Enfermedad

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Cuando él está cerca de mí, me cura, pero cuando nos alejamos me vuelvo a enfermar pensándole. ¿Qué irónico no? Es mi cura y al mismo tiempo mi enfermedad.

Es algo monótono ya sé lo que pasará y siempre lo estoy esperando. Es como cuando repites un libro, ya sabes lo que viene pero aún así esperas con ansias cada escena. Ya sé que su lejanía es lo que me enferma, pero sus besos y actos de amor me curan, no por completo, pero si lo suficiente para estar bien hasta que vuelva esa bendita enfermedad; ésta no es de las que son contagiosas, ni mucho menos de las que te salen zarpullidos. Es de esa donde sientes que te duele todo, cada parte de tu cuerpo, pero sobre todo, la garganta y el corazón, esas partes son las que más sufren en esta proceso. Ya saben... el corazón es el que se rompe y al mismo tiempo duele y los nudos en la garganta complementan el dolor.

Esos días, mi cabello tiene la oportunidad de ser salvaje.

Y luego viene él... Y se acerca a mí y vuelve a restaurar todo. Ese día soy su muñeca, me baña, me peina, sana mis heridas con sus besos y abrazos y hace que olvide todo.

CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora