Mientras tomábamos el desayuno en la mañana mis padres y yo, no podía evitar no mirarlos. Los observaba tratando de descifrar todo de una vez por todas mientras recordaba lo de la madrugada. Ese recuerdo tan vivido que explotó emociones realmente profundas en mi interior. Ellos estaban normales, uno al lado del otro comiendo tranquilamente, era la segunda vez que los veía juntos después de salir del hospital, la primera vez fue cuando estuve internada. Les quería preguntar demasiadas cosas, pero sentía que los molestaría y que la tensión en la casa aumentaría en un 80%. Y eso era lo menos que quería en estos momentos. Mas tensión innecesaria en mi diario vivir.
Cuando el reloj marco las seis de la mañana salí corriendo de casa sin esperar a que ellos terminaran, no quería irme con ellos estando en esa situación, y mas cuando ese recuerdo estaba tan latente.El colegio fue tranquilo. Sebastian no me hablo en toda la mañana, mis compañeros me ayudaban en algunas cosas, Esther estaba a mi lado como de costumbre y los profesores dictando clases mientras que yo trataba de seguirle el paso.
Las clases acabaron y me fui para mi casa lo mas rápido posible.
Al llegar vi que mi mamá estaba acostada en el mueble de la sala haciendo un Zapping de canales. Salí corriendo ignorándola y subí por las escaleras.
Iba a cerrar la puerta de mi habitación cuando la mano de mi madre la empujo haciendo que esta se abriera y rebotara. Me encrispó los nervios ese suceso.-Sofia...
-Largate.- le había dicho seco mientras intentaba cerrar nuevamente la puerta sin éxito.
-No me hables así. Sofia...
-Habla de una vez por todas.
Ella suspiro.
-Sofia, tienes que salir de ese cuarto. Estas todo el día encerrada allí.
Nos quedamos mirando como por un minuto hasta que yo alce los hombros y mire con indiferencia.
-¿Y?
-Y eso no es para nada saludable.
La rabia exploto en mí. Esa simple frase me altero de una manera que me llego a sorprender. Estrelle la palma de mi mano en mi puerta haciendo un sonido seco, mi madre respingo dando un paso hacia atrás.
-¿Saludable? ¿Te parece acaso saludable que no pueda recordar tres años de mi vida? ¿Que ande como una idiota en un mundo que ni siquiera recuerdo? ¡¡¿Eso es saludable acaso?!!- le grité como si ella tuviese la culpa de mi penosa e inútil existencia.
Sus ojos azules estaban abiertos al extremo y se veían mas claros que de costumbre debido a las lágrimas que estaban formándose. Lo adecuado era sentir un poco de remordimiento por hacer llorar a tu madre, pero yo no lo sentí en ese momento, y ni lo sigo sintiendo.-Perdoname, todo fue mi culpa.- susurro muy bajito, como si pedir perdón fuese su mayor secreto. Salió corriendo escaleras abajo mientras yo me quedaba en la entrada de mi habitación mirando la pared blanca de enfrente.
No entendía por que pedía perdón, y por que se culpaba a sí misma por un defecto que yo llevaba en mi interior. Me encerré en mi cuarto con las palabras de mi madre haciendo eco en mi cabeza.~•~•~•
Me había quedado dormida llorando en mi cama. Aveces pensaba que mi cuerpo se deshidrataria por tantas lágrimas que he derramado.
Mi pelo estaba asqueroso, un auténtico nido de pájaros.Estaba peinándome cuando escuche los susurros de mis padres al otro lado de mi puerta.
Me acerque con cuidado mientras pegaba mi oreja en la puerta de madera.-No lo sé, Camilo. Pero ella no esta bien.
-¿Comó quieres que este bien, Alejandra? Es una adolescente de 16 años que ha perdido la memoria.- dijo mi padre con voz dura. Le di la razón.
-No vengas tu también con esa excusa. Entiendo que haya perdido la memoria y se sienta realmente afectada, pero ella lo debe superar.
-¿Tú superarías perder la memoria de tres años de tu vida de la noche a la mañana?- le dijo mi padre y al otro lado de la puerta se quedo en silencio.
-No.- dijo y percibí que estaba llorando de nuevo. Desee ver a través de la madera para ver si mi padre la estaba abrazando.
-Todo estará bien, esto es duro. Pero lo que se nos viene mas adelante sera una verdadera odisea.
-Lo sé. Debemos estar preparados para cuando Sofia recupere la memoria y se acuerde de todo.
Al escuchar eso retuve mi respiración y agudice mi oído.
¿De todo? ¿Qué era ese todo?-No somos culpables, recuerda lo que dijo la doctora.
-Por mas que me lo repita no me puedo convencer a mi misma.- dijo mi madre sollozando.
-Aunque si alguien tiene la culpa aquí, ese soy yo.- escuche como el zapato de mi papá golpeo el piso.
-Si no hubieras hecho aquello, Camilo...
-No empecemos.
-Tenemos que. Toda causa tiene un efecto. Y tú fuiste la causa que ocasiono mi efecto.
-Ya sabes la razón.- escuche su puño en la pared.
-Una razón totalmente estúpida.- el odio y rencor en la voz de mi madre era palpable y se podía percibir fácilmente.
Escuche los grandes pasos de mi padre por el pasillo seguido por los pequeños de mi madre.
El problema entre ellos era realmente grande y yo estaba de por medio.Mis dudas se estaban aclarando rápidamente. Ellos definitivamente me estaban ocultando algo acerca de mi condición.
-Sofia.

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Dulce Agonía
Non-FictionEsta es una historia con unos pequeños relatos de una adolescente que pierde su memoria. Ella escribe todos los días de su vida en un cuaderno, para que no se pueda olvidar de nada mas. Sofia se siente tan agobiada que en todo su trayecto empieza a...