Capítulo 4: Abominación

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"Querido diario:
Primero, Derek convirtió a Isaac.
Segundo, Derek convirtió a Érica.
Tercero, Derek convirtió a Boyd.
Cuarto, Scott intentó detenerle y le pegó una paliza.
Septuagésimo quinto, ¿de qué coño va Isaac?
Lo único que sé es que no se nada (sí, hoy estoy filosófica)"
Desperté de mi siesta con el estridente tono de mi móvil.
—Hola Ella, a Stiles le ha pasado algo, tenemos que hablar —dijo Scott al descolgar.
—¿Qué? ¿Está bien? —pregunté alarmada.
—Sí, sí...tú solo ven, yo iré corriendo, ya sabes. Te envío la ubicación.
Salí de casa con cuidado para que mi padre no se despertara, y subí al coche. Tardé un poco en llegar a aquel taller perdido por ahí.
—Stiles —le llamé desde mi coche.
Él se acercó a mí y subió al coche.
—Hola, ¿y Scott? —preguntó.
—Llegará en seguida, venía corriendo. ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? —le pregunté preocupada.
—Ya estoy aquí —dijo Scott entrando en el coche.
—Estoy bien, verás, ayer durante la luna llena Scott y Allison vieron a un monstruo en la casa de Isaac. Tenías razón Scott, parece un reptil —dijo mirándole— Sus ojos...había algo en ellos, sabes, cuando miras a un amigo con una careta y solo le ves los ojos, y te suena pero no sabes quién es...
—¿Estás diciendo que le conoces?
—No, pero esa cosa me conocía.

🌙

Estaba sentada con Allison en nuestra hora libre, miraba al cielo, pensando cómo le iba a contar a Lydia todo lo que había pasado.
—¿Qué vamos a hacer? Odio tener que mentirle a Lydia, ¿cuándo vamos a poder contárselo? —le dije a Allison.
—No tengo ni idea, aún no sé si debemos hacerlo, es decir...quizá estaría más segura sin meterse en nada de esto.
—Sabes que eso es mentira, todos estamos mejor desde que lo sabemos.
—Eh Allison —llamó Stiles desde lejos— ¿sabes si tu abuelo tiene un bestiario? —preguntó.
—¿Un qué?
—Ya sabes, un "bestiario" —dijo haciendo las comillas con los dedos— tiene que ser como un libro viejo, desgastado...
—¿Encuadernado en cuero?
—¡Sí! —exclamó.
Salió corriendo, supuse que fue a buscar a Scott. Aunque volvió después de unos cinco minutos.
—¿Dónde...lo tiene...guardado? —preguntó con la respiración alterada.
—Tiene que estar en su oficina.
Y volvió de nuevo en unos cinco minutos.
—Los narcotraficantes han usado móviles de prepago durante años —dijo después de usar el inhalador.
—Mis padres controlan mis llamadas, correos, mensajes que envío...créeme, lo encontrarían —le contestó Allison.
—Sabes que podrías haberme llamado a mí ¿verdad? —dije enseñándole mi móvil. Él se golpeó en la frente.
—¿Puedes conseguir el libro? —preguntó.
—No sin sus llaves —respondió Allison.

🌙

Partido de lacrosse.
El plan era invitar al viejo y sádico abuelo de Allison al partido, robarle las llaves, robarle el bestiario, devolverle las llaves y no devolverle el bestiario sin antes tener la información necesaria.
Me había sentado en la parte baja de las gradas para estar cerca del banquillo, donde estaba Stiles.
Íbamos muy mal, el número cuarenta y dos de los Beavers también era llamado "La Abominación" y creo que eso lo explica todo.
Cuando Allison me hizo la señal le di una pequeña patada a Stiles. Él me miró y se levantó.
Le vi alejarse con las llaves y me centré en el partido.
Nos estaban machacando, literalmente, faltaban muchos jugadores.
—¿Y Stilinski? —dijo el entrenador.
Para una vez que podría jugar y no estaba allí. Aunque la verdad lo prefería. No quería que acabase en el hospital.
—¡Tú! ¿Sabes jugar? —gritó el entrenador, me giré para ver a quién había llamado.
Era Boyd, y estaba dispuesto a jugar. Por un momento me sentí aterrada al pensar en que se podría descontrolar, hasta que tumbó a la maldita Abominación.

Stiles no aparecía y comencé a preocuparme. Fui a buscarle a la oficina, pero no estaba allí. Me estaba desesperando. Le mandé un mensaje pero no contestó. Le llamé, pero tampoco lo hizo.
Entré al instituto, buscándole, y entonces escuché un rugido que venía de las piscinas. Sin pensármelo dos veces salí corriendo. Cuando llegué, Stiles estaba dentro de la piscina con Derek encima.
—¡Stiles! —grité, acercándome al borde de la piscina— ¿qué estais haciendo ahí?
—No, no, Ella vete de aquí —dijo Stiles— ¡cuidado!
Sentí un pinchazo en la nuca, y me giré para encontrarme con un mostruo horrible con piel de reptil, pero perdí el equilibrio y me caí al agua. Intenté moverme pero no podía. Me estaba ahogando pero de repente paró, y pude respirar. No sabía cómo, pero estaba respirando bajo el agua.
Vi a Stiles soltar a Derek, intenté negar con la cabeza, aunque no pude. Sentí como mis ojos brillaron. Stiles me miró por unos segundos, sin comprender, pero volvió a coger a Derek y salió a la superficie.
Yo sabía que él estaba muy cansado, no aguantaría mucho más. Intenté moverme con todas mis fuerzas, pero resultaba en vano. Unos minutos después comencé a sentir los dedos de los pies. Mi parálisis cedió, y subí a la superficie.
—¿Cómo lo has hecho? La parálisis dura horas —dijo Stiles. Yo no tenía respuesta para él.
—Aguanta un poco —le dije acercándome a él.
Ayudé a Stiles cogiendo a Derek.
—El móvil...está allí —dijo señalando al borde de la piscina— tengo que llamar a Scott.
—No, no te acerques —respondí alterada— ese monstruo está ahí.
—Ella...no aguanto más.
—Derek ruge —le grité.
—¿Cómo voy a rugir si estoy paralizado de cuello para abajo? —dijo con tono agresivo— necesito mucha fuerza para que Scott lo oiga de lejos.
—Ella, ruge tú —me dijo Stiles.
—Stiles yo no soy una mujerlobo.
—Inténtalo —me animó— seguro que haces algún sonido sobrenatural o algo así.
Le miré con inseguridad y cerré mis ojos.
Intenté visualizarme haciendo un rugido, pero lo que salió de mis labios fue una especie de melodía, al principio era débil, pero después se intensificó.
—Eso ha sido...hermoso —dijo Stiles avergonzado de decir algo así.
—A lo mejor ni siquiera está aquí —respondí abrumada por todo lo que estaba pasando.
Entonces el móvil sonó. Canté de nuevo, Scott apareció unos segundos después. Nos sacó del agua, y tuvo que pelear con ese monstruo que cuando vio su reflejo en un trozo de espejo, salió huyendo.
—Dime que lo tienes —le dije a Scott.
—Vamos —contestó.
Resulta que el maldito bestiario estaba en una memoria usb, en las malditas llaves.
Scott lo descargó en un portátil.
—¿Es eso siquiera un idioma? —dijo Stiles mirando a la pantalla, donde estaba el bestiario escrito en un idioma, muy muy antiguo.
—Es latín arcaico —respondí.
—Se llama kánima —dijo Derek.
—Y tú ya lo sabías —dijo Scott.
—No hasta que se desconcertó al mirarse en el espejo.
—No sabe lo que es —dijo Stiles.
—O quién —añadió Derek— pero solo he oído historias.
—¿Es como nosotros? —preguntó Scott.
—Adopta forma...pero no está bien, es como una...
—Una abominación —terminó Stiles. Derek asintió.
—Derek, tenemos que trabajar juntos, incluso con los Argent —dijo Scott.
—¿Confías en ellos? —preguntó agresivo.
—¡Aquí nadie confía en nadie! —contestó Scott con seriedad —ese es el problema, mientras nosotros discutimos sobre en quién podemos confiar hay un monstruo horrible, más fuerte y más rápido que nosotros, que está matando personas. Y todavía desconocemos qué es.
—Sé una cosa, que lo encontraré y lo mataré —respondió— y antes de nada, averiguad qué monstruo es vuestra amiguita —añadió mirándome.
—Sin mí, ahora mismo estarías muerto o serías la cena de ese monstruo, para lo cual también estarías muerto —le espeté.
—Puede que la próxima vez seas tú —respondió con agresividad.
Después se marchó.

II: Perilune ↞ Stiles/Isaac/Teen Wolf ↠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora