Capitulo 28

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28.

Las puertas se abrieron y dentro de ellas aprecio una cama bastante amplia, algo parecida como la mía en Houston, era un cuarto acogedor, bastante acogedor.

- Ella no va a dormir sola -dijo Daniel sacándome de mis pensamientos.
- Yo no limpie tu cuarto en vano -dijo Shan sería- así que no inicies con tus dramas, vas a dormir en tu habitación.
- No son dramas, pero yo como se sí..
- Nadie le va a hacer nada a (tu nombre) -dijo Alex interrumpiendo mientras se recargaba en la pared.
- Oh vamos, es como si me dijeras que nadie se equivoca al momento de poner los signos en una ecuación ¿Crees que es posible eso? Porque yo no.
- Puedo mostrarte mis ejercicios -dijo Shan sonriendo- con gusto lo hago.
- Pues me encantaría revisarlos, puede haber una trampa en ellos.
- Creo que no es necesario -dije mirando a Shanelli.
- Perfecto, sígueme Joel, te llevare a tu habitación.
- Daniel -dijo sonriendo- no es un nombre tan difícil de aprender.

Shanelli rodeo los ojos al mismo tiempo que ponía las manos en su cintura.

- Lo conozco y lo se -dije rompiendo el silencio- estoy segura que Daniel no me dejara dormir sola, prefiero que el me acompañe esta noche.
- ¿Dormirán en la misma cama? pregunto Shan levantando las cejas.
- ¿Es acaso ese algún problema?
- No pero...
- Realmente no quisiera -dijo Daniel- prefiero que me den unas mantas para ponerlas en el suelo.
- Vamos -dijo Shan.
- Yo te acompaño -dijo Alex- en lo que ellos se acomodan.
- ¿Podría quedarme con tu cargador? -pregunto Daniel- solo por esta noche.
- Solo por esta noche -dijo Shan caminando hacia el pasillo- ni un día más.
- Bueno -dije sonriendo- vamos Daniel.

Daniel entro a la habitación y yo gire para hacer lo mismo, pero Alex lo evito tomando mi mano.

- ¿Pasa algo?
- Si.. -dijo dudando.
- Dime -dije sonriendo.

Note que se ponía nervioso y yo aún más, no sabía si salir corriendo, o seguir viendo esos ojos tan lindos.

- ¿Te gusta el pan? -pregunto.
- Si -dije riendo- si me gusta.
- Esta bien -dijo caminando haci atrás- ya regreso.

Alex giro y desapareció, reí un poco antes de cerrar las puertas de la habitación.

*

El pie de mi madre golpeaba repetitivamente el suelo, en sus uñas se podía notar la preocupación.

- ¿Dejarás de morderte las uñas? -pregunto Isaac.
- Si, no lo se, ya no puedo más.
- El que las muerdas no soluciona nada.
- Ya no puedo más con esto.
- Escúchame, tu nunca te darías por vencida, ahora es cuando te necesito más.
- Son tantos problemas -dijo mi madre con voz quebrada- quiero morirme.
- Saldremos adelante, lo vamos a hacer.
- Leonel -dijo mi madre- que pasara con el.
- Mañana tenemos la cita, mañana (tu nombre) será ante la ley mi hija, ya es un problema menos.
- No lo es, ese hombre utilizara el último recurso para encontrar a mi hija.
- Nuestra hija -dijo Isaac tomando las manos de mi madre- nuestra hija.

Mi madre medio sonrió, mientras Isaac aún la tenía tomada de las manos, el celular de Isaac sonó y se separaron de inmediato.

- ¿Bueno? -respondió.
- Soy Sergio, ¿ya hay noticias?

Mi madre miro a Isaac y el pulso la acción de altavoz.

- Aún no las hay -dijo en tono bajo.
- Ya no puedo más con esto.
- No solo eres tu Sergio -dijo mi madre- yo estoy muriendo en vida.
- No se que más podemos hacer -añadió Isaac.
- ¿Ya checaron las tarjetas de crédito?
- Ya lo hicimos -dijo mi madre mientras caminaba de un lado a otro- no hay transacciones hechas con frecuencia.
- Tenemos que esperar a que..
- Lo siento no puedo más -dijo Sergio interrumpiendo a Isaac- la policía iniciara a buscar.
- Tu no puedes hacer eso -dijo Isaac levantando la voz.
- ¿De qué rayos hablan? -pregunto mi madre.
- Andrea, yo le comenté a Isaac que pondría a policías de cada estado a buscar a Daniel y a tu hija.
- ¿Porqué no me lo comentaste? -dijo mi madre mirando a Isaac.
- Porque sabía que no lo aceptarías, con los problemas que se están presentado.
- Hazlo -dijo mi madre.

