Los dos seguimos al chico hasta el taller de su maestro, aquel lugar estaba lleno de lienzos, pintura y varios artefactos de pintura bastante raro. Todo el lugar olía a pintura al óleo y era un olor intenso aunque no agradable. Allí dentro estaba aquel maestro del que hablaba el joven. Ante nosotros había un hombre bastante entrado en años cuyo pelo ya empezaba a volverse blanquecino por la edad, aquel anciano daba algo de miedo al principio pero al final resultó que su apariencia no reflejaba para nada su forma de ser. Era un hombre bastante amable que cuidaba de sus aprendices y que nos había dado a todos una calurosa bienvenida.
- Así que tú eres el joven que pintó el cuadro -dijo el hombre-.
- Sí, lo hice yo.
- Me gusta tu estilo, la delicadeza de los trazos es muy buena.
- Le pongo todo mi amor y cariño a mis cuadros.
- Ya lo veo, sin duda es como dices... Por cierto chico.
- ¿Si?
- Tu acento ¿De donde eres?
- Español.
- Asi que eres un vecino -dijo soltando una sonrisa leve- Muchos como tú vienen aquí a enseñar su arte.
- ¿En serio? ¿Y que es de ellos?
- Bueno, no todos lo consiguen... Pero tengo buen ojo para el arte y puedo asegurar que el tuyo es bueno.
- Gracias señor.
- No me lo agradezcas hijo, solo digo lo que ven mis ojos.
- Esto... ¿Para que me había llamado?
- Quería proponerte un pequeño trato.
- ¿Un trato?
- Sí, yo publicitaré tu arte en mi taller y a cambio me llevo una parte de las ganancias, diganos un 50%.
- ¿Un 50%? -protesté- Eso significa que por cada diez monedas que gane tu te llevarás cinco.
- Es el precio que debe pagar para dar a conocer su arte.
- No creo que una tasa del 50% sea una buena oferta, teniendo en cuenta el coste de vivir en París -volví a protestar- Te recomiendo que bajes la oferta a un 20%. Podría denunciarte y llevarte a los tribunales, y no hace falta decir que también puedo comprarlos.
- Por favor Elliot cálmate. Dejemoslo en un 35% -dijo Alejandro-.
- Solo intentaba rebajar la oferta.
- Ya los se, y te lo agradezco pero dejame a mí esto.
- Veo que tienes un amigo abogado -dijo el hombre- Bien, me conformaré con ese 35%.
- Sí, y lo siento.
- No te preocupes, es bueno no ceder ante los demás y tu amigo tiene carácter para eso. Ventajas de ser de alta cuna.
- Sí... Bueno... Gracias por su oferta supongo.
- No te preocupes niño, de ahora en adelante pasate por aqui de vez en cuando y veré que puedo darte.
- Sí.
A partir de ese entonces los cuadros de Alex empezaban a venderse de vez en cuando y él pasaba casi toda la mañana en el taller aunque lo hacía los días que yo tenía clases en la universidad para no estar separados mucho tiempo.
Pronto llegó San valentín y con él varias personas que querían Cuadros para sus parejas. Yo por otra parte pasé todo el día fuera intentando encontrar un regalo de cumpleaños aparte de aquel maletín de hace unos días.
Llegué tarde a casa, la tarde ya ofrecía sus últimos rayos anaranjados cuando volví a mi hogar con un estuche de madera de abedul en el que se encontraban botes de pintura con una variedad de tonos increible que alcanzaba hasta 57 colores, estaba muy orgulloso de mi regalo y sabía que le encantaría.
Al llegar a su habitación entré sin llamar y encontré a una mujer desnuda en un sofá colocado estratégicamente en la habitación, Alex estaba sentado eb su colchón en el suelo mientras daba pinceladas sobre un lienzo.
- ¿Que es esto? -Exclamé-.
- Oh... Hola Elliot.
- ¿Hola Elliot? ¿¡Que te crees que haces!?
- Pinto.
- ¡Ya lo se! ¿Pero es necesario hacer esta clase de cuadros?
- Mira Elliot...
- Callate.
- Vale... -suspiró- Ya puedes vestirte, puedo darle yo solo las últimas pinceladas.
- Entendido -dijo la mujer vistiéndose y saliendo de la habitación-.
- ¿Puedes calmarte Elliot? -Preguntó cuando la chica dejó la habitación-.
- No voy a calmarme, no te he ayudado para que vayas pintado mujeres desnudas por ahí.
- Era un encargo, además me sirve para practicar la anatomía.
- ...
- ¿Porque estás tan enfadado?
- No estoy enfadado -dije calmándome- Tan solo pensé que estabas haciendo otras cosas aparte de dibujar.
- ¿Y porque te enfada eso? -sonrió-.
- ¿E-eh?
- Quiero decir, mi vida sexual es cosa mía.
- ...
- ¿Elliot?
- Eres estúpido... Iba a hacerte un regalo de cumpleaños.
- ¿Uh?
- Toma -dije lanzando el maletín- Hasta mañana.
- Espera Elliot...
- ¿Que quieres ahora?
- Te molesta que dibuje mujeres desnudas... ¿Puedo dibujarte a tí?
- ¿¡Q-que!?
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La Ciudad De La Luz (GAY)
Romance1887: Elliot es un joven francés, hijo menor de una familia de la alta burguesía parisina. Su familia está llena de triunfadores y de gente increíble pero él no consigue encontrar su vocación en la vida. Por suerte siempre tuvo a su lado a su amigo...