Capítulo 10.

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Me desperté por la mañana sintiendo el aroma de Tae a mi lado. Me moví intentando abrazarlo, pero luego recordé la cruda realidad.

Pensé en escribirle algo a Tae... Ya que no podría quedarme con él.
Escribí un mensaje a Tae, lo metí en un bolsillo del saco y salí.
-Mamá ¿puedo ir a darle esto a Tae? Lo dejó en mi cuarto...- mi madre me miró con tristeza en su rostro. No parecía estar decepcionada de mí, sino triste...
-¿Qué ocurre mamá? -me senté a su lado.
-Hija... No quiero que te separes de Tae. Sé que está mal lo que hiciste y que mereces un castigo pero no este.- mi madre intentó guardar sus lágrimas para ella.
-¿Y por qué me hacen esto? - me molesté.
-No soy yo... Es tu padre. No puedo hacer nada. Intenté hacerle cambiar de opinión pero no funcionó. Lo siento hija...- bajó la mirada y siguió con la actividad que estaba.
En eso llegó mi padre.
-¿Eso es de ese muchacho?- me preguntó apuntando el saco.
-Sí, ¿puedo ir a entregárselo?- sabía que no me dejaría, pero valía la pena intentarlo.
-No. Se lo llevaré yo. Dámelo.- me lo arrebató y salió.
Me asomé por la ventana y salió el padre de Tae a recibir el saco.
Espero que vea el mensaje.
Regresó mi padre.
-Vayan a cambiarse, hoy es día familiar.
-Yo no quiero salir contigo.

Ciertamente los culpables de todo eran los padres. Las madres se veían tristes por todo lo ocurrido. Lo noté antes en el rostro de la señora Kim y mi madre me lo dijo ahora.

-Pues lo siento pero vas a salir. Ve a arreglarte ahora.
Lo miré con repulsión y di media vuelta para subir a mi habitación y cambiarme.
Salimos los tres y en ese momento también salió Tae con sus hermanos y nos miramos.
Me sonrió a lo lejos y le sonreí también. Pero nuestras sonrisas eran tristes.
Metió su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó la nota que le escribí.
Movió sus labios diciéndome un "te quiero" en coreano.
Le sonreí y le contesté igualmente con movimiento labial un "también te quiero".
Pero eso no duró mucho. Mi padre me metió al coche y nos llevó a un centro comercial.
De camino al centro comercial me coloqué mis audífonos.
Mi padre balbuceaba mil cosas y yo solo lo ignoraba. No quería ni mirarlo. ¿Cómo era posible que un padre pueda hacer esto? Sé que aprovecharme de la casa así no fue correcto, pero ¿no dejarme ni mirarlo?
Esto no se va a quedar así...
Estando ya en el centro comercial, mi padre compró algunos artículos para comer, ropa y otras tantas cosas.
¿Yo? Seguía evitando al mundo con mis audífonos.
Mi madre se me acercó y posó su brazo en mis hombros.
-Hija, sé que no es fácil... Pero tienes que olvidarte de él como lo hiciste de niña.
¿Qué carajos se cree mi madre? ¿Cree que es tan fácil? Solo olvidarlo así como así... Aún más, teniendo aquél sillón como evidencia de lo que pasó entre nosotros. Vaya, esta mujer está loca.
Quité su mano de mi hombro.
-Me voy al carro... Los espero allá.- me giré y me fui al auto.

Estando ahí cerré mis ojos y caí dormida.

-Hey Kara... Despierta. Hermosa, te tengo una sorpresa. Vamos levantate.

Abrí mis ojos. Frente a ellos estaba Tae con una hermosa sonrisa. Yo estaba acostada en mi cama y Tae sentado frente a mí.
-¿Qué sucede? - me tallé los ojos .
-Ven, te tengo una sorpresa- me ayudó a levantarme y me llevó a la sorpresa.
Llegamos al comedor.
Un lujoso desayuno perfectamente preparado.
Me volví a Tae sorprendida.
-¿Tú lo has hecho?- volví a mirar el desayuno.
-Sí. Yo solito.- hizo un gesto que mostraba estar orgulloso de sí mismo y con toda razón.
-Ohh Tae... - me giré y lo abracé con fuerza.
Él me devolvió el abrazo.
-Lo hice porque eres la chica que me devolverá mis recuerdos y la que hará que hagamos los mejores recuerdos en lo que resta de nuestras vidas.

Levanté la mirada para ver su rostro. Él me estaba mirando con ternura, lleno de esperanza y felicidad.

-Tae...- mis ojos se llenaron de lágrimas- Te amo... - con delicadeza me acerqué a él y lo besé en los labios. Mis lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.

Entonces desperté.

Me encontraba en el auto de mis padres dirigiéndonos a casa.

Esas lágrimas de felicidad que corrían por mis mejillas en mi sueño se conviertieron en lágrimas de amargura y tristeza al ver la cruda realidad.

Llegamos a casa y vi a los hermanos de Tae jugando en el parque con otros niños que se encontraban ahí.

Subí a mi cuarto por una pluma, un papel y el libro que actualmente leo.

-Iré al parque a leer. Vuelvo al rato- comenté a mi madre y salí.

Estando afuera comencé a leer mi libro, pero no sin echarles un ojo a los hermanos de Tae.
Cuando pasaron cerca de mí les hablé.

-Hola Kara- me dijo el mayor con una sonrisa en su rostro. El otro sólo se inclinó frente a mí y le sonreí.
-Hola niños. Oigan ¿saben el número celular de su hermano?- me incliné hacia ellos.

Los dos se miraron.
-Claro... ¿ lo vas a llamar? - me dijo el mayor.
-Esa es mi idea- les sonreí.
-¿Por qué lo dejaste Kara? Ha estado muy triste desde ayer. Él finge sonreír, pero ni Kyu-apuntó al menor- ni yo somos tontos. Sabemos que está deprimido y es por ti.

Claro que sus hermanos no sabrían lo que pasó. No era asunto de ellos y yo no les diría para dejar a sus padres como los malos.

-Ocurrieron unos problemas y no podemos vernos por el momento, pero les prometo que vamos a volver a estar juntos- les sonreí. Solo prométanme una cosa.- los miré a los dos.
-¿Qué cosa Kara?- me dijo Kyu.
-Que no les dirán a sus padres que me vieron y mucho menos que me hablaron ¿ok?
-Está bien- dijeron los dos al mismo tiempo.
Entonces el mayor me dictó el número de Tae, yo lo apunté en el trozo de papel y agradecí.
-A propósito,¿cuál es tu nombre?- miré al mayor.
-Kim YooHyung- me sonrió.
-Y el de él debe ser Kim KyuHyung.- miré al menor.
-¡Así es!- aprobó Kyu.
-Qué lindos nombres chicos. Bueno tengo que irme ya porque se me hará tarde. Tengo cosas que hacer. Gracias por todo chicos.
Me levanté y los chicos se despidieron de mí. Yo entré a mi casa y corrí a mi habitación.

Tomé mi celular y guardé el número de Tae. Enseguida le escribí un mensaje.

"¡Tae! Conseguí tu número. Si no nos dejan estar juntos al menos hablar por aquí.
Te necesito... Al menos en el colegio podremos estar juntos.
Quiero correr a ti y abrazarte. De verdad me haces falta.
No puedo creer que nos hagan esto.
Te quiero Tae... Nunca lo olvides"

Mandé el mensaje y me metí a tomar una ducha.
Salí, me sequé el cabello y me dormí.

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