Capitulo 18

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18.

La luz que entraba en mi habitación era tanta que provocaba un calor intenso, no sabía si era mi habitación o un completo horno donde estaba, abrí la ventana y el aire entro ampliamente moviendo parte de mi cabello, tome mi celular y marque al número de Daniel, e inicie la llamada no había señal de que contestara hasta que después de ocho timbrados su voz sonó.

- Hola -respondió.
- Daniel -dije apresurada- necesito verte sabes que yo no..
- Por el momento no puedo contestarte, pero ya sabes después del tercer timbre me dejas tu mensaje. -completo la grabadora.
- Daniel -dije poniendo mi mano en mi frente- pensé que vendrías ayer o al menos esta mañana a casa, pero no lo hiciste, vendrás en la tarde, necesito hablar contigo sabes mañana es el concierto, y en dos días mi cumpleaños, bueno ya no se en que día estamos, necesitamos vernos, Daniel te quiero.

Finalice la llamada y baje a la sala ahí se encontraban mi madre e Isaac, con una cara ampliamente angustiada, vaya si yo estaba preocupada por algo ellos también lo estaban, pero ahora se trataba de Daniel, y a los tres nos importaba lo que pasara, por supuesto que no les contaría el porque esta raro si Daniel actuó así cuando le comenté de Alex ni siquiera quiero imaginarme lo que harían ellos .

- ¿Respondió? -pregunto Isaac sacándome de mis pensamientos.
- No -dije sentándome en el sofá- creo que sigue enfermo.
- Deberías de ir a verlo -añadió mi madre- eres su amiga.
- Mama si no recuerdas su familia me dijo que había salido.
- ¿Y salió enfermo?
- Asi me dijeron.
- O tal vez te esta evadiendo -añadió Isaac.
- No lo se -dije abrazando mis rodillas- el nunca había sido así.
- Piensa en donde podría estar -dijo Isaac- porque si ya hablaste a su casa y te dijeron que no esta es por que..
- ¡Como no se me ocurrió! -dije interrumpiendo y levantandome del sofá.
- Pero a donde vas -dijo mi madre- cariño no sabes ni donde esta.
- Si lo se, lo se muy bien, prometo regresar pronto.
- (Tu nombre) tu no sabes ni que..
- Gracias Isaac -dije interrumpiendo a mi madre.
- De nada -añadió sonriendo.

Cerré la puerta de golpe y salí corriendo de la casa en cambio mi madre miro extrañada a Isaac.

- ¿Sabías algo tu?
- No -dijo sonriendo- pero creo que recordó al lugar que debería de ir.
- Esta niña y sus ideas -dijo mi madre volviendo a sentarse.

*

En la cama de Shanelli había miles de vestidos y zapatillas, había un desastre total en aquella habitación.

- Muy bien hermanito -dijo mientras miraba varios vestidos- así que ahora eres Alex y no Geoffrey.
- Se supone, sólo quiero saber si esta chica es interesada, no se te ocurra decirme Geoffrey.
- Bueno -dijo dejando los vestidos en la cama mientras caminaba a su tocador- ya es oficial.
- Si -añadió- muy oficial.
- Y ahora Geoffrey.
- Podrías iniciar a llamarme Alex.
- Claro -dijo Shan mientras de maquillaba- y que tal como es.
- ¿Quien?
- La chica de Houston.
- Hermosa, mucho mejor que en las fotos.
- ¿Porqué dices eso?
- En las fotos no se parece tanto, muy guapa en video ahora imagínate en persona.
- Hey Geoffrey -dijo su hermana- nada de..
- Alex -la corrigió.
- Como sea, si mama llega que va a pasar.
- Ella tardará mínimo dos meses, después de que arregle los asuntos en México tiene que ir a Colombia.
- ¿Nos vamos a quedar aquí?
- No, tenemos que cambiarnos a el departamento cerca de Central Park, creo que hay más habitaciones ahí.
- ¿Qué ella no viene sola?
- Viene con su amigo un tal Daniel.
- ¿Es guapo? -pregunto Shan sonriendo.
- Yo que se.
- Bueno tendré que esperar a ver ese tal Daniel.

*

Exhale al estar frente a una construcción abandonada, la entrada principal estaba rodeada por cadenas las que prohibían el paso, camine hacia un costado de ella y abrí una pequeña puerta de madera un poco desgastada que se encontraba ahí, todo era muy diferente del otro lado, había un pasaje angosto con escrituras en las paredes, nuestras escrituras, nuestros recuerdos estaban plasmados ahí, al llegar al fondo del pasaje levante la vista hacia la pequeña pared que se encontraba ahí sentada en ella estaba Daniel con sus brazos cruzados, tome la pequeña escalera que hicimos los dos de madera y subí poco a poco aquella pared.

