Capítulo 11.

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6:00 a.m.
Alarma.
Levantate.
Me cepillé los dientes. Me puse mi uniforme y bajé.
-Ya me voy al colegio...- iba a salir de la casa cuando mi padre se puso enfrente.
-¿A dónde crees que vas?- se cruzó de brazos.
-A la escuela ¿Tal vez?- torcí los ojos e intenté esquivar a mi padre pero se interpuso de nuevo.
-No irás sola. Te llevaré yo.
-¿Pero qué? Oh vamos, dejen este juego ya- entonces mi celular vibró.
Lo que saqué de mi mochila y lo chequé.
Era un mensaje de Tae. Miré de reojo a mi padre quien trataba de ver lo que yo.
-Si me permites. - me di vuelta y leí el mensaje.

"Hermosa.
También te necesito. Hoy te veré en la escuela.
Jamás había estado tan feliz de ir al colegio.
Por desgracia no podré acompañarte de camino a la escuela. Mi padre me va a llevar. Creo que ya exageraron esta situación. Ya no me dejan salir.
Hey! Saldremos de esta.
También te quiero hermosa"

Al ver el mensaje me llené de felicidad. No me importaba si mi padre me llevaba. De cualquier modo iría al mismo lugar donde Tae iría.

-Vamos entonces padre - no podía permitir que viera mi felicidad o sospecharía que Tae y yo nos comunicamos así que seguí con mi actitud cortante e indiferente.
-Sube al auto entonces.- abrió la puerta y salimos.
Subí al auto y él enseguida de mí.

-Hija no puedo creer esto. Me has decepcionado.-me dijo mientras emprendíamos el camino a la escuela.

-Papá, tengo 15 años y mis hormonas están alborotadas. No pensé en lo que hice. Sé que está mal, pero no puedes prohibirme estar con él. El que no me dejes ni verlo... Esto ha ido ya muy lejos.- volteé a ver la ventana.

-Bonita excusa... "Tengo 15 años, hormonas" no me importa. Tienes edad suficiente para estar consciente de lo que haces y estabas más que consciente cuando lo metiste a la casa.

Eso me dejó sin palabras. No pude contestar nada más. Me puse mis audífonos y lo que restó del camino no hubo palabras.

Llegando a la escuela mi padre se estacionó.
-¿Qué haces? Sé el camino ¿sabes?- me quité mis audífonos.
-Lo sé. Y también sé que sabes el camino donde ese muchacho está. Iremos con la directora.- me tomó del brazo y me llevó.

Para mi sorpresa, Tae y su padre ya estaban ahí.
La directora nos hizo pasar.
-Buenos días. Creo que estamos por la misma razón que ellos dos.- dijo mi papá.
El padre de Tae volteó y asintió.
Tae y yo nos miramos. Los dos con el corazón destruído.
Su padre le golpeó el brazo con el codo para que se volteara y mi padre me lanzó una mirada asesina.

-Le decía a la directora que no permita que estos dos jóvenes estén juntos. Razones nosotros las tenemos. Sólo puedo decir que se portaron mal.- comentó el padre de Tae.

-Perfecto, es justo a lo que venía yo.-sonrió mi padre con un sabor de satisfacción en la boca.
Tae y yo los mirábamos con repulsión.

-Bien, si es lo que ustedes desean así será. De aquí yo me encargo señores. Pueden retirarse.- decía con seriedad la directora.
Mi padre me jaló para salir de ahí pero la directora interrumpió.
-Señor Smith le pediría que me dejara a Kara aquí igual a usted señor Kim. Tengo reglas que ponerles.

-Por mí perfecto- dijo mi padre.
-Está bien- dijo el señor Kim.

Los dos salieron y no supe más.

-Bien jóvenes, tomen asiento- dijo la directora.
Los dos nos miramos y nos sentamos.
- No sé qué es lo que pasó, pero debió haber sido muy grave para que sus padres los hayan separado así. - nos miró por encima de sus lentes y entonces decidimos contarle. Irónicamente le teníamos más confianza a la directora que a nuestros padres.

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