Ahora que veo detenidamente mi habitación me sorprendo de lo mucho que ha cambiado.
En mis recuerdos mi color favorito era el rosado, pero casi toda mi habitación esta decorada con un morado oscuro, tan oscuro que si no le prestas la atención suficiente llegas a confundirlo con negro.
A decir verdad, me gusta mas este estilo. Mi cama tiene una colcha morada oscuro con blanco. Y las paredes están pintadas del mismo color morado oscuro. En la pared al lado de la cama hay unas bombillitas blancas pegadas por toda la pared. Encima de las bombillas hay unas fotos.
Una foto llamo mi atención.
La despegue de la pared y la observe.Era realmente linda la foto, había un chico de perfil dándome un beso en la mejilla mientras yo sonreía dichosa. Me veía realmente feliz. Me acerque a un espejo y trate de imitar la sonrisa plasmada en aquella chica, pero no logre imitarle ni una pizca.
Observe al chico, no lo reconocía ni un poco. Me pregunte por que estaba besándome pero llegue a la conclusión de creer que era un amigo.Volví la foto a su sitio y mire las demás. El chico aparecía en muchas mas, pero casi siempre de perfil. Me mordí la mejilla interna por la duda que crecía en mi y mi curiosidad pudo mas al coger mi celular y tomarle una foto y enviársela a Esther.
Le mande la primera foto que había tomado con el mensaje:"¿Quién es él?"
A los pocos minutos llego la respuesta.
"Es Sebastian, estudia con nosotras."Mire el mensaje y decidí dejarlo en leído.
Deje las dudas atrás.
Quiero recordar que me compraron un nuevo celular. Al parecer el anterior se me había estropeado por que lo tenía conmigo a la hora del golpe. No tenía a nadie agendado con quien tenderme a hablar. Solo tenía a mi familia y a Esther, pero ahora no quería hablar con ella.Estaba realmente aburrida, así que mire mi ropa.
Enserio que no sabia que mosco me había picado. Mi ropa era negra y blanca, algunas coloridas pero no en tonos chillones, ejemplo no había ninguna rosada o amarilla. La verdad es que me gustaba el estilo de la ropa y toda mi habitación, así que eso no era algo problemático.Baje a la cocina y ví a mi padre sentado en la isla de la cocina tomando café.
-Oye, Pá. ¿Nosotros no teníamos una perra?- le había preguntado mordiendo una manzana.
-Sí, pero murió hace 3 años.
Claro, tres años. Tres años que se borraron en mi memoria. En ese momento me entró una rabia incontrolable y mas al escuchar el tono de voz de indiferencia de mi padre al decirme aquello. Era como si no se le removía ni un nervio al saber que su única hija estaba amnésica.
Tire la manzana con rabia y me aleje de él de nuevo a mi habitación.
De pronto puede que sea un poco sobreactuada o muy dramática pero era lo que sentía.Para distraerme tome un libro de pasta roja mediano que estaba en mi escritorio. Era muy pequeño y gordo y sus paginas estaban en dorado. Lo abrí en donde estaba el separador, al parecer yo ya lo estaba leyendo, pero como mi memoria esta de vacaciones decidí comenzar desde la primera página.
~•~•~•~•~
El libro enserio que era interesante.
Se llama "Madame Bovary".Era ambientado en la época de los vestidos bombachos, carruajes, duques y duquesas. Me gusta.
Mientras leía mi madre entró a mi cuarto sin avisar, le había dado una mirada de reproche pero ella la ignoro por completo.
Se acerco a mí cama y dejo en ella una bolsa de plástico negra.
Después de un rato comprendí que dentro de la bolsa de plástico estaba mi uniforme del instituto.
Estaba en la tintorería, lo saque y vi que era una falda rectangular que iba a la cintura y terminaba en las rodillas, un chaleco a cuadros que era abierto y la camisa blanca tradicional.-Mañana empiezas de nuevo. Espero que te prepares de todas las maneras.-me dijo dándome un beso y entregándome un papel en donde estaba mi horario escolar semanal.
Aliste todo, los libros, el uniforme. Lo único que necesitaba alistar era a mí misma.
Sentía que no estaba preparada para ir de nuevo a mi entorno natural, un entorno que ahora mismo no reconocía.En estos momentos estoy en la esquina mas oscura de mi habitación con una linterna en mi mano izquierda y un lápiz deslizándose en esta hoja de papel en mi mamo derecha.
No puedo dormir, pero es necesario si quiero levantarme. Pero eso es lo que menos quiero hacer.-Sofia.

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Dulce Agonía
No FicciónEsta es una historia con unos pequeños relatos de una adolescente que pierde su memoria. Ella escribe todos los días de su vida en un cuaderno, para que no se pueda olvidar de nada mas. Sofia se siente tan agobiada que en todo su trayecto empieza a...