- Ten cuidado -dijo- ya no es tan resistente como antes.
- Entonces tal vez podrías ayudarme.
- Siempre te he ayudado a subir esta escalera, creo que ya puedes sola.
- No puedo -dije mirándolo- aún me da un poco me miedo.

Daniel sonrió para girar y tomar mi brazo ayudándome a subir, ahora los dos estábamos arriba de esa pared, la vista que proporcionaba de la cuidad era increíblemente hermosa.

- ¿Cómo sabías que estaba aquí?
- Creo que no recuerdas el día en donde nos prometimos que este sería el único lugar donde nos encontraríamos si algo estaba mal.
- Lo recuerdo -dijo son voltear a verme- nuestra primera promesa.
- La primera de muchas.
- Solo son tres -dijo sonriendo.
- Tres importantes.
- Importantes -exhalo.
- Pensé que irías ayer a la casa -dije mirándolo mientras el aire desacomodaba mi cabello- me dejaste sola, también esta mañana.
- Lo siento.
- ¿Solo lo siento?
- Lo siento mucho -añadió.
- ¿Sigues enfadado?
- Son tantas cosas -soltó- sabes mi padre llego, y me porté el primer día como un patán, ayer estuve todo el día con el.
- Yo no sabía eso -añadí- me alegra muchísimo, ahora ya entiendo porque no fuiste a la casa ayer.
- (Tu nombre) realmente no quería verte.
- Es por lo de...
- Mira tu puedes hacer lo que quieras -dijo mirándome- lo que quieras.
- Siempre y cuando estés conmigo -dije quitando el cabello de mi cara- apoyando cada una de mis locuras.
- Eso no es lo que quieres.
- Todo lo que quiero es estar contigo -dije tomando su mano- eres lo más importante que tengo y no quiero separarme de ti.

Daniel agacho su cabeza para sonreír, sentía necesidad de abrazarlo, pero el se adelantó, sus ambas manos rodearon mi cintura mientras ponía mi cabeza en su cuello.

- El mismo discurso que cuando teníamos doce años.
- Algunas cosas no cambian -añadí- ¿Podrías perdonarme?
- Música para mis oídos-añadió sonriendo- esa era la palabra mágica.
- ¿Es un si?
- Es un por supuesto -dijo acariciando mi mejilla- sólo porque mañana no quiero estar enojado en el gran concierto.

*

Abrí la puerta de mi casa lentamente al parecer mi madre se había ido a esa cena con Isaac, subí lentamente las escaleras pero la voz de mi madre se logro escuchar en su despacho, camine con precaución hasta este y comencé a escuchar.

- ¿Y que pasa si te encuentra?
- No lo hará Isaac -dijo mi madre.
- ¿Dónde esta la carta?
- En el cajón de el cuarto de servicio.
- No se la des, no ocasiones más problemas.
- (tu nombre) debe leerla y dejar el tema por la paz.
- Pero es que esa carta..
- Ya lo habíamos hablado Isaac, y aun estas sumamente nervioso.
- Pero entiende que esa carta..
- Se la dio su padre -dijo interrumpiendo mi madre- se la dio su padre Isaac.

Al escuchar eso sentía que el aire me faltaba, mi cuerpo no reaccionaba y me deje caer en el suelo abrazando mis rodillas, la palabra "papa" estaba en mi cabeza presente a cada segundo, reaccione y camine de prisa hasta el cuarto de servicio y comencé a buscar intente hacer el mas mínimo ruido evitando que mi madre e Isaac me escucharan, abrí el tercer cajón y solo había manteles y productos de limpieza, busque lentamente apareció lo que quería, un sobre blanco con una pequeña dedicatoria.

"De Andrew Miller, para mi pequeña princesa"

Mi mente de inmediato recordó aquella vez en la cual mi madre hablaba conmigo en mi habitación.

* - ¿Como se llama? -volví a preguntar.

Mi madre exhalo y mordió su labio.

- Andrew -me respondió sería- buenas noches cariño. *

Volví a reaccionar y mire de nuevo la carta y la presione sobre mi pecho.

- Mi papa -dije con un nudo en la garganta- la escribió mi papa.

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Este capítulo es un regalo para ustedes por casi los 2k lecturas ¡Gracias!
Espero y sobrevivan para los próximos capítulos, porque en si yo no puedo con tanta emoción al momento de escribirlos. ;)
Besos.

Identidad FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora