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Y sé, que cuando me sienta perdida, sólo debo recurrir a tus brazos, ahí siempre me acabo encontrando. Y que con sólo un beso, el orden se restaura y que tu mirada siempre es la que me salva. Me basta sólo tenerte en mi casa, en mi cama para mantener la calma.

Y sentir como tu cabello roza mi pecho y como tu respiración le hace cosquillas a mi cuerpo, es lo que me llena el alma de regocijo y deseo. Y tus dedos suben de arriba a abajo en mi brazo, dejando mi piel erizada en cada tacto. Es como que si cada parte de mi cuerpo que tocases, suspirase dispuesto a calmarse, sabiendo que eres la única persona capaz de ayudarme.

CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora