Siempre fuiste tú.

Capitulo 15

XV

A medida que los días pasaban, Elisa pasaba del desconcierto a la rabia, luego a la pena y a momentos a la incredulidad.
Cuando pensaba ,que alguien pudo haber entrado a la oficina y sorprenderlos en ese apasionando momento, la vergüenza se apoderaba de ella.
No podía evitar repetir una y otra vez en su mente lo que había sentido , como Pedro le había hecho el amor de una manera casi primitiva, exquisitamente primitiva.
Después del encuentro en la oficina, a Elisa le daba la impresión que Pedro la estaba evitando. Había sido ella quien los últimos meses había hecho todo lo posible por no coincidir con él y ahora sentía que era Pedro quien hacia lo posible por no volver a encontrarse con ella. Esto parecía el juego del gato y el ratón.
Esta actitud de Pedro no hacía más que confundirla, no sabía que pensar.

Sabía por Daniela, que la relación de Pedro y Maria Verónica seguía igual.
Daniela le comentaba las llamadas telefónicas que a diario se hacían y eso la hizo enfurecer.

¿Qué se ha creído Pedro?, ¿cree acaso que soy un juguete al que puede tomar y dejar?... Esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez.

Había seguido con los planes para su cumpleaños, ya tenía reservado el fin de semana en las Termas de Chillan para ella y Carolina. Todos sabían que prefería pasar su cumpleaños con Carolina lejos y estaban dispuestos a respetar su deseo.

Como no quería manejar, se fue a Chillan en avión. Había coordinado con el Centro turístico, que las fueran a buscar, a ella y Carolina al aeropuerto.
El lugar estaba hermoso, su hermanita estaba feliz y sólo quería ir a la pista y aprender a esquiar. Elisa, había contratado clases para que aprendiera.
Después de recorrer las instalaciones y de solicitar unos masajes para ambas en el Spa,se retiraron a la habitación. Se arreglarían para ir a cenar esa noche , ya que había un show en el salón del restaurant. Cenaron, se divirtieron y se fueron a dormir.
Elisa, quería aprovechar al máximo el tiempo , por lo que irían temprano a la pista, para que Carolina iniciara sus clases.
Ya era sábado y al despertar Elisa vio que Carolina la miraba atentamente desde su cama y al ver que abría los ojos, se abalanzo sobre ella y le grito...
- ¡¡Feliz Cumpleaños!!
- Elisa con la cara llena de risa la abrazó con mucho cariño y le dijo- gracias tesoro.
- Tengo algo para ti ¡mira!- y sacó una bolsa que guardaba bajo su almohada. - lo hice para ti..
- Elisa recibió la bolsa y vio lo que había dentro, al verlo cerró los ojos que ya tenía llenos de lágrimas y le dijo...
Cariño, ¡es hermosa esta bufanda! Y la hiciste tu cariño, es el mejor regalo que he recibido en mi vida.
- Lo mejor para la mejor hermana del mundo.
- Gracias tesoro, me haces muy feliz.

Se vistieron rápido bajaron a desayunar y partieron a la pista.

Elisa veía muy feliz como su hermana intentaba esquiar.
Se caía una y otra vez, pero nunca borraba la sonrisa de su rostro.
Así estuvo dos horas, hasta que por fin pudo equilibrarse y esquiar sin ayuda. La cara de Elisa ,era un poema mirando a su hermana. El orgullo que sentía por ella era tremendo. Ahí estaba su hermana, la que nunca se dejaba vencer y luchaba con mucho tesón por conseguir lo que se proponía. ¡¡Cuanto quería a esa niña!!

El día pasó volando, Carolina estaba agotada, tanto así que Elisa y ella fueron nuevamente al spa a tomar otro masaje.
Una vez terminada la sesión, subieron a la habitación. Descansarían un par de horas y luego se arreglarían para ir a cenar. Les quedaban dos noches aún en el lugar, ya que Elisa había programado estar en Santiago el lunes a medio día.

Se arreglaron y bajaron a cenar, el ambiente era muy agradable.
Estaban esperando el postre cuando de pronto bajó la luz del salón , comenzó a sonar la típica música de feliz cumpleaños y aparecía desde el extremo del salón salón una silueta trayendo una torta.
Elisa miró a Carolina y le dijo
- ¡No puedo creer que me estas haciendo esto Carolina! , ¡¡me muero de vergüenza!!
- Yo no hice nada- contestó ella muerta de la risa.