Capitulo 6

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VI


Al llegar a su departamento, por primera vez en muchos meses, no sintió ese vacío que siempre sentía al entrar. Ahora, ese vacío lo llenaba la alegría que le dejaba el pasar la tarde con el pequeño Franco, se sentía en paz y feliz.

Imaginaba lo feliz que serían Andrés, Franco y Valeria con este pequeñito que le iluminaba tanto la vida. También pensaba en Angélica, a quien tanto le gustaban los niños...como habría disfrutado de su nieto.

Recordar a su gran amiga, le dibujaba siempre una sonrisa en los labios, ¡cuanto se habían querido!...
Los recuerdos con ella, eran un tesoro y ahora que Daniela era madre, no podía evitar descubrir rasgos de su amiga en ella.
La leucemia le arrebató la vida, fue tan rápido todo... no tuvieron tiempo para procesar la enfermedad y ya la estaban despidiendo para siempre.
Recordaba esos momentos, cómo si fuera ayer. Angélica le llamó esa mañana y le decía que se iba a la clínica, que se haría un chequeo ya que le parecía que algo andaba mal.
Pedro y ella habían tomado unas vacaciones soñadas, por primera vez habían dejado a Daniela y habían tomado un crucero por el Caribe solos. Qué feliz estaba Angélica al regresar...pero no entendía por qué a pesar de solo descansar , se sentía tan agotada.
No alcanzó a regresar a trabajar, esos últimos días antes de retomar la consulta, no se sentía bien y por ello quizo que la examinarán. No habían pasado 24 horas y ya tenían el resultado de unos exámenes, resultados que le ponían un freno a su vida. No hubo tiempo, la Leucemia fue muy agresiva , llevándosela en tan poco tiempo.
Fue muy duro para Pedro, quedaba con una hija de 13 años, que recién comenzaba a descubrirse ella misma y con tantas preguntas que su madre no podría responder. El lazo que existió entre este trío de amigos, fue lo que les ayudó a sobrevivir cuando Angelica partió . Fue fundamental para lograr esa complicidad que tendrían ambos con la pequeña Daniela.

La muerte ha estado presente en la vida de Elisa, más temprano y con más frecuencia de lo que hubiese deseado. Primero fue su padre, luego su gran amiga Angélica y después su esposo e hijos.

Qué dura es la vida - se decía Elisa
Estaba a punto de tomar una ducha cuando su teléfono comenzó a sonar...

- ¿Alo? Diga?
Se produjo un silencio en el otro lado de la línea
- ¿Aló? Conteste por favor! - insistió algo nerviosa
- ¿Elisa?
- Si, con ella, ¿con quién hablo?
- Elisa...soy yo...tu madre...

Para Elisa , escuchar la voz de esa mujer, la mujer que la había abandonado cuando tenía 18 años y que nunca había hecho el intento de comunicarse con ella,la hizo revivir todas esas emociones que había guardado en el fondo de su corazón. No pudo evitar sentir rabia , frustración, emoción...

- ¿ Mi madre?...¿cómo puedes tener el descaro de llamarte a ti misma "madre"?
- Por favor hija, necesito hablar contigo,es muy importante
- Me imagino que si, ¿te abandonó tu amante de turno? o quizás ¿ya estas muy vieja para ellos y estas sola.?
- Sé que me merezco cada una de tus palabras, pero te necesito hija
- ¿Me necesitas?, ¡que tonta soy! Pensé que me llamabas por mi cumpleaños ¿o ya no recuerdas cuando es?
- Nunca te he olvidado hija, sé que merezco todo lo que sientes y la ironía con la que me hablas ,pero...
- Pero que! ¿Acaso te crees con derecho a reprocharme algo? Eres muy descarada Leonor Avendaño
- Se que actúe muy mal, sé que te hice daño, pero también sé que habría sido peor si me hubiese quedado contigo.
- ¿Te tengo que dar las gracias entonces? ¿ es eso lo que quieres oír?

- Estoy muy enferma hija, estoy muriendo...
- ¿Es por ello que me llamas?, ¿necesitas escuchar que te perdono para irte feliz? Pues no, no lo haré. ¡Me abandonaste mama!, era muy joven para hacerme cargo de mi vida, sin embargo lo hiciste y no te importó. Nunca me llamaste y tampoco me dejaste saber de un lugar en donde poder ubicarte, eso no se le hace a un hijo , jamás yo habría sido capaz de hacer eso a mis hijos.
- Supe lo que te pasó hija y lo lamento mucho, lamento no haber estado contigo y haberme perdido todos esos momentos de tu vida, no sab...
- ¡No quiero escucharte!, ¡no te creo y no quiero seguir hablando contigo!
- Por favor Elisa, te necesito...
- Dame tiempo para asimilar esto, dime como ubicarte y yo me pondré en contacto contigo cuando esté preparada para hacerlo.
- Esta bien Elisa, anota mi número....

Siempre fuiste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora