema, siento preguntar eso...
- Si me dejo pintar... ¿No te disgustaría?
- ¿Porque debería?
- No...no se...
- Quedaría un buen cuadro.
- ...
- ¿Quieres intentarlo? Podrás detenerme cuando quieras.
- Va-vale.
- Bien... Ven y sientate a mi lado...
- Sí...
- Luego desnudate, puedes taparte si quieres pero quedará artístico si dejas más a la vista.
Tras atender las instrucciones de Alejandro me senté a su lado y empecé a quitarme la ropa mientras que mi compañero tomaba un lienzo en blanco. A pesar de haberme quitado todas mis prendas de ropa la habitación era cálida debido a la alta calefacción, supuse que estaba así de alta por el motivo de los dibujos.
Cuando estuve listo me sentí avergonzado, Alejandro me observaba fijamente y yo sentía mis mejillas enrojecer. En teoría no podía ver ninguna parte íntima ya que me estaba cubriendo con una de las sábanas pero aún así mi corazón se desbocaba y se aceleraba dando intensos latidos que podía notar en mi cuello.
Él empezó a dibujar aunque de vez en cuando me ordenaba cambiar la posición de alguna parte de mi cuerpo para adoptar una pose distinta que quedara mejor. Alejandro también parecía nervioso, respiraba lentamente aunque en profundas inspiraciones y su cara se había enrojecido ligeramente.
El tiempo fue transcurriendo y nada ni nadie nos interrumpió, parecía que todo el mundo se había desvanecido y ahora eramos los únicos que seguían vivos, nadie podía molestarnos y todo era para nosotros lo cual era genial. Recuerdo sentirme agitado y nervioso al principio, tenía miedo de que alguien entrara y me viera allí de esa forma.
Finalmente Alex terminó el cuadro y me lo mostró. En aquel cuadro de tela las diferentes pinturas convergían en varios puntos generando nuevos colores que juntos formaban aquella unidad. El cuadro seguía algo húmedo y apestaba a óleo pero aquel olor era parecido al de Alejandro y por alguna razón no me pareció molesto, él me había retratado con la exactitud de un espejo. Mi pelo castaño y mis ojos azules brillaban reflejados en la pintura húmeda.
- ¿Que tal? -dijo-.
- M-me gusta... Pero deberías quemarlo.
- ¿Eh? ¿Porqué?
- No deja de ser un cuadro de mí desnudo... No quiero que eso exista... Y puedes meterte en problemas por eso.
- ¿Sabes que? No me importa.
- ¿E-eh?
- Me encanta este cuadro y pienso conservarlo.
- Pe-pero...
En ese momento Alejandro puso su dedo índice sobre mis labios a modo de sello para hacerme callar, yo inmediatamente obedecí su orden mientras sentía de nuevo el rojo en mis mejillas. Él se acercó y se sentó frente a mí, luego cambió el dedo índice por el pulgar el cual deslizó por mis labios hasta llegar a mi mejilla derecha, inmediatamente mi ritmo cardíaco se disparó y yo me derretía frente a él.
- ¿Sabes? No te fui sincero la última vez.
- ¿U-Uh? -dije sin ser demasiado consciente de mis palabras-.
- Cuando me preguntaste quien era la persona a la que amaba... A decir verdad no es que te estuviera mintiendo, solo te ocultaba algo de información.
- ...
- ¿Sabes que día es hoy?
- T-tu cumpleaños...
- No, hoy es San Valentín... Un día muy triste la verdad...
- ¿Triste?
- Todo el mundo puede estar con la persona que ama hoy... Todos pueden proclamar sus sentimientos a lo alto sin miedo a nada.
- ¿De que hablas?
- Te voy a decir algo importante... Tan importante que si alguien más a parte de nosotros se entera podemos acabar muertos o en la carcel.
- ¿Q-que?
Alejandro me estuvo mirando fijamente a los ojos aún sujetando mis mejillas con su mano derecha. Yo me encontraba mal, mi corazón parecía querer explotar y todo mi cuerpo expulsaba un calor tan intenso que parecía que tenía una fiebre altísima.
Alejandro contuvo la respiración unos segundos y luego soltó un "Te amo" en español. Aquellas palabras aún flotaban en el aire cuando él me besó dulcemente abrazando mi cuerpo con su brazo izquierdo y tirando de mí hacia él juntando su cuerpo con el mío. Me estuvo besando durante bastante tiempo durante el cual estuve completamente inmovil, aquella hipnosis me tenía atrapado por completo y sus labios sabían tan bien que ninguno de mis músculos quiso moverse lo más mínimo. Así quedé indefenso ante él que siguió besándome hasta que acabó recostándome en la cama dejándome bajo él.
Poco después se separó de mí dejándome algo de tiempo para respirar, sin embargo mi mente aún necesitaba tiempo para recomponerse...
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La Ciudad De La Luz (GAY)
Romansa1887: Elliot es un joven francés, hijo menor de una familia de la alta burguesía parisina. Su familia está llena de triunfadores y de gente increíble pero él no consigue encontrar su vocación en la vida. Por suerte siempre tuvo a su lado a su amigo...