Atracción.

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Cada vez que nos encontramos y te veo sucede lo mismo; mi alma se siente atraída por la tuya, no es algo más que una atracción, pero está atracción es más profunda; el que me atrae es tu espíritu. Ese vivaz fuego llameante que hay en ti, que ha visto tanto y nada, ese que hace que mi llama se extienda, que hace que yo quiera estar contigo, abrazarte, quizá besarte, sentir tu calor, ese calor corporal y espiritual que desborda tu alma, ese que me llena temporalmente aunque insatisfecho en esos días grises y fríos como el invierno.

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