Invierno

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El invierno llegó
Y tus lágrimas vinieron con él, yo era una de las pocas personas que sabía cuan triste te ponías con el invierno.

Tu estado ánimo se amoldaba a él. Mirabas por horas la ventana mientras la lluvia caía y tus ojos se volvían cristalinos. Llovía dentro de ti, a cántaros. Lo único que te podía sacar de tu ensimismamiento era una taza de café. Pero luego, volvías a la ventana con la vista perdida mientras tu mente no dejaba de pensar y tu corazón se resquebrajaba un poquito más.

Quien no te conociese pensase que estás enferma, pero no, es sólo que llegó el invierno.

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