II: Perilune ↞ Stiles/Isaac/Teen Wolf ↠

Capítulo 11: Inútil

—¡Ella! —dijo la señorita Morell elevando la voz.
—Sí.
—Si en vez de pensar tú sola, me cuentas y hablamos, no tendría que gritar cada cinco minutos. ¿Sientes pena por Matt?

Estaba en el despacho de la psicóloga del instituto. No podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido. Cuando salimos de allí, la policía llegó. Me encontré con Stiles fuera...

—Ella —me llamó de nuevo la atención.
—Sí, sentí pena.
—¿Incluso aunque matara a tantas personas y te amenazara y apuntara con una pistola a la cabeza?
—Las personas son personas. Era un asesino, y es obvio que hizo cosas horribles, pero supongo que es porque nadie que me importara salió herido. Si hubiera pasado algo...no habría sentido nada de pena.

Stiles estaba allí parado, viendo el cuerpo inerte de Matt junto al lago. Me acerqué a él, pero simplemente le cogí la mano. Acabábamos de pasar una noche infernal. Él apretó mi mano...

—¿Aún no has hablado con tus amigos?
—Es extraño. Lydia es mi mejor amiga, pero ni siquiera estaba allí, no podría hablar de esto con ella. Allison está muy dolida por la muerte de su madre. Scott...tiene sus propios problemas. Y Jackson...la verdad es que no sé si volvería a hablar con él.
—¿Y qué hay de Stiles?
—Stiles...

Le miré a los ojos. Él estaba nervioso, después de todo lo que había pasado.
—Creo que deberíamos irnos a casa —le susurré.
—Sí, te llevaré —murmuró.
Stiles me llevó a casa. No hablamos en el camino. Me despedí con un buenas noches, pero no esperé por su respuesta.

—No sé lo que pasa entre nosotros. No he vuelto a hablar con él desde entonces, y no sé como volver a hacerlo.
—¿Y tú Ella?
—Yo...estoy bien. Pero estoy harta de sentirme inútil, cada vez que algo pasa yo...
—Pero no lo eres ¿verdad?
—No. Pero es que no puedo...
—Que puedas hacer algo depende de ti. La mente es un instrumento muy poderoso, no dejes que te controle y te pierda. Contrólala, y podrás hacer todo aquello de lo que eres capaz, quizá, incluso más de lo que crees.

Miré a mis manos sobre mi regazo, aún pensando en las últimas palabras que acababa de decir Morell, y grabándolas en mi mente.

🌙

—¡Señor Stilinski! —grité subiendo las gradas para sentarme al lado del padre de Stiles.
—Hola Ella —respondió alegre.
—¿Listo para el partido señor?
—Claro.
—Ella —me llamó Stiles, que ahora estaba de pie cerca de nosotros. Me hizo un gesto para que fuera con él. Miré al señor Stilinski en modo de disculpa y me acerqué al banquillo, donde estaban Scott y Stiles.
—Hola —comencé.
—Hola. Jackson va a jugar —respondió Stiles serio. Aún no estábamos bien.
—¿Qué?
—Y yo no puedo jugar —dijo Scott.
—¿Qué...? —no terminé la pregunta, ya que al mirar a Stiles me sentí fatal.
—Yo...el otro día cuando estábamos en aquella habitación, y yo no podía moverme...me sentí inútil. Tú te fuiste y...—Stiles me miró decepcionado y se me cayó el alma a los pies, me estaba haciendo sentir culpable— quiero ayudar, pero no puedo hacer lo que vosotros hacéis.
—Stiles, no pasa nada —dijo Scott.
—Vamos a perder ¿verdad?
—¿Pero de qué narices hablais? El partido ni ha empezado. Tú, ponte tu casco y sal ahí, entras por Greenberg —dijo el entrenador, que apareció detrás de nosotros, para dirigirle la palabra a Stiles.
—¿Qué? ¿Qué le pasa a Greenberg?
—¿Qué le pasa a Greenberg? Es un paquete. Tú eres...menos paquete.
—¡Stiles vas a jugar! —grité emocionada.
—Voy a jugar...en el campo...¿con el equipo?
—A menos que prefieras jugar contigo mismo —respondió el entrenador.
—Hoy ya lo he hecho. Dos veces.
—¡Stiles! —le reprendí avergonzada, dándole un golpe en el brazo. Scott se rió.
—¡Sal a jugar ahora mismo! —gritó el entrenador. Stiles salió pitando.
Miré a Scott que se encontraba a mi lado y me miraba con una sonrisa.
—Entrenador —dije despidiéndome de él para ir a sentarme al lado del padre de Stiles, que estaba también con la madre de Scott.
—Oh no, qué hace mi hijo en el campo.
—Stiles va a jugar —le dije emocionada.
—Eh...sí claro, ¡mi hijo va a jugar! —gritó levantándose. Me reí acompañada por la madre de Scott.
—¡Lydia! —grité llamando a mi mejor amiga que acababa de llegar, se sentó a nuestro lado.
Justo cuando el partido empezó, y Stiles consiguió la pelota fue placado al instante.
—Puede que esté calentando —dijo la madre de Scott. Yo solo asentí haciendo una mueca.
Pero Stiles fue placado de nuevo segundos después.
—Seguro que está nervioso. Hay tiempo para remontar —dijo Lydia.
Stiles no dejaba de perder la pelota. Toda la grada le abucheaba y el señor Stilinski se tapaba la cara con las manos.
Pude ver a Isaac que se acababa de sentar en el banquillo. Le sonreí, y él también lo hizo. En cuanto Isaac salió al campo, nuestros jugadores empezaron a volar por los aires. Literalmente.
Cuando ya no quedaron más suplentes después de todos los que había placado Isaac, Jackson le placó, y lo sacaron en una camilla. Scott le sustituyó. Supuse que ese era el objetivo.
Gerard, el abuelo sádico de Allison que ahora controlaba al kánima, estaba jugando sus cartas.
Los Beavers nos estaban aplastando. La estúpida Abominación placó a Scott y Stiles, y a todo el equipo básicamente. Scott salió de allí corriendo, hacia los vestuarios. Y me pregunté qué estaría pasando.
Con todo el equipo en el campo contrario, la pelota llegó rodando a los pies de Stiles, que se quedó paralizado. La cogió lentamente y se quedó parado.
—¡Stiles corre! —le grité lo más fuerte que pude. Y pensé que me escuchó, ya que salió corriendo hacia portería.
Se paró delante de ella, y todo el equipo venía tras él. Estaba nervioso y parado ante ella.
—¡Stiles dispara! —gritó el entrenador, seguido del grito de Lydia.
Stiles disparó a puerta, y marcó. Y volvió a marcar, una y otra vez.
Todo el equipo lo celebraba, pues quedaban muy pocos segundos para que el partido acabara. Stiles miró a la grada, yo lo celebraba con Lydia.
Entonces las luces se apagaron, y escuchamos gritos.
Salimos corriendo, pues nos estaban empujando para salir de allí. Lo primero que pensé fue en buscar a Stiles. Cuando ya habíamos bajado de las gradas y las luces volvieron, pude ver un cuerpo en el centro del campo.
Era Jackson.