Capitulo 31

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31.

Sentía que el corazón se salía de mi pecho, ya no aguantaba más con la angustia Alex intento llamarle a Shan en lo que nosotros nos dirigíamos a el departamento pero no respondía las llamadas, al llegar al edificio Alex me miro y exhalo.

- El va a estar bien.
- Lo tiene que estar -dije mirándolo- tiene que estarlo.

Después de unos minutos estábamos frente a la puerta, Alex deslizo la tarjeta sobre la puerta y a los segundos esta se abrió, entre caminando al departamento lo más rápido que podía, busque por varios lados hasta que vi a Shanelli sentada en las escaleras con ambas manos tapando su cara.

- ¿Dónde esta? -pregunte con la voz quebrada.

Shan levantó su vista hacia mi y era más que claro, ella también estaba preocupada, tenía el rímel regado por sus mejillas y sus ojos estaban bastante rojos.

- En tu habitación -dijo absorbiendo la nariz- esta con Grimes.
- ¿Quien carajos es Grimes? -pregunte alzando la voz.
- El doctor de la familia -añadió Alex el cual se sentaba a un lado de su hermana al mismo tiempo que tomaba su mano.
- ¿Qué paso? -pregunto Alex.
- Fuimos por la comida, Daniel quería comprar un pastel, quería sorprender a (tu nombre) -dijo mirando sus manos- y lo hizo, lo compro, al llegar a la casa teníamos hambre se me ocurrió la grandiosa idea de decirle que si probábamos el pastel, después de un rato de dialogar lo convencí.
- ¿Se ahogó con el? - pregunto Alex acariciando el cabello de su hermana.
- No -dijo Shan iniciando a llorar- lo estábamos comiendo muy tranquilamente cuando inicio a toser y a ponerse de mil colores, cuando reaccione estaba en el suelo haciendo unos movimientos muy feos.
- ¿Y a ti porque no te paso nada? -pregunte llorando.
- Porque ella no es alérgica a las fresas -añadió una voz que provenía de la segunda planta.

Levanté mi vista y logre ver a una persona grande de edad, que bajaba las escaleras con cuidado, unas cejas muy pobladas evitaban que viera sus ojos negros clavados en los míos, al contrario del investigador, el no tenía cabello.

- ¿Esta bien? -pregunto Shan limpiando sus lágrimas y parándose.
- Esta bien -añadió sonriendo.
- ¿Puedo verlo? -pregunte aún llorando.
- ¿Tu eres (tu nombre)?

Asentí de inmediato con la cabeza.

- Que bueno -añadió sonriendo- esta preguntando por ti... Y mucho, deberías subir a verlo.

Limpie mis lágrimas y subí las escaleras corriendo, note que Shan y Alex se quedaron junto con el doctor.

- ¿Estará bien? -pregunto Shan.
- Lo va a estar, también Daniel quiere verte -añadió el viejo.
- ¿Necesitara quedarse en cama?
- Solo por hoy Geoffrey.
- ¿No necesitaremos de sus servicios después?
- Creo que no, sólo si el muchacho vuelve a comer entonces si.
- Gracias -añadió Shan.
- No fue nada -dijo Grimes antes de salir de el departamento.

Una vez que salió Shan giro a ver a Alex.

- Pensé que le dirías que no te dijera Geoffrey.
- No fue necesario, lo escuchaste, ya no necesitáremos de sus atenciones.

*

- Así estoy bien - añadió Leonel al momento que recibía una bebida.

La aeromoza sonrió para después pasar a la segunda clase del avión.

- Asi que la estúpida de Andrea duerme en el hombro de ese arquitecto barato.
- Señor, nunca pensé que usted y su esposa...
- Escúchame Martínez -interrumpió Leonel- lo que haga y deje de hacer con mi mujer no es de tu incumbencia.
- Pero señor eso de tomar el mismo vuelo.
- Tienes que ver el lado positivo, iré a la estúpida reunión con Rojas, es un viaje dos por uno.
- Pero su ex esposa.
- Es mi esposa -dijo mientras tomaba de su bebida- y tranquilo, si no se dio cuenta cuando subí menos cuando baje del avión, ahora escúchame, al aterrizar en Nueva York te irás detrás de esos estúpidos, después de saber en donde se quedarán irás a el departamento donde me quedo siempre y me darás el informe.
- ¿Señor y la junta?
- ¿Tanto te importa esa estupidez?
- No señor yo lo digo por...
- Te encargas de ir y programar otra cita -añadió Leonel- ¿Estamos?
- Si señor.
- Muy bien Martínez.

*

Abrí lentamente la puerta de mi habitación y lo primero que vi fue un triplete, del cual colgaba una bolsa de suero, la aguja que estaba conectada en la bolsa, estaba incrustada en la mano derecha de Daniel. No puede evitar el que salieran mis lágrimas.

- Recuérdame el comprarle una peluca al buen hombre -añadió Daniel riendo.
- ¿Una de color rosa? -pregunte sonriendo mientras limpiaba mis lágrimas.
- No creo que ese color sea presentable para un doctor.

Reí y camine hacia el mientras rompía de nuevo el silencio.

- ¿Daniel no sabías si....?
- ¿Era alérgico a las fresas? -añadió interrumpiendo- no, realmente no lo sabía, nunca se me ocurrió.
- Pero comíamos golosinas de fresas.
- Pero no es lo mismo.
- Claro que si, estos contenían fresa.
- Pero no era fresa natural.
- Pero es fresa.
- ¿Qué acaso es lo mismo comerte un cerdo entero a solo el tocino?
- No -dije riendo.

Daniel se movió un poco en la cama y me senté a su lado.

- Le haz dado un gran susto a Shan -dije acariciando su mejilla- Y a mi claro.
- Ya me disculpare con ella más al rato, que buen cumpleaños te di ¿Verdad?
- Eso no importa.
- Claro que si, estará marcado toda tu vida, mucho más marcado que la marca de Potter en su frente.

Sonreí y lo tome de la mano.

- Que bueno que no te inflaste como sapo.
- Creo que si hubiera pasado, no dejaría que me vieras así.
- Anda, serias un sapo de ojos azules.
- De gato a sapo -dijo sonriendo- vaya cambio.

Presione aún más la mano de Daniel, me alegraba tanto que se estuviera recuperando las puertas se abrieron y en ellas aprecio Alex y Shan la cual aún tenía una expresión pésima.

- Necesito que vengas -dijo Alex rascando su nariz con una expresión sería.
- Claro -dije levantándome sin antes besar la mejilla de Daniel.
- Yo me quedo con el -añadió Shan.
- Procura no tener fresas por ahí -dijo Daniel sonriendo.

Salí por la puerta y detrás de mi venía Alex, Shanelli se acerco a Daniel mientras sonreía.

- Me ha dado un gran susto.
- Te vez fatal.
- La preocupación Daniel.
- Vaya recordaste mi nombre -dijo extendiendo su mano- ven siéntate.

*

- ¿Y bien? -pregunte mientras recargaba mi espada en la pared del pasillo.
- Mi gente trabaja muy rápido.
- Lo note con lo de Daniel -dije sonriendo- gracias.
- El señor Rodríguez...
- No me digas que..
- Encontraron a tu padre.

Mi corazón palpitaba de prisa, conocería a mi padre, lo haré, sin pensarlo dos veces me colgué en un abrazo con Alex el me correspondió hasta que levantó mi cara con sus manos.

- Hay otra cosa -me dijo mirándome a los ojos.
- ¿Esta casado? No hay problema lo que yo...
- No es eso -dijo interrumpiendo y acariciando mi mejilla- tu padre murió.

Mis ojos no tardaron en cristalizarse, Alex me rodeo la cintura y me abrazo, me límite a poner mis manos alrededor cuello así mismo como mi rostro en su pecho mientras mis lágrimas caían.

Identidad FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora