Iba de caminó a mi casa cuando alguien salió y me asustó.
—Mason, me has asustado.
—Lo siento no quise hacerlo.
—Por cierto, ¿Por qué no entraste a las últimas clases?
Abrí mi boca para formular alguna oración, pero no se me ocurría nada que pudiera decirle.
— ¿Te puedo contar algo sin tacharme de loca?
Él asintió con la cabeza.
—Algo está mal conmigo, he tenido sueños con personas.... Conocidas, ellos me dicen cosas raras que no llegó a entender, además de que no puedo sacar de mi cabeza esa estúpida palabra.
— ¿Qué palabra? —Me preguntó.
—Lamia, significa vampiro.
Él me miró pero en su mirada no reflejaba nada de asombro, de hecho estaba neutro como si le estuviera contando algo normal.
—Y a veces pienso que estoy perdiendo mi cabeza, hay cosas que no sé, siento que esto es más grande que yo misma, además es como un rompecabezas donde me faltan piezas para poder armar todo este nido de mentiras.
—Escucha, solo es un sueño, nada de eso es real.
—Yo... Ya no sé qué es real o falso, es como si estuviera en un sueño.... Trató de pensar que esto es falso... Pero...
Él me miró esperando a que continuará, tenía que preguntarle, era ahora o nunca.
—La otra vez te escuché hablar con mi madre, sé que la conoces... Así que ahora mismo me dirás todo lo que sepas sobre esto.
Trate de mantenerme fuerte y dura, pero cuando él me miraba sentía como si mis piernas se volvieran gelatina.
—No debiste escuchar eso.
— ¿Por qué?, ¿Qué es lo que me están escondiendo?
—Escucha, hay secretos que no deben ser revelados... Olvida todo.
Él se fue y me dejó sola aun cuando le gritaba y le exigía una explicación.
Bufé y caminé hasta mi casa, si Mason no me daba respuestas, mi madre me las daría, estaba harta de tantos secretos, de tantas cosas que no me decían, desde pequeña odiaba que me ocultaran las cosas. No me detendré hasta saber la verdad, no me detendría nada ni nadie.
Pase por una florería y mientras pasaba todos los girasoles se marchitaban, me quedé viendo todas las flores muertas, ¿Qué me está pasando?
Corrí hasta mi casa, tratando de mantener el aliento y mi corazón latiendo, sentía como mis piernas dolían y ya no podía más. Caía.
Alguien me ayudó a pararme.
— ¿Ángel?
—Sí...
— ¿Me estabas siguiendo?
—No, tengo que ir por esta calle para irme a mi casa, pero te he visto corre y después caer.
—Lo siento.
— ¿De quién o qué huías?
—De mis demonios.
Él solo levantó una ceja y me observó.
—A veces me das miedo.
—Yo también me doy miedo.
La puerta de mi casa se abrió y mi madre me miró, su mirada pasó de mí a Ángel, ella se quedó viéndolo con miedo, como si hubiera visto al mismo demonio.
—Alexa metete a la casa ahora.
—Madre...
—Ahora.
Yo me paré y caminé adentro de mi casa, cuando me metí, la puerta se cerró, corrí hasta la ventana y vi como mi madre le gritaba a Ángel, ella le daba una cachetada y él se fue corriendo.
Mi madre entró.
— ¿Qué rayos te pasa?, ¿Por qué le has pegado?
—No lo volverás a ver, de eso me aseguraré yo, empaca tus cosas nos iremos ahora mismo.
Me quedé mirándola anonada.
— ¿Qué?, solo llevamos una semana o menos, no podemos irnos.
—Lo haremos, empaca mañana mismo nos iremos muy lejos de aquí.
—No, estoy harta, quiero quedarme en un lugar fijo por más de 1 año.
—Hija, por favor empaca y no discutas.
Subí las escaleras corriendo y de dos en dos, entré a mi habitación y azoté la puerta, me arrojé a la cama.
Estuve acostada 10 minutos, hasta que agarré las cajas y comencé a empacar.
Ya era noche cuando casi terminaba.
Mi madre entró a mi habitación.
—Escucha, sé que es difícil para ti, todo este asunto, pero todo es por tu bien.
— ¿Por qué?, ¿Qué me estas escondiendo?, además... Te escuché hablar con Mason, ¿De quién me tienen que proteger?.... ¿Por qué conoces a Mason y Ángel?
—No, no es hora.
— ¿Entonces cuando?
—Sólo no es momento.
—Bien.
Yo me voltee y vi la calle, no quería verla, mi madre me acaricio el pelo, me dio un abrazo y se fue.
Me lancé a mi cama y solo me quedé viendo el techo hasta que sentí mucho sueño y me quedé dormida.
Abrí mis ojos y estaba en medio de un campo de futbol americano.
Miré todo a mí alrededor y me percaté que era el campo de la escuela donde estudiaba.
—Hola, ¿Me extrañaste bombón?
Ángel estaba vestido todo de negro.
—No... ¿Estoy soñando?
—Sí, escucha con atención, mañana tienes que venir a este lugar a las 7:00, a esa hora hay un partido, en ese momento te diré toda la verdad, todo lo que necesitas saber y todas esas dudas que dan vuelta y vuelta en tu cabeza, serán resueltas.
Él decía eso mientras daba vueltas alrededor mío.
— ¿De qué hablas?
—Ven y lo sabrás.
Traté de decir algo pero todo se volvió blanco.
Desperté asustada, pero estaba en mi cuarto.
Ahora lo único que tenía que decidir era si iba a ir o no.
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Black Blood
Science Fiction"Tú eres mi salvación y mi perdición al mismo tiempo" -MaBe