Capítulo 7.

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La respiración comenzaba a faltarme, así que corté el beso, miré a TaeHyung y él correspondió con una tierna mirada, a lo que yo desvié mis ojos.
-¿No crees que es muy pronto para besarnos así?- me sonrojé.
-Si eso crees tú, podemos aplazar los besos hasta cuando creas que es el momento- posó su mano izquierda en mi mejilla y esbozó una ligera sonrisa.
-No es que no me guste o no quiera, es sólo que... Bueno, si mis padres me llegan a ver me van a matar. - me mordí el labio inferior nerviosa.
-No te preocupes, si lo hacemos no nos verán y si no lo hacemos no hay de qué preocuparse. Pero todo sea tu voluntad.
-Gracias Tae - sonreí ampliamente.
-Bien, es viernes por la tarde. ¿Podemos iniciar con nuestro primer recuerdo?- se acomodó en la banca en posición para salir disparado de ella en cuanto yo dijera que sí.
-Me parece perfecto- me levanté de la banca y él me siguió.
Caminamos un rato por el parque.
-Bien... Dime un recuerdo que tengas de nosotros.- se posó en frente de mí igual que un niño cuando pide un juguete a sus padres. Vaya, este chico tiene alma de niño. Me encanta.
-Bien... Ummm, veamos... ¡ah! Recuerdo que jugábamos en un arenero casi todos los días en el parque que quedaba frente a mi casa.
-Pero no estamos en Corea... - se cruzó de brazos haciendo puchero.
-Tienes razón, pero te tengo una buena noticia..
-¿cuál?- bajó sus brazos curioso.
-En este parque hay arenero.- levanté mi dedo pulgar en señal de aprobación haciendo una mueca -Ven vamos- le tomé la mano y lo llevé al arenero.
Corrimos y nos lanzamos a él.
Empezamos por revolcarnos en la arena.
-Esto echará a perder nuestros uniformes- dijo Tae mientras reía y se revolcaba en la arena.
-¡Que importa! A los niños no les importa eso ¿cierto? - agarré un puño de arena y se lo lancé a la cara.
Él buscó venganza y de igual manera me aventó un puño de arena.
Tae dio una vuelta haciendo que éste quedara encima de mí.
Nos miramos a los ojos y entrelazó sus dedos en los míos. Nos quedamos así unos segundos y Tae se acercó lento a mis labios. Estábamos a poca distancia de besarnos cuando...
-¡ES UN LUGAR PÚBLICO Y PARA NIÑOS! ¡RENTEN UNA HABITACIÓN DE MOTEL! - no supe quién gritó eso ni quería saber. Eso nos llenó de vergüenza a los dos y Tae se movió a un lado de mí.
Miramos el cielo un rato y Tae tomó mi mano. Nos mantuvimos así un rato.
El parque comenzaba a quedarse vacío y el cielo comenzaba a oscurecer.
Miré a Tae y noté que se había dormido. Yo me acerqué y besé su mejilla y antes de poder quitarme él volteó y provocó un pequeño beso.
-Tae, ya es tarde, deberíamos regresar a casa. Nuestros padres se preocuparán.- me levanté y me puse a horcajadas en las piernas de Tae para levantar su torso.
Extendí las manos para que me diera las suyas y levantarlo.
Él las tomó y las colocó en su abdomen, que, por lo que sentí, estaba bien definido. Y posó sus manos en mis piernas y las bajó lento hasta llegar a mis rodillas. Sentir sus manos por mis piernas me erizó la piel, pero reaccioné y estabamos en un lugar público.
Retiré sus manos, me paré y le ayudé. Me di media vuelta avergonzada y comencé a caminar hacia mi casa.
-Kara... Oye Kara, perdón... - Tae iba detrás de mí sintiendo lo que había hecho, pero yo no estaba molesta con él. Sólo no quería verlo porque me daba vergüenza recordar eso y mirándolo me sentiría peor.
Todo el camino a casa Tae iba disculpándose y yo delante de él sin decir palabra.
Me detuve frente a su casa y lo miré con el rostro rojo como un tomate.
-Kara... ¿qué sucede?- Tae me tomó del hombro.
-N-no es nada... Es sólo que me apena lo que pasó. Me da miedo lo que puedas pensar de mí.
-¿Qué podría pensar de ti? Aparte de que eres la chica más guapa, linda y dulce que conozco y al parecer la más importante en mi vida. - me sonrió y me acarició la mejilla.
Por mi parte, me sonrojé y lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho. Él me devolvió el abrazo.
-Te prometo que siempre será así hermosa.- dijo mientras acariciaba mi cabello.
- Gracias Tae... - apreté más el cuerpo de Tae juntándolo más hacia mí -iré a mi casa a avisarles a mis padres que ya estoy aquí.
-¿pero vas a volver?- me miró Tae esperanzado.
Mi idea no era volver. Mi plan era quedarme en mi casa agradeciendo al ser superior por todo lo que me había permitido lograr. Pero al ver su rostro no pude negarme.
-Está bien Tae. Ahora vuelvo.
Di media vuelta y corrí a mi casa.
-¡Mamá, papá! Ya estoy en casa.
Nadie contestó.
Dejé mi mochila en un sillón y fui a la cocina. Ahí estaba una nota:
"Nos fuimos a un viaje de negocios, volvemos mañana en la noche.
Te queremos Kara.
Atte. Tu madre y tu padre."

Mmm un día sola...
¿Qué haré con la casa sola un día...?
No tuve que pensar mucho para saber lo que haría con la casa.
Salí corriendo de la casa y me dirigí a Tae que me esperaba fuera de su casa.
-Ven conmigo ahora- le tomé de la mano y lo jalé a mi casa.
-¿qué ocurre Kara?- iba corriendo detrás de mí angustiado.
-Tengo un día entero sola...- lo miré sobre mi hombro y sonreí maliciosamente.
Tae no tardó en descubrir mis intenciones.
Llegamos a la casa y puse el seguro.
Lo llevé al sillón de la sala y lo empujé a él. Me coloqué encima de él y lo miré con deseo.
-¿Segura que quieres hacer esto? No sé si sea lo correcto y...- coloqué mi dedo índice en sus labios.
-¿No dijiste que harías lo que fuera mi voluntad?- resbalé mi dedo desde sus labios hasta su pecho.
Comencé por aflojar la corbata del uniforme. Seguido de eso desabotoné su camisa y la abrí.
Él sólo me miraba en silencio.
-¿No te gusta lo que hago? Si quieres podemos parar...- me incorporé sobre él y mis piernas quedaron encima de su pelvis.
Noté su erección. Al parecer estaba demasiado excitado. Me dio a entender que no quería que me detuviera. Sonreí con malicia y me agaché para besar su cuello.
Él soltó un pequeño gemido y se mordió los labios con fuerza.
-¿Sabes algo? Ya no aguanto... Traté de controlarme, pero no puedo más. Eres la lujuria en carne y hueso.
Me tomó de las piernas y me levantó para dejarme acostada en el sillón y él encima de mí.
-¿lista para disfrutar del mejor momento de tu vida?- posó un dedo sobre mi seno derecho.
Yo sólo asentí y él empezó a quitarme lentamente mi blusa. Después de habérmela quitado me dio un beso apasionado. Me mordió el labio inferior y lo jaló levemente hacia él.
Entonces sus manos bajaron desde mi cintura hasta mi cadera desabrochando así mi falda y la bajó muy lento.
Pareciera que quería disfrutar de cada momento.
Quedé en ropa interior y noté que su erección se hizo más grande.
Yo le quité la corbata y la camisa y tentada lamí todo su pecho.
Me senté y comencé a desabrochar su pantalón mientras lo besaba apasionadamente. Seguido de eso le despojé de sus boxers.
Se sentó y su erección estaba en su punto máximo.
Yo me lamí los labios, me agaché y comencé a masajear con mi dedo índice el glande de su pene.
Él soltó un gemido ronco. Su masculino gemido me excitó más y me sentí tentada a pasar a lo siguiente.
Lo miré desde abajo y sonreí ligeramente y me acerqué a su pene.
Saqué la punta de mi lengua y la pasé por su pene. Él soltó otro gemido, esta vez más fuerte.
Yo proseguí e introduje todo su pene a mi boca. Repetí eso una y otra vez mientras oía los gemidos de Tae.
Eso me excitaba cada vez más y por instinto metí mi mano por debajo de mis pantis y comencé a masturbarme y a gemir constantemente.
Los gemidos de Tae y los míos se hicieron uno sólo.
Tae me detuvo y me levantó para ponerme sobre él. Me desabrochó el brassiere y me lo quitó.
Puso sus manos sobre mis senos y los masajeó. Poco después acercó sus labios a mis senos y los besó. Mi gemido fue muy fuerte y él lo suprimió con un beso.
Tae me miró de arriba abajo y me quitó las pantis.
Me acostó sobre el sillón y me dio un beso en el cuello.
Puso su mano sobre mis labios y la bajó hasta mi pelvis.
Me miró y bajó sus dedos a mi clítoris y lo empezó a masajear.
Empecé a excitarme más y a gemir más seguido y cada vez más fuerte.
Tomé su mano y lo detuve. Él me miró y le hice una seña para que se acercara y le dije al oído:
- Tae... Hazme tuya... Quiero ser tuya...- mi respiración era agitada.
-¿Estás segura?
-Sí... Quiero ser sólo tuya... Hazlo...- relajé mi cuerpo y él sonrió muy tierna y seductoramente.
Se sentó y me cargó encima de sus piernas y me bajó lentamente hasta que llegué a sentir su pene sobre mi vagina.
-H-hazlo lento... Por favor...- me sonrojé y desvié la mirada.
Él entendió que yo era virgen y me sonrió con compasión y me dio un beso en la frente.
Me tomó con delicadeza. Y me bajó despacio hasta que nos hicimos uno solo.
Por supuesto que me dolió pero valía la pena si era por algo proveniente de TaeHyung.
Comencé a bajar y subir varias veces mientras los dos gemíamos hasta que llegamos al orgasmo.
Tae cayó al sillón y yo encima de él. Nos quedamos dormidos.

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