Capítulo 8.

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Me desperté y tenía el saco del uniforme de Tae sobre mi cuerpo desnudo y él ya no estaba ahí.
Me levanté y envolví mi cuerpo en el saco de Tae.
Recogí mi ropa interior y me la puse. Volví a colocarme el saco y me levanté.
Sabía que Tae seguía en la casa porque sus zapatos aún estaban ahí.
Salí a la cocina y no estaba.
Subí a mi habitación y tampoco estaba.
Escuché el ruido de agua caer y me acerqué al baño. Toqué la puerta y se abrió.
La empujé y me asomé.
Ahí estaba él dándose una ducha. Se veía tan perfecto, tan masculino. Me volví a mi recámara para dejar el saco y tomé mi toalla y me metí.
-Hola Tae... - abrí la puerta tímida; él se giró para verme.
-Hola hermosa- sonrió mientras se hacía el cabello para atrás.
Ohh claro. Eso me mató. Siempre luce tan perfecto. Haga lo que haga.
Entré al baño, colgué mi toalla, me quité lo que traía encima y entré con él.
Me abrazó por la cadera y me dio un beso en la frente.
Deseaba que ese momento jamás se acabara.
Recordé que mañana regresaban mis padres y me entristeció mucho pensar que tal vez jamás pudieramos volver a hacerlo.

-Te quiero Tae.- besé su mejilla y me volteé a ducharme.
-También te quiero Kara...- me abrazó por detrás y me besó el cuello.
El resto de la ducha pasó tranquila sin más palabras.
Salí y me sequé y me fui a mi cuarto a vestirme.
TaeHyung se quedó observando. Su uniforme estaba en la sala, no podía vestirse.
Me puse un pantalón negro un poco roto, unos converse negros, una polera blanca.
Corrí por la ropa de Tae y se la di.
Se vistió y volteamos a ver el reloj. Eran ya las 8:00 de la noche.
-Oye Tae ¿tus padres?- lo miré angustiada.
Él me sonrió.
-No te apures hermosa. Antes de que me trajeras les dije a mis padres que saldría hasta tarde con un amigo.- se levantó de la silla de donde estaba y me dio un pequeño beso en la nariz.
Bajamos a la sala.
-¿no quieres comer algo?- le dije a Tae mientras me dirigía a la cocina.
-No hermosa gracias.- él fue a sentarse al sillón en donde la magia pasó.
Abrí el congelador. Había una paleta helada y la tomé.
Comencé a comérmela mientras caminaba hacia donde estaba Tae.
Me senté junto a él a mirar lo que había en la televisión.
Tae me miró y tomó mi mano que sostenía la paleta y le dio una gran mordida a mi paleta.
-¡Hey! ¿no que no querías nada? - lo miré fingiendo enojo.
-Oh lo siento, ¿lo quieres? Quitamelo.- lo introdujo más a su boca.
Yo fingí darle un golpe y me giré acostándome en su hombro.
Vimos la televisión juntos.
Después de un rato, Tae y yo nos dormimos y se nos fue la noción del tiempo.
Desperté acostada sobre el sillón entre los brazos de Tae. El día estaba claro. Miré el reloj.
9:00 a.m.
Oh por Dios, Tae jamás llegó a su casa. No puede ser.
-Tae... Despierta, ya amaneció.- lo movía despacio pero desesperada. -Tae ya amaneció.
-Que bien, ven a recostarte conmigo... - me sonrió aún con los ojos cerrados.
-Tae, jamás llegaste a tu casa...- no me imaginaba lo mal que nos iría.
Tae se levantó de golpe agitado.
-No puede ser... Me van a matar. - se levantó del sillón corrió a lavarse la cara y arreglarse el pelo.
Nos asomamos por la ventana viendo la casa de Tae.
-¿Crees que tus padres lo hayan notado?- le dije mientras mirábamos por la ventana.
-No lo sé. Solo espero que no.- se mordió el labio inferior con nerviosismo.
-Será mejor que te vayas ya. No se vaya a hacer más tiempo y tu castigo sea peor.
-Tienes razón. Deséame suerte hermosa.- se incorporó y le arreglé el cabello con una sonrisa preocupada en mi rostro.
Le di un beso en los labios y él salió.
¡RAYOS! ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ JUSTO AHORA?
El padre de Tae salió justo en el momento que Tae salió de mi casa.
Él vio a Tae y se cruzó de brazos esperando a que se acercara.
El gesto que tenía en su rostro no era nada tranquilizante.
Le iría mal y a mí también. No podía dejarlo solo en una situación así.
Salí y lo tomé de la mano.
-¿Qué haces Kara?- Tae volteó angustiado.
-No te voy a dejar solo en esto. Después de todo, yo te llevé a mi casa.

