Desconocida.

49 6 0
                                    

Quizás no me conozcas, ni yo a ti, sin embargo debo de escribirte lo que pienso de ti. En aquellos viajes que tengo, donde vago por el mundo, aveces sin rumbo, te pienso en ocasiones quizás como símbolo de razones. Aunque no creas te observo, no de manera mala, o quizás sí. Pero es inevitable, causas poesía en mí interior aveces tu recuerdo me desgarra el alma, aveces ella sólo te ama. Es evidente que no es nada más lo que yo creó de ti, todo reside en mí mente. Sin embargo dejame decirte señorita que es usted preciosa, suscita usted una respuesta neurologicamente favorable en mi cerebro. Quizás porque he pasado bastante tiempo en la poesía es inevitable no ver o percibir lo bello en cada persona, y déjeme decirle que es usted extremadamente bella, quizás con desbordamiento de locura. No sé como te llamas, o a quien llamas, o si amas, si posees pareja o estas soltera. Aveces pienso que sólo soy un loco que se pierde en la inopia pensando que algún día podría conquistar con mi poesía. Es cierto que soy escritor, bastante joven, igual que usted. Su belleza física causa en mi ser una perturbación de esas agradables que deseas tener toda la vida, es como una llama, fuerte, constante y momentánea, que a pesar de perturbar tiende a calmar. Mi intención no es ofenderla, asustarla lo es menos. Sólo pensé que debería dedicar un bello rato a escribir lo que uno desea, si es inalcanzable o no, es otra historia, lo importante es trasmitir lo que se siente. Puedo yo parecerle un poco extraño e inclusive excéntrico, pero no se preocupe, yo sólo soy poesía y quizás muera siendolo. Es evidente que me he extendido más de lo acordado, pero ¿Qué puedo hacer yo cuando el sentimiento esta de mí lado? Señorita es usted puramente una flor, en apariencia, quizás en esencia, y como todos tenga esa parte obscura que a no todos se les permite ver, pero dejame decirte que aún cuando vago extraño en océanos de cráneos usted resulta ser un apaciguante reconfor, su mirada dulce, aveces tan vacía, tan callada y otras veces tan amada. Su sonrisa pura como el cristal, aveces tan superficial y otras tantas tan espiritual. No he de robarle más tiempo, sin embargo déjeme terminar con decirle que recuerdo mucho su piel blanca, seguida de esa hermosa mirada que dice tanto y a la vez nada.

Parajes De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora