Valsma había visto a Azura entrenando, después de mucho suplicar la dejó entrenar mientras no le molestara cuando estuviera ocupada.
Habían entrenado durante tres semanas seguidas, casi sin descanso, Azura llegaba al campamento agotada. Kanish no quería que entrenaran en los días de invierno, entonces a todos los cachorros en entrenamiento les hacia pasar una prueba en el ultimo día para ver como iban.
La prueba que Azura tenía que pasar junto a sus compañeros, Wendy y Fants, consistía en encontrar a Jade, antes de que el sol estuviera en su punto mas alto, que se había escondido en alguna parte del bosque y había dejado pequeñas pistas ocultas, como algunas huellas o ramas quebradas, pero algunas eran falsas. Azura ya había caído en dos pistas falsas pero ahora estaba segura de que había encontrado la pista correcta, llegó hasta un agujero en la tierra pero no despedia el olor de Jade si no de conejo, ¿A caso había seguido la pista de un conejo en vez de un lobo? ¿Cómo era posible que su olfato estuviese fallando tanto?, se sacudió la cabeza para aclarase las ideas. Decidió entrar y lo que encontró fue a Jade.
- Bien hecho Azura, eres la primera en encontrarme - la felicitó Jade.
- Pero olía a conejo no a lobo - se extrañó Azura.
- Bueno, no todo es lo que aparenta ser - le dijo Jade - toma este conejo - le dijo señalando un conejo que estaba junto a un gorrión y una ardilla.
- Gracias, ¿Qué hay de los demás? ¿Los espero contigo o qué? - preguntó Azura después de tomar el conejo.
- Ve al campamento y descansa, no habrá entrenamiento durante el invierno - respondió Jade.
Entonces Azura se dirigió al campamento con el conejo en la boca, intentaba no tropezar mientras caminaba, al llegar al campamento vio que Kanish hablaba con Vlasma cerca de su guarida. Azura se acercó sigilosamente y trató de oír de que hablaban.
- ¿Quieres que haga qué? - dijo Vlasma enfadada.
- Que cures a los guerreros heridos y a los cachorros enfermos - dijo Kanish - he visto como curabas a Azura cuando se lastimo con una piedra afilada al caer al río en su entrenamiento.
- Pero lo hice por que es mi hija - replicó Valsma.
- Por favor, Vlasma, ya se han perdido muchas vidas antes de vuestra llegada - Kanish parecía desesperado.
- Esta bien, pero solo durante el invierno, luego Azura y yo nos marcharemos - dijo Vlasma y se fue hacia la guarida de los demás lobos sin decir nada más.
Azura no podía comprender a que se refería su madre, por qué irse del lugar en el que las acogieron, no quería dejar a Fants y a Wendy. Se encaminó a la guarida de los demás lobos para hablar con su madre sobre lo que había oído pero la voz de Kanish la detuvo.
- Por lo que veo pasaste la prueba primero Azura, te felicito - la felicitó Kanish.
Entonces Azura lo comprendió, ya que los cachorros que tenían menos de seis meses de edad no podían permanecer fuera en el frío demasiado tiempo, se les daban presas de distintos tamaños para que cuando llegaran al campamento el líder pudiera saber rápidamente como les había ido. "Entonces las presas no solo eran un premio" pensó Azura.
- Gracias Kanish - dijo Azura.
- Mira, ya llegó Wendy - dijo cuando la cachorra gris plata apareció de entre unos arbustos cerca del arroyo - por qué no vas a ver como le fue.
- Lo hare, gracias - dijo Azura inclinando la cabeza y se dirigió hacia donde estaba Wendy, y añadió por encima del hombro - gracias por todo.
Wendy había encontrado a Jade y llevaba la ardilla que había visto junto al gorrión. Ya faltaba poco para que el sol estuviera en su punto mas alto, ¿Cuándo llegaría Fants?, mientras esperaban Wendy le contó a Azura como había logrado encontrar a Jade. Al parecer había pasado junto al agujero antes pero en un momento creyó ver un destello marrón y se había acercado para ver que era.
- Fue solo suerte - había dicho Wendy.
El sol ya estaba en su punto mas alto cuando llegó Jade acompañada de Fants que iba arrastrando la cola, al parecer no le había ido muy bien. Azura intentó saludarlo pero al parecer no la vio.
- Déjalo, siempre se pone así cuando algo le sale mal - le dijo Wendy.
- Vamos, hay que tratar de subirle la moral - dijo Azura.
- Bueno, pero no creo que lo logres - dijo Wendy.
- Fants, espera - gritó Azura corriendo detrás de él.
- ¿Qué quieres? - gruñó Fants sin levantar la vista.
- ¿Qué te pasa? - preguntó Azura.
- Bueno, es que falle la prueba - respondió Fants.
- Pero eso le puede pasar a cualquiera - dijo Azura.
- ¡PERO SI ESTUVE APUNTO DE LOGRARLO! - gritó Fants.
- ¿Y qué fue lo que te impidió lograrlo? - preguntó Azura.
- La hora - respondió Fants sombríamente.
- Pero solo es la primera prueba - dijo Azura tranquilamente - seguro que pasas la de defensa y ataque.
- ¿Qué no te das cuenta? - gritó Fants dándose vuelta y mirando a Azura - esta es la prueba más importante. Hay que saber rastrear y no logre hacerlo.
- Tranquilízate Fants, solo es una prueba - dijo Azura retrocediendo.
- De todos modos tu no lo entenderías - dijo Fants - tu llegaste primero.
Entonces Fants de dio vuelta y se dirigió hacia la guarida de los demás lobos, Azura no quería que se molestara con ella así que salto en frente de él para detenerlo pero Fants le gruñó y mostró los dientes. Azura no tuvo mas opción que dejarlo ir.
- Te lo dije, déjalo - dijo Wendy que había estado junto a ella mientras Azura hablaba con Fants - vamos, dejemos la ardilla en el montón de carne y vamos a contarle a tu madre como te fue.
Cuando Azura le contó a su madre como le había ido en su prueba notó que se le iluminaban los ojos, su madre estaba orgullosa por primera vez desde que había empezado su entrenamiento. Compartieron el conejo entre las tres.
Mientras las tres conversaban animadamente un bulto oscuro con una cicatriz en el hocico se movió en el rincón más oscuro de la cueva, Fants no podía dejar de tenerle envidia a Azura, él había nacido en la manada, había empezado a entrenar antes, y sin embargo ella lo superaba. Un día lograría superarla, un día la vencería, no le importaba que tuviera que hacer para vencerla pero lo haría.