-Kara no... No te metas en problemas por mí...- intentó soltar mi mano, pero yo la apreté más.
-Jamás te voy a dejar solo. Vamos.- apreté su mano nerviosa y caminamos hacia donde el padre de Tae estaba.
-Buenos días papá.- Tae se inclinó ante él.
-¿En dónde rayos estabas? Ahh pero que tonta pregunta. Es claro que pasaste la noche con esta muchachita. Me decepcionas Kim TaeHyung.- su padre seguía de brazos cruzados, pero se veía que hacía un esfuerzo para no soltar la mano y darle un golpe.
-Papá déjame explicarte por favor...- Tae soltó mi mano. Yo lo miré nerviosa.
-¿Qué excusa me darás?- levantó su mentón esperando respuesta.
-Verás... Ella es Kara y...- su padre lo interrumpió.
-¿Y a mí qué me importa quién sea esta indecente joven?- bajó su mentón mirando a Tae amenazante.
Miré las manos de Tae. Estaban hechas puño y las apretaba con fuerza. Al parecer le molestó mucho lo que su padre dijo de mí.
Yo le tomé el brazo indicándole que no importaba.
-Tú jovencita, no toques a mi hijo...- me miró con desprecio.
-Padre... Vuelve a hablar mal de Kara y te juro que no me controlaré.
En ese momento salió la madre de Tae.
-¿Ya ha llegado Tae cariño?- en ese momento volteó y nos miró a Tae y a mí.
-¿Qué pasa aquí?- nos miró, yo inspiraba miedo y culpa y a Tae furia mirando a su padre.
-Sucede madre, que estaba apunto de explicar el por qué de no haber llegado en la noche y tu esposo ofendió a Kara...- Tae no dejaba de mirar a su padre ni su padre a él. Ambos con ira en sus ojos.
-Tae, no te preocupes por esto. Tú explícales a tus padres lo que sucedió.- le tomé la mano y la acaricié dulcemente. Tae se relajó, tomó aire y prosiguió.
-Lo que sucede es que... Yo perdí mis recuerdos en aquél accidente hace ocho años y por fin encuentro lo que había perdido. Por fin podré recuperar mis recuerdos y eso me hizo muy feliz. Más porque lo que perdí es una chica tan linda y dulce...- me miró y me sonrió ligeramente.
-Indecente dirás- dijo su padre insistente.
-Joon cálmate. Deja que Tae acabe de explicar.- la madre de Tae tomó del brazo a su marido.
-Gracias mamá- Tae tenía suerte de tener una madre tan comprensiva - bien, entonces le pedí que recuperáramos todos los recuerdos perdidos reviviéndolos por más absurdos que fueran. Y así fue. Comenzamos jugando en un arenero en un parque cerca del colegio y luego llegué a casa diciéndoles que estaría hasta tarde con un amigo ¿cierto? Debí haberles dicho que era Kara y me disculpo por eso. Fuimos a su casa a ver un programa infantil. Ese programa que veíamos diario juntos. Se nos fue la noción del tiempo y nos quedamos dormidos. Y eso es todo. Nos despertamos y ya había amanecido.- Tae introdujo una mano a su bolsillo del pantalón.
Su madre nos miró compadecida y hasta cierto punto feliz porque Tae encontró lo perdido. Pero su padre no creyó la historia.
-Claro... De Kara me acuerdo... Pero eso de revivir los recuerdos es una estupidez... ¿me crees idiota TaeHyung? Yo sé que te quedaste en su casa a "celebrar" que has recordado a la niña que tanto te gustaba de niño y los dos se aprovecharon de eso. Jovencito no sabes lo que te espera.- luego se dirigió a mí- ¿Dónde están tus padres?
-En un viaje de negocios... - sentía un miedo inexplicable. ¿Qué pasará cuando les digan a mis padres?
-¿Cuándo regresan?
-H-hoy en la noche... - me acerqué a Tae.
-Aléjate de mi hijo sucia...- nos separó.
-Ya no voy a aguantar que sigas ofendiéndola padre... Ella es una mujer y como toda mujer merece respeto...- Tae apretó su puño con fuerza.
-Pues siendo mujer debería darse a respetar y no meterse con el muchacho que le gustaba de niña. Sólo por juntarse de niños piensa que tiene todo derecho sobre ti. Tú ni siquiera la recuerdas.
Eso me hirió mucho y Tae lo notó.
Levantó su mano dispuesto a soltarle un golpe a su padre, pero su madre y yo lo detuvimos.
-Tae no lo hagas. No vale la pena. Tu padre solo está molesto por lo que piensa que hicimos. No lo estropees más. - le tomé la mano con la que atacaría a su padre aún muy tensa .- Por favor Tae... No te metas en más problemas.- por fin relajó su mano y yo lo abracé con fuerza soltando las lágrimas contenidas por las ofensas que su padre le había hecho tanto a Tae como a mí, pero más por lo que pasaría cuando mis padres llegaran.

-Joon, déjalos por ahora, hablaremos cuando lleguen sus padres.- la madre de Tae quiso dejarnos juntos por última vez. Ella sabía qué pasaría al final.
Dieron media vuelta y se metieron a su casa.
Tae y yo nos quedamos afuera de la casa abrazados y llorando.
Me tallé los ojos para quitarme las lágrimas y miré a Tae.
-Lo siento... Yo causé todo esto. Perdóname.
Tae me miró. Su mirada era tan triste. Pareciera que él sabía lo que pasaría. Me llevó a una banca en el parque de enfrente. Nos sentamos y nos miramos.
Tae tomó mis manos.
-Kara, quiero que sepas que aunque no te recuerde del todo, yo sé que tú eres esa chica. Desde que te vi el primer día aquí te sentí como alguien cercana a mí. Por eso es que no te dejaba tranquila. Quería estar contigo. Sentía que te conocía de toda la vida aparte que desde que te vi me pareciste muy hermosa.- con su dedo pulgar me quitó las lágrimas y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa y él prosiguió- Kara jamás me había gustado nadie. Eres la primera y la única. Te quiero.- me dio un beso en la frente y me abrazó soltando unas lágrimas.
-Tae... Jamás me ha gustado nadie. Solo tú. Desde niños me gustabas y aún después de mudarme aquí seguía acordándome de ti. Nunca me ha gustado nadie más que tú. Te quiero.- sonreí y le di un beso a un lado de sus labios.
Él acarició mi mejilla y me dio un último beso en los labios.

Pasamos el día juntos recorriendo una parte de la ciudad y al atardecer regresamos al parque.
Poco rato después, llegaron mis padres.
El miedo y la tensión volvieron a mí.
Tae lo percibió.
-Tranquila, todo estará bien. Solo recuerda que te quiero.- me dio un beso en la nariz.

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