Bien, el día había empezado bien. Mi madre me levanto a las 5:30 de la madrugada, me bañe y me puse el uniforme. Debo decir que la falda no quedaba nada mal, pero que el chaleco le hacia ver a la mas delgada, gorda.
Mis padres me llevaron al instituto en su coche. Se me hizo raro que mi madre se sentara en la parte de atrás conmigo en vez de estar de copiloto al lado de mi padre, pero lo deje pasar. De seguro solo quería darme apoyo.
-Sofia, espero que estés bien este día. Si te sientes mal en algún momento no dudes en llamarnos.
Me había dicho en el camino hacia la escuela. Solo asentí y deje que ella apoyara mi cabeza en su hombro. Papá dijo lo mismo y me mando un beso por el retrovisor.
Al llegar creí que mamá se sentaría al lado de papá, pero no fue así.
Al momento de despedirme salí y me quede cerca de un árbol mirando el coche de mis padres.
Realmente me lleve una gran sorpresa al ver a mi madre bajar del auto y solicitar un taxi para luego montarse a el y seguir su camino, al igual que el auto de mi padre.
De seguro una pelea insignificante que sera solucionada.Deje de lado eso y me concentre en mí. Vi muchos grupos de jóvenes caminando apurados hacia la entrada angosta del instituto. Muchos me dieron una sonrisa, yo solo los mire desconcertada.
Los profesores de la entrada me saludaron, les devolví el saludo y me adentre. El colegio era muy grande, tenía cinco pisos. Y todo estaba pintado de color piel claro y blanco. La cancha era enorme igual, había dos.
Camine lento por estas apretando la correa de mi bolso y mire para todos lados. Muchos estaban en grupos hablando animada mente y yo allí, sola en medio de la cancha.
Me dieron ganas de retroceder y salir por la puerta y esconderme en cualquier lugar recóndito del mundo.
Estaba barajando esa posibilidad cuando al fondo, en las escaleras, divise a una chica castaña alzando la mano animadamente. Esther.
Salí corriendo hacia ella y su grupo.Muchos de su grupo me saludaron y un chico halo mi mano, de inmediato retrocedí asustada y lo mire. Ese chico se me hacia conocido pero no me importo. Llame a Esther aparte.
Elle me dijo que me tranquilizara y que tratara de convivir nuevamente. Al parecer ninguno sabía de mi condición, y eso me gusto, lo menos que quería era inspirar algo similar a la lastima.
Afortunadamente el timbre sonó y ella me condujo al salón de clases.
Mientras íbamos me estaba diciendo rápidamente donde quedaba cada lugar.Entramos al salón y ella me sentó en un pupitre al lado de la pared blanca. El salón se lleno rápidamente.
El chico que había halado mi mamo antes se sentó atrás de mí. A los pocos segundos me toco el hombro y me susurro en el oído.-Oye, te he estado llamando en toda la semana. No me contestabas. ¿Que te paso?
Me había quedado fría por sus palabras y muchas hipótesis se arremolinaron en mi mente. No quería hablar con nadie que no conocía así que solo negué y agradecí que el profesor entrara a clase.
Primera clase, matemáticas. El profesor saludo y empezó de una vez. Decía una cantidad de cosas que no entendía, miraba el tablero con el ceño fruncido y al parecer el profesor lo noto por que llamo mi atención y todos me miraron.
Apreté mis labios y mire a Esther, esta se paró rápidamente y se acercó al profesor comentándole quien sabe que.De inmediato todos dejaron de mirarme y retomo la clase no sin antes lanzarme una mirada de pena. Odie esa mirada con mi alma.
Paso toda la clase y cuando el profesor salió acosté mi cabeza en el pupitre y aguante las lágrimas.
Odiaba esto mas que nada, tres años de mi vida implicaban también tres años de estudio. Tres años de estudio que no recordaba en lo absoluto. De seguro reprobaría el año y tendría que empezar desde el grado que recuerdo, segundo de bachiderato. Tan solo pensar en esa idea hicieron que muchas lágrimas salieran, por eso me mordí la mano hasta igualar el dolor. Pero era imposible.~•~•~
El resto de las clases paso mas o menos igual. Y a eso le sumo el hecho de que el muchacho de atrás se la pasaba hablandome y yo no tenía ni la mas mínima idea de que responderle. Le agradecí Esther cuando le dijo que me dejara en paz en horas de descanso mientras estábamos en la parte de atrás del colegio, una zona solitaria.
Y me sorprendí mas al saber que ese mismo muchacho era el tal Sebastian de mis fotos. La verdad es que me parecía lindo siendo todo flaco y alto, y su pelo negro y lacio, el estilo de corte de su pelo era como el que tenía Justin Bieber en sus años de iniciación, pero claro a Sebastian le quedaba mejor.Me sentí mejor al pisar finalmente el suelo fuera del instituto. De una vez salir de allí me monte al primer taxi que divise. No quería estar cerca de ese lugar y sus alrededores y a la vez quería escribir todo esto para relajarme. Al parecer si que funciona.
Le mande un mensaje a mi papá avisándole que yo misma llegaría a casa y me senté en silencio contando cada árbol de aquí hasta mi casa.Llegar y encerrarme en mi habitación era algo muy común en mi, desde que tengo memoria lo hago. Al parecer mi entorno nunca ha sido de mi agrado. El rumbo que esta tomando mi vida no es de mi agrado.
~•~•~•~
Vuelvo a escribir solo para pasar el rato, no hay nada bueno que hacer y todo lo que he hecho ha sido buscar los temas que vimos hoy en las clases para al menos entender un poco.
Todo esta aburrido y ya es de noche, ya cene y me aliste para dormir. Hoy si que tengo demasiado sueño.
Dormire temprano para prepararme un poco para el día de mañana. Aunque se que eso solo sera un sueño y nunca una meta que cumplir. Nadie se podrá preparar para lo que le espera.-Sofia.
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Dulce Agonía
No FicciónEsta es una historia con unos pequeños relatos de una adolescente que pierde su memoria. Ella escribe todos los días de su vida en un cuaderno, para que no se pueda olvidar de nada mas. Sofia se siente tan agobiada que en todo su trayecto empieza a...