Capítulo 8

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Era Ángel, no entendía que estaba sucediendo.

Él estaba vestido completamente de negro y avanzaba hacía de forma amenazadora.

— ¿Ángel? —Dije.

Él se detuvo a unos metros de mí, me quedé viéndolo con mucho miedo.

—El único.

— ¿Qué está pasando?, me has prometido respuestas.

—Y te las daré.

Él caminaba lentamente de un lado a otro, en su mano traía un cuchillo.

—Déjame adivinar, has soñado conmigo y con Mason. —Dijo. — Esa vez en el pasillo me controlaste nosotros le decimos "encanto", también puedes escuchar cosas a largas distancias.

Yo asentí con la cabeza.

— ¿Crees en las pesadillas? —Dijo con tono burlón.

Él volteo, pero ya no era humano, tenía colmillos y sus ojos eran rojos.

Yo grité.

Pero Ángel solo me sonrió.

—Eres un vampiro.

—Vaya eres muy observadora.

— ¿Por qué yo?, si me quieres comer solo hazlo o bórrame la memoria.

—No te quiero comer, te quiero matar.... Esto es más grande que tú, lo único que puedo decirte es que tú eres como nosotros, has vivido toda tu vida engañada. Debe ser horrible y confuso, pero tranquila te mataré rápidamente y sin dolor.

Él se acercó corriendo hacía mí a una increíble velocidad. Pero alguien se interpuso en su camino y lo lanzó por los aires.

Ese sujeto traía una chaqueta negra, un pantalón negro y unos converse, volteo a verme y vi que era Mason.

—Vamos.

Él me cargó en sus brazos.

—Cierra los ojos. —Dijo.

Yo lo hice y sentía el viento en mi cara a una gran velocidad, abrí mis ojos por curiosidad y vi que íbamos en un túnel, él iba corriendo a una gran velocidad, después se detuvo y me bajo.

—Creo que ya no nos seguirá, tenemos que apurarnos e ir con tu madre.

— ¿Qué está pasando?, necesito saberlo y ahora.

—Soy un vampiro, los vampiros, hombres lobos, banshees, todo eso existe, todo lo que el humano cuenta en historias de terror, existe.

—De acuerdo, si me hubieran dicho esto hace una semana los hubiera llamado locos, pero ¿Yo que tengo que ver en todo esto?... ¿Yo que soy?

—Los vampiros existen desde hace siglos, para convertirte en uno debes de beber la sangre de un vampiro y después morir o de una manera muy extraña que solo sucedió una vez, cuando un vampiro tiene relaciones sexuales con otro vampiro.

—Esto es raro.

Él dio vuelta por algún túnel y lo seguí mientras esperaba que siguiera hablando.

—Hace algunos siglos vieron que los vampiros no tenían orden, así que decidieron hacer una monarquía, dos vampiros muy sabios se pusieron al frente de todos los vampiros, haciendo que fingieran ser humanos y que ya no mataran a más personas... Por un tiempo estuvo bien, hasta que un vampiro les declaró la guerra, dijo que ellos eran superiores y que los humanos solo serán alimento, muchos vampiros los siguieron, se hacen llamar "Infuscos", y desde hace siglos hay esta guerra, pero gracias a los reyes se logró mantener el equilibrio.

<Ya que los reyes les recordaban que no debían de matar, que los humanos no solo eran alimento, pero hace 17 años, paso un milagro la reina quedó embarazada, nueve meses después nació una niña, de pelo negro como la noche y unos ojos rojos. Todos sabían que ella era la heredera, pero sus padres estaban en constante peligro... Un día sucedió los "Infuscos" entraron al castillo y mataron a los reyes, pero antes de morir le han encargado a una señora y a un joven que cuidaran de su hija.

<La señora huyó gracias a la ayuda de un joven brujo, desde ese día han estado buscando a la joven, pero sabían que no serviría de nada, ya que gracias a un brujo le han puesto un hechizo donde ella no desarrollaría sus poderes hasta cumplir sus 17 años, por eso la quieren matar, porque si la matan los infuscos ganarán.>

—Linda historia, pero yo que tengo que ver con esto.

Él rodó los ojos.

— ¡TÚ ERES ESA NIÑA!

—No... —Dije.

—Tú eres la hija de esos dos reyes, hemos esperado 16 años para esto, pero ahora ellos te han encontrado y no estarás a salvo en ningún lugar. Aquí.

Él subió las escaleras que daban a una puerta, él la abrió y vimos que estábamos a una calle de mi casa.

Corrimos hasta llegar a mi casa, al abrir la puerta estaba mi madre.

—Mamá.

—Hija, ¿Qué pasa?

—Ya lo sabe todo, la han encontrado tenemos que irnos. —Dijo Mason.

Ella me abrazó fuertemente.

—Lo siento, yo no soy tu madre.

—Sí lo eres, tú me criaste, aunque no me hayas engendrado lo eres.

—Ya llegaron. —Dijo Mason.

Mi madre retiro la vitrina y atrás de esta había una puerta.

—Quiero que se escondan ahí.

Yo negué con la cabeza, pero Mason me agarro de los hombros y me obligo a meterme al cuarto.

Mi madre volvió a colocar la vitrina.

Había un agujero donde podía ver todo lo que pasaba.

Ángel abrió la puerta.

—Hola.

—Te dije que te largarás de mi casa, ¿Qué le has hecho a mi hija?

—Sabes que no es tu hija, así que déjate de dramas y dime donde esta ella.

—No lo sé, se ha ido a un partido y no ha vuelto.

—Creo que estas mintiendo.

Mi madre negó con la cabeza.

Ángel corrió hasta ella con un cuchillo, pero mi madre ya estaba prepara y interpuso el cuchillo con una espada.

—No querrás pelear conmigo. —Dijo mi mamá.

—Claro que sí.

Ellos dos comenzaron a pelear, estaba destruyendo toda la casa, pero me impresionaba como mi madre se movía con mucha agilidad y se defendía.

Hasta que sucedió Ángel le encajó una estaca en el corazón y mi madre se hizo polvo.

Black BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora