CAPÍTULO 2
Elisa no tenía hermanos, la única familia que tenía eran Andrés y sus hijos. Su padre había muerto siendo ella una niña. Su madre, al no poder superar la muerte del hombre de su vida, se sumió en un dolor tan profundo, que sólo encontró consuelo en los brazos de muchos hombres. La madre de Elisa no era capaz de hacerse cargo de su hija, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo con su fiel Nana, la Sra. Manuela. A los pocos meses de enviudar, ya cansada de sentir la mirada escrutadora de todos, decidió enviar a su hija a un internado a cargo de las monjas, para así, encontrar un poco de paz consigo misma.
Elisa siempre estuvo muy sola, en el internado no logró hacer amistad con nadie, hasta que conoció a Angélica Fuentes, una compañera del colegio al que las monjas enviaban a sus internas. Esta amistad fue muy importante, se convirtió en su confidente y amiga incondicional.
Angélica quería mucho a Elisa y la llevaba a su casa cada vez que era autorizada para salir del internado. La familia Fuentes acogió a Elisa como a una hija más, no podían verla de otra manera después de enterarse que su madre, Leonor Avendaño, casi nunca estaba en casa para recibirla en sus días de salida.
Al pasar los años y terminar la secundaria, sus años de internado llegaron a su fin y ambas amigas entraron juntas a estudiar a la Universidad. Elisa en ese momento vivía en el departamento de su madre con su nana Manuela, que la acompañaba intentando compensar las ausencias de su madre.
Y así fue la relación entre Leonor y Elisa, eran prácticamente dos extrañas. Leonor hacía muchos años que no demostraba cariño por su hija, no compartían y prácticamente no cruzaban palabras. Esto llegó a su fin un día, mientras Elisa cursaba el primer semestre de su primer año de Universidad. Un día Leonor partió a España tras un hombre y nunca más regresó.
Elisa y Angélica estudiaban Psicología , y fue allí en las aulas , donde conocieron a quien llegaría a ser uno de los hombres más importantes para estas dos amigas: Pedro Morales.
Ahora, había enviudado, perdido a sus hijos y no había dolor vivido que se comparará con lo que estaba sintiendo en esos momentos, era el dolor más grande que una persona podría vivir jamás.
La familia que había formado con Andrés y sus hijos: Franco y Valeria, eran todo para ella, eran su refugio, su tesoro más grande.
Andrés fue el único hombre en su vida y su gran amor. Día a día sentía como el dolor y la amargura la consumían.
Nada tenía sentido, ya no sentía ganas de vivir, nada la podía llenar, ni siquiera el amor incondicional y amistad de su amigo y compañero Pedro, quien la había acompañado en momentos duros, tales como cuando su madre la abandonó. Siempre cuidándola y acompañándola de todas las maneras posibles.
Elisa sabía que Pedro sufría por ella y que su hija Daniela sufría la pérdida de su gran y único amor, su hijo Franco... pero ya nada le importaba, nada se podía comparar a lo que estaba sufriendo. El dolor le había arrebatado las ganas de vivir, había perdido la pasión por su trabajo. Es que ya nada tenía sentido sin ellos.
En la habitación en la que había compartido los últimos 25 años de su vida con Andrés y sentada sobre la cama en la que habían compartido tantos inolvidables momentos, se disponía a abrir la caja de recuerdos que había acumulado desde el comienzo de su historia.
Sin saber por qué, tomó su teléfono y descubrió que tenía un mensaje sin escuchar. Al apretar la tecla y escuchar la voz de Andrés, las lágrimas comenzaron a correr sin poder evitarlo, era la voz del amor de su vida , no podía entender cómo no se había dado cuenta antes. Lo escuchó una y otra vez, hasta que las lágrimas dieron paso a un agotamiento tan grande, que se durmió sollozando sobre su cama . Al despertar horas más tarde y sin poder evitarlo, comenzó a recordar el momento exacto en que la vida de Andrés y de ella se cruzaron por primera vez...
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Siempre fuiste tú.
Storie d'amoreElisa , es una mujer sensible a quien la vida ha golpeado desde pequeña. El amor llegó a su vida, en un momento difícil, de la mano de un hombre que la hizo muy feliz, pero que el destino le arrebataría cruelmente. Siempre ha contado con la amistad...