Extraña.

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Hoy en una gélida noche de verano, empecé a caminar por parajes intelectuales, quizás más poéticos que puramente racionales.
Decidí sentarme para aquietar un poco mis pasos quizás con la esperanza de que mis pensamientos fuesen más conexos, y pensados con más sosiego. Saqué un cigarrillo, lo encendí y me fumé, absorbí tu recuerdo para después expulsarlo y que bailara en el aire con un sentimiento difuso que se esparcía en el cielo claro y ya nublado, se expandían en pequeños fragmentos de los cortos, furtivos y efímeros recuerdos de tu esencia, aún cuando no he sentido tu presencia.
Poco he de saber yo de ti, así como tú menos de mí. Quizás tú solo seas el inicio de una poesía difusa, confusa o quizás más ilusa. Sólo eres la quimera, no me malinterpretes, no es que no te pueda tener, sólo no podrá ser, no aún. Qué sería del ser humano sin lo utópico... quizás sólo fuera un ente vagando sin rumbo del poder soñar, sólo vagando entre los océanos de cráneos, sobreviviendo al irremediable devenir del mundo, de la existencia humana.
Ahora joven y hermosa dama, déjame soñarte con intensidad con esa intensidad que posee el color de tu cabello, ese rojo llameante que se expande por tu ser, por tu personalidad, por tu vida. Cuanto daría por ser el responsable de tu sonrisa, desearía yo poder rozar tus labios, que nuestros labios choquen se estrellen como las olas creando ondas, sensaciones inenarrables, afables, inefables, y llena de rosales, poder hacer que mis besos embarguen, humedezcan y empapen tu alma, llegar hasta tu ser, causar un choque eléctrico que se extienda por tu corteza cerebral y que baje lentamente, súbitamente, fugazmente por tu columna vertebral. Causar en tu ser, en tu espíritu, en tu alma una perturbación tal que se desestabilicen tus miedos, que aquéllas sombras que alguna vez te causaban penumbra desaparecieran y sólo quedara su recuerdo, que todo lo tuyo y lo mío se esparciera en el viento, en el hielo, en el tiempo, solo para que nuestras ya confundidas, excitadas, y esparcidas esencias del ser se unieran para formar un vínculo tal que ni el olvido, ni la muerte pudiese separar.
Miro hacia el cielo, veo la luz de la luna, y yo no me imagino bajándotela, sólo llevándote a ella. Desearía tanto tu pecho, tus senos blancos puros llenos de esa lujuria que encanta al tan mundano ser humano, esos senos, pezones que aún no veo, y prefiero más sentirlos que verlos, poder acariciar la areola, jugar con mis dedos en ella, poder realizar un espiral donde pueda sentirte más y que tú me puedas sentir en espíritu, poder escalar hasta la montaña y poder disfrutar de su esencia, poder saborear el elixir, ese Grial, absorber todo tu ser y poder escuchar los gemidos que los dioses tanto han celado, han cuidado con cautela dejando solo a pocos poder escuchar los cánticos de los Ángeles, con sólo escucharte gemir, bajar por las cordilleras, llegando hacia la tierra plana, blanca, cálida y pura. tus hermosas curvas que embargan mi ser, lo perturban y me animan a querer más tu espíritu, ansiar mas tu presencia, desear tanto la unión de nuestras almas, bajar por tus caderas ansiando el elixir que sólo los dioses permiten amar, el elixir que ellos protegen tanto, dejando que nadie pueda probrarlo, que nadie pueda saber de su existencia, lo guardan sólo para ellos, pero no tenían pensado que alguien, yo, tú, unos mortales pudieran conocerlo, explorarlo, vivirlo como nadie jamás en la historia lo ha vivido, lo ha sentido. Los dioses no sabían que en este pequeño instante dos mortales se convertirían en dioses, que conocerían los secretos del cosmos, que podrían distinguir lo que fuese real y lo que no, donde pueden unir lo material con lo espiritual sin deformar la vida, la existencia y la realidad misma. Ahora ansioso por poder llegar hasta ese climax, bajo suave, delicadamente, teniendo en cuenta cuán etéreo sería esa acción, ese momento, cuando dos mortales serían inmorales, pero no sucedió. ¿Qué paso? Mi cigarrillo se acabó. Mi cigarrillo se apago, llegó a su fin. Todos se acabaron. Ahora solo me queda el recuerdo, de lo que fuimos, de lo que somos, de lo que pudimos ser.

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