Azura despertó con hombro derecho dolorido, aquel palo que lanzaba fuego la había lastimado la noche anterior y no se le había pasado el dolor, miro su lecho y descubrió que había estado sangrando un poco durante la noche. Lo mejor seria que saliera del campamento y regresara como si se hubiese lastimado en el bosque cazando algo.
El campamento estaba en silencio, todos dormían a esa hora. Saliendo del campamento encontró de nuevo el rastro de aquellas criaturas sin pelo, tenia que verlas de nuevo.
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- Rápido, se nos acaba el tiempo - Pedro estaba apurando a Juan en que guardara rápido sus aparatos, ese científico siempre llevaba cachivaches como telescopios, microscopios, balanzas y cuadernos de notas - ¿Por que siempre llevas esos objetos inútiles?
- Nunca se sabe lo útiles que pueden llagar a ser - replicó Juan.
- Vamos - lo apremió Pedro.
- Ya termine - dijo guardando su cuaderno de notas, que sobrepasaba las cien hojas, en su bolso que estaba a reventar.
Cuando estaban por irse Pedro sintió una mirada penetrante en su espalda, se dio vuelta y vio una sombra entre los arbustos, era un lobo. Tomando su escopeta apunto al lobo.
- ¡Espera! - Lo detuvo Juan desviando la escopeta de Pedro - no dispares.
- Es un lobo, si no lo matamos él nos matara - replicó volviendo a apuntar al lobo.
- Espera, esta es una gran oportunidad de estudiar uno de cerca - dijo. Se agachó, sacó una caja metálica de su bolso donde tenia guardada la carne de la noche anterior, la abrió y saco pedazo de carne. Lo deposito en el suelo pero el lobo no se acercaba - agachaste también Pedro.
Pedro se agachó a regañadientes, sabia que no valía la pena replicarle sobre eso al científico. Pasaron cinco minutos y el lobo empezó a salir de los arbustos, era de un blanco puro y tenia ojos azules. Azura se acerco a la carne y la olfateo, quería prevenir el envenenarse, no olía a veneno pero aun así no quería comer.
- Vamos, tranquilo, no esta envenenada - acercó cauteloso la mano a la carne y arranco un pedazo - mira - se lo metió en la boca y lo masticó
Azura volvió a olfatear la carne y la mordió, tenia un sabor distinto a la carne recién cazada, era poco seca pero aun así Azura siguió masticando.
- Juan, creo que es hembra - dijo Pedro mirando detenidamente a Azura - creo que es el lobo al que le dispare - añadió mirando la herida en el hombro derecho de Azura - y tu que dijiste que no habitaban lobos en estos bosques.
- Bueno, me equivoque, pero ¿cómo es que nunca se los vio aquí? - preguntó Juan.
- En realidad muchos cazadores los han visto pero nunca se les creyó - dijo Pedro -. Ya deberíamos irnos.
- No he tenido tiempo suficiente de estudiar al lobo - dijo mirando a Azura - creo que podríamos llevárnosla al pueblo ¿Tienes algún somnífero? - le preguntó a Pedro mientras sacaba otro trozo de carne de la caja y se lo daba a Azura que lo empezó a masticar sin miedo.
- Si - abrió su bolso y sacó unas cápsulas blancas - ten - le entregó una a Juan.
Juan metió con cuidado el somnífero en otro pedazo de carne y se lo dio a Azura que de nuevo de lo comió sin miedo. Azura sintió sueño, empezó a ver borroso y se desplomó en el suelo dormida.
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- Fants, ¿has visto a Azura? - le preguntó Wendy preocupada.
- No, pero tal vez este con su hermano no te preocupes - dijo.
- Vamos Fants, estoy preocupada - replicó Wendy.
- Bueno, vamos a ver al hermano de Azura - cedió.
Caminaron uno al lado del otro hasta llegar al río, Fants lanzó un agudo aullido al aire que fue contestado con otro aullido más grave. Al otro lado del río apareció un lobo gris oscuro.
- ¡Eh, Darkness! - lo llamó Fants para que se acercara - ¿Has visto a Azura?
- No desde ayer, ¿por qué?
- No la vimos esta mañana y Wendy esta preocupada - contestó Fants.
Los tres se miraron preocupados, ¿dónde podría estar Azura? ¿Habría desaparecido o solo estaba tardando de cazar?
