CAPÍTULO VIII: Alan

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-¿Alan, eres tú?
Alan entró en la pequeña cabaña donde Tynz le esperaba.
-¡Eh! Deberías estar en la cama –exclamó al verla de pie haciendo la comida.
-Alan, estoy bien. Ya tengo fuerzas suficientes. Quiero volver a entrenar, quiero que me sigas enseñando a manejar más armas.
-Tynz, tú eres ya mejor que yo con el arco, ¿quieres superarme también con el puñal? –dijo Alan de broma mientras se acercaba a ella y la abrazaba.
-Quiero cortarme el pelo. Eso es lo que quiero hacer.
-¿Y quedarte sin esa preciosa melena? –Alan entrelazó sus manos en el pelo de Tynz.
-Creo que será mucho mejor y más cómodo que sólo me llegue por encima del hombro.
-Está bien, está bien. Te lo cortaré yo mismo.
Tynz rió y dándole un beso en la mejilla se separó de él.
-Tendrás hambre. Siéntate a comer –la muchacha le sirvió un cuenco de sopa.
-Gracias –dijo en tono divertido y se lo bebió del tirón.
-¿Viste a Cody?
-No, sólo a su amiguito. ¿Cómo se llamaba?
-¿Niko, no? –preguntó Tynz, aunque se acordaba a la perfección.
-Eso es –Alan miró a la cazuela que seguía en el fuego-. ¿Hay algo más de comer?
-Sí, un poco de carne. ¿Qué fue lo que te dijo Niko? –preguntó mientras le servía la comida.
-Nada. No me quiso decir donde se encontraba Cody, y como con él no se puede negociar, no perdí más tiempo.
-¿No te habló de sus planes?
-No. Pero dudo que sean los nuestros. No creo que busquen la caja.
-¿Todas las cartas que le envías a Jonathan son únicamente para conseguirla?
-Yo de Jonathan no necesito nada más. Han ocurrido muchas cosas mientras estabas en coma. Pronto iré contándotelas todas –Alan terminó de comer y acto seguido informó-: Esta tarde tendré que ir a cazar, estamos bajo mínimos. ¿Vendrás conmigo?
-Sí, necesito salir. Llevo aquí encerrada un par de meses –sonrió y subió por una vieja escalera a su pequeña habitación.
En esa cabaña tenían el espacio justo, pero no necesitaban más, se pasaban el día fuera. Ahora que Tynz vivía con él habían tenido que hacer de la guardilla una habitación más.
Alan se levantó de la mesa y rebuscó entre sus archivadores y papeles sueltos. Muchas de las noches se las pasaba allí, recopilando información, pero ya no le quedaba tiempo. Necesitaba que el estúpido de Jonathan le entregara la caja.
Si sus investigaciones eran ciertas, la llave que hacía tres días le había entregado era la que habría el dormitorio más importante de la mansión. Donde se escondía la pequeña caja de oro que tanto valor tenía para Alan. Sólo esperaba que Jonathan lo la hubiera perdido.
Abrió un pequeño libro en el que en diversas páginas había escritos garabatos y anotaciones suyas.
-Aquí está –susurró y empezó a ojearlo tan rápido como pudo.
Detuvo sus manos en una de las hojas. Había un antiguo dibujo de un medallón.
-Pronto serás mío –una satisfecha sonrisa se mostró en su rostro.
Pasó la página para encontrar en la siguiente información sobre su poder. Pero las hojas que pensaba encontrar no estaban allí. Alguien las había arrancado. "No puede ser..." pensó. ¿Quién habría hecho semejante cosa?
La rabia le invadió por dentro. Estaba tan cerca... En esas pocas páginas se encontraba toda la información que necesitaba, y ahora las había perdido.
-Alan, ¿va todo bien? –Tynz bajaba de nuevo por las escaleras.
-No habrás visto entrar a nadie esta mañana, ¿no?
-Me desperté a las doce y media. Si hubiera entrado no lo habría visto –Alan asintió, pero eso no le valía. Quería saber quién había sido-. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido?
-Nada de importancia. ¿Te corto el pelo ya?-preguntó cambiando de tema.
-Oh no... -Tynz rió-. Recuerda que de ti depende convertirme en orco o no.
Alan sonrió y le indicó que se sentara en un taburete mientras buscaba las tijeras.
-Allá voy –dijo en tono divertido antes de dar el primer corte.
A los pocos minutos el suelo de la cabaña estaba cubierto por una mata de pelo castaño.
-Ey, ¿qué te parece? –preguntó Alan alejándose para mirarlo de lejos, orgulloso de su trabajo.
Tynz se levantó de la silla y buscó un espejo en el que reflejarse.
-Wow... -se pasó los dedos por la corta cabellera, alucinada con el gran cambio-. Es genial.
Tenía una rebelde melena. Un poco más corta por detrás debido a la poca práctica de Alan, pero a Tynz no le importó. Se sentía más libre y ligera.
-Yo soy genial –intervino Alan de coña.
-Calla chulo –Tynz sonrió y lo abrazo.
-Dime algo que no se me dé bien -La joven se quedó en silenció pensativa, así que Alan aprovechó para añadir-: Ves, no hay nada –rio y la besó.
-¡Eh, niño! –Tynz se separó sonriente-. Como no nos demos prisa anochecerá antes de que podamos cazar nada.
-Pues, ¿entonces a qué esperamos para salir? –Alan cargó su arco a la espalda y le tendió otro a Tynz-: Ten este hasta que arreglemos el tuyo.
La muchacha lo cogió, contenta de por fin poder salir otra vez a cazar.
-Vámonos.
Anduvieron hasta adentrarse más en el bosque. Tynz apuntó a un ciervo que pasaba entre los árboles y en el momento en el que pensaba disparar, Alan detuvo su brazo.
-Nunca dispares a los ciervos. Son los animales sagrados del bosque, ¿está claro? –el joven la miró muy serio.
-Sí... Pero, ¿qué es lo que les pasa ahora? Si no matamos ciervos no sé qué vamos a comer. ¿Lombrices? –dijo mirando aún al ciervo.
-Tynz, puedes cazar todo lo que quieras menos ciervos.
-Pues por lo menos dime por que los ciervos no.
-Todavía no puedo, pero si matas a alguno de ellos te aseguro que no te lo perdonaré.
-Anda que no habremos matado ciervos... -Tynz parecía algo molesta por aquella nueva regla-. Además, tú mismo dijiste...
-Sshh –Alan le cortó.
-Ahora no me pidas que me calle.
-Calla, hay alguien –Alan se escondió en un arbusto-. Ven aquí.
Tynz obedeció sin entender el motivo por el que esconderse. ¿Qué demonios le pasaba a Alan? Primero los ciervos y ahora esto...
-¿Qué ocurre?
-Escucha –respondió Alan en un susurro.
-Tienes que llevarme hasta Cody, necesito verle –se oyó una voz femenina a distancia.
-Él fue a buscarte, dijo que te traería de vuelta –esta vez fue un hombre quien habló-. Moon, por favor... tienes que hacerle entrar en razón. Sólo te escucha a ti.
Alan se giró hacia Tynz. Había reconocido la segunda voz.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2016 ⏰

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