Isaac tapó la bocina con su mano y miro a mi madre.

- Pensé que no querías lidiar con policías por lo de Leonel.
- No quería, pero ya no puedo más.
- Perfecto-dijo Sergio del otro lado mientras Isaac retiraba su mano de la bocina- daré la orden para que inicien inmediatamente con la búsqueda.
- Esta muy bien -dijo mi madre- cualquier cosa...

El sonido de una alarma impacto en toda la sala, para después una voz dijera lo que esperaba tanto Isaac "Objetivo localizado"

- Los encontramos -dijo Isaac mirando a mi madre.

*

Un par de mantas estaban sobre la cama, junto con dos almohadas.

- Gracias -dijo Daniel.
- De nada -añadió Alex.
- Bueno, adiós -dijo Daniel riendo- adiós.
- Si ya nos vamos -añadió Shan seria para después salir de la habitación junto con Alex.

Me destine a cerrar las cortinas, mientras Daniel esperaba a que su celular iniciara a configurarse.

- ¿Algo nuevo? -dije sonriendo y caminando a las mantas.
- Vaya -dijo Daniel checando el teléfono- veinticinco llamadas de tu madre, y cincuenta de la mía, eso si que es nuevo.
- Eso es una preocupación extrema por parte de nuestros padres -dije extendiendo las mantas en el suelo.
- Sabes, deberíamos de hablarles.
- ¡No! -dije de inmediato.
- No lo haré tranquila -dijo bloqueado su celular y caminando conmigo.
- Aunque realmente siento muy feo el estarlos preocupando.
- No pasa nada, esto se acabará pronto, eso espero.
- Necesitamos ver una película. -dije riendo e ignorando el tema.
- Solo deja me cambio y la vemos.
- Yo iré por agua -dije sonriendo.

Daniel chocó mi mano y salí a la cocina, baje con cuidado las escaleras, ya que cualquier sonido por muy mínimo que fuera se escuchaba en toda la casa.

Abrí el refrigerador y tome un vaso el cual calló al suelo al momento de ver frente a mi a Alex, con la pijama puesta, un pantalón azul obscuro con rayas grises y una camisa corta del mismo color que las rayas y su copete despeinado.

- Solo soy yo tranquila.
- Lo siento yo no..
- No pasa nada..
- Si pasa -dije hincandome y juntando los pedazos de cristal.
- Hay más de ellos, no pasa nada.

Con mis manos temblorosas recogí un pedazo de cristal el cual me corto un poco en la mano.

- Maldición -dije soltándolo.
- Te lo dije -dijo Alex sonriéndome.

Me levanté y abrí la llave del lava trastes, busque una servilleta para hacer presión y al girar de nuevo Alex estaba frente a mi.

- En el tercer cajón de tu peinador en tu habitación -dijo poniendo la servilleta en la herida- hay un botiquín, dile a Daniel que te cure.
- Eso haré -dije nerviosa.
- Creo que ya -dijo bajando lentamente su mano a mi cintura.

Sentía que el corazón me latía deprisa, el tenerlo tan cerca me provocaba emociones raras, lo único que pude hacer fue poner ambas manos en el lavatrastes, lograba sentir la presión de mi espalda en la superficie de este.

- No te voy a hacer nada -dijo hablándome al oído- que tengas una bonita noche, y dile a Daniel que te cure eso.

Sentí sus labios en mi mejilla al mismo tiempo que también sonreía, me tense después de sentir que con su otra mano presionaba mi cintura, se separó y me sonrió.

- Adiós -fue lo último que escuche, al reaccionar ya estaba sola en la cocina, y los pedazos de cristal ya estaban en el bote. No sabía que me preocupaba más, esa acción de Alex, o que hubiera juntado tan rápido el cristal, inhale para subir corriendo a mi habitación.

Identidad FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora