78 12 7
                                    

Tú, que llegaste sin tocar la puerta y entraste a mi vida con pasos seguros. Que te hiciste cargo de todas mis cicatrices con una delicadeza increíble. Tú, que me inspiraste con tus ojos y tu sonrisa. Tú, que bailabas una danza desconocida para mí, pero aún así quería seguirte el paso. Tú, que no me compraste flores sino que las sembraste en el patio para que las mirase cada vez que se quisiera desbordar mi llanto. Tú, que me miraste a los ojos y me hiciste pestañear primero con tu determinismo. Tú, que hablabas de la vida como si supieses que nunca te iba a fallar. Tú, que me miraste a la cara en mis noches de insomnio y aún así me dijiste guapa. Tú, que me hacías amarte siempre con locura pero de una forma equilibrada. Tú, que cuando me hallaba desnuda y llorando frente a ti, sólo me arropaste y mimaste. Tú, que creíste en mí cuando ni yo lo hacía, tú.

CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora