— No es así Marie.— habla Alexia y asiento.— todos llegamos del instituto como no te vimos decidimos jugar nosotros solos y llegamos a la conclusión de que jugariamos con tierra.
Los miró a cada uno, sus caras lucen arrepentidos.
—¿Se imaginan como le tocara a Lucia limpiar ese desastre?— pregunte un poco enojada.
—Nosotros lo limpiaremos, Marie.— propone Michael.
—Me parece una perfecta idea.— sonrei.— vayan cambiensen y vuelven a bajar... ha y otra cosa ¿las tareas?
—Ahora las hacemos.
Me dejaron sola en el patio, entré de nuevo a la casa y ahí estaba Kendall con la cabeza entre sus manos.
—¿Te sientes bien? —pregunte.
Alzo su cabeza, su vista estaba pérdida y sus labios apretados.
—No... si, si estoy bien.— suspiro.
—Se que no lo estas ¿que tienes?— pregunte mientras me sentaba a su lado.
—Nada, Marie... joder, nada.— hablo de manera irritada.
—Bien, entonces me v...
—No te vayas.— sollozo.— necesito un abrazo tuyo ¿me lo puedes dar?
Asenti, se paro del sofá y me atrajo en sus brazos hasta aferrarme en su pecho, escuchaba sus latidos y iban a mil por segundo.
—¿En serio estas bien?— pregunte por ultima vez.
—No.— me abrazo mas fuerte.— solo... solo no quiero perderte.
—Nunca me perderás, Ken.— susurré. — además ¿por que piensas que me perderás?
—Por como te he tratado.— suspira.— has regresado con él lo que significa que ya no puedo enamorarte.
Me separé de él regalándole una sonrisa.
—¿Y quien dijo que no puedes hacerlo? — pregunte divertida.
—No lo se.
—Marie estamos listos, ahora vamos a limpiar todo esto.— hizo una mueca de impresión por lo que reí.
—Bien, a limpiar se ha dicho.
Todos salieron al patio para tomar sus utensilios para limpiar todo lo que hicieron.
—Puedes hacerlo. — susurré. — todavía tienes la opción de hacerlo.
Caminé hasta el patio tomando algo con que ayudar a mis pequeños.
Empezamos a limpiar, y horas mas tarde todos estaban comiendo su merienda.
—Ya han terminado de comer. — sonrei.— ahora vayan a sus habitaciones a terminar sus tareas, dentro de media hora revisaré que todo marche bien.
Asintieron y subieron a sus habitación, mientras Lucia organizaba la cocina sonreía con alegría.
—¿Y esa sonrisa a que se debe?— pregunte mientras me sentaba.
—Se debe a que los niños la aman demasiado.— suspira.— y si ellos son felices yo también lo soy.
Reí. — eres muy tierna Lucia.
—Yo siempre lo he sido cariño. — hablo divertida.
—Iré a organizar algunas cosas en mi habitación. — bese su mejilla.— mas rato bajamos para la cena.
—Tranquila.
Subí a mi habitación me faltaba organizar mis pertenencias en él y por ayudar a mis pequeños a organizar el pequeño desastre que ocasionaron no lo he podido hacer.
—Marie, ven quiero mostrarte algo.— hablo Tobías.
Entre a su habitación dirigiendome a su escritorio dónde se encontraba un gran y hermoso dibujo, lo tomé entre mis manos.
—¿Lo hiciste tu, pequeño?— asintió. — es muy hermoso.
—Lo se.— baja su mirada.— me encanta dibujar y solo lo sabes tu... mis padres quieren que seamos empresarios pero mi vida le pertenece al dibujo.
—Entonces guardaré tu secreto y cuando vuelvan tus padres te ayudaré a cambiarlos de opinión ¿de acuerdo? — pregunte y asintió. — bien iré a mi habitación, si necesitas cualquier cosa estaré allí.
Salí de su habitación y camine hasta la mía, cerré la puerta detrás mío y empecé a organizar mis cosas.
—Marie, ¿puedo entrar? — pregunta una voz femenina, Alexia.
—Pasa, princesa. — hablé.
Entro apareciendo por la puerta, su mirada lo decía todo... tenía miedo.
—¿que pasa princesa? — me senté a su lado.
—Hoy en la escuela he conocido a un chico, es realmente hermoso y creo que me gusta, me ha invitado a un parque de diversiones pero me da miedo a aceptar pensando que Kendall se va a poner loco.— hablo tan rápido que apenas pude entender algo.
—¿Te gusta? — asintió. — ¿para cuando es la salida?
— Este viernes.
—Ve yo me encargaré de que Kendall no te diga nada ¿bien?
—Gracias Marie.
Sonrei
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La Niñera De Tus Hermanos (Editando).
Roman d'amourMarie Miller una chica con una situación económica no tan alta, recorre al cuidado de cinco niños mas uno adolescente Kendall Mike. Un chico mujeriego, idiota, arrogante... en pocas palabra el estereotipo perfecto de cualquier Playboy.