Capitulo 34

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34.

Creo que pase la prueba de nervios, me esta gustando mucho esto, ver las luces de la cuidad desde una altura considerable son algunas de las cosas por las cuales algunos no pasan, así que pues me siento afortunada por ello.

Después de iniciar con el vuelo me senté con Shan la cual llevaba un juego de cartas pasamos varios minutos jugando, unos tres por lo menos, hasta que le dije que ya no quería jugar no se a quien se le ocurre jugar cartas ordinarias y querer ganar con un reverso del "Uno", creo que sólo a Shan.

Regrese a mi asiento junto a Daniel el cual mantenía la vista clavada en la ventana.

- Creo que no eres el único tramposo en cartas.
- A si como tu en los videojuegos.
- Bueno, el problema es que tu no dejas que mi jugador recupere sus fuerzas -añadí sonriendo.

Daniel tenía una consola en la cual pasábamos horas jugando, un día su padre llego con una nueva, con dos controles incluidos no controles como los normales estos parecían de televisión, después de horas iniciamos a jugar en una simulación de boxeo, es cansado estar moviéndote rápido y ver que Daniel tenía mi jugador en el suelo, movía mis manos para que el imbécil jugador que manejaba se levantará pero no lo lograba, así que aventé el control en el sofá y me colgué a la espalda de Daniel mientras gritaba que parará, desde entonces me prometí no jugar ese tipos de juegos y volver a usar los de la palanca normal con letras incluidas.

- Sabes, creo que Taylor ya sospecha de nuestras faltas.
- Creo que todos lo hacen Daniel, no solo el maestro de literatura.
- Pensé que este último semestre sería diferente.
- Pues lo es -añadí sonriendo- dime quien viaja tanto en tan poco tiempo.
- ¿Porqué tomas todo a la ligera? -pregunto pellizcando mi nariz.
- Es lo mínimo que debo hacer ahora.
- Después de esto...
- Nos vamos -dije recargando mi cabeza en su hombro- nos vamos a casa Daniel.
- Es la mejor noticia lo juro, ya solo quiero estar contigo como antes.
- Yo también -dije abrazando su cintura.
- Te quiero (tu nombre) y mucho.
- Yo también te quiero amigo.

*

La ligera brisa golpeaba la cara de mi mama, la cual al sentirla cruzo sus brazos, se detuvo al ver que Isaac miro hacia un edificio.

- ¿Este es?
- No -soltó Isaac sonriendo- este edificio yo lo hice, más bien lo diseñe.
- ¿Y porqué no te lo quedaste? ¿fue algún pedido?
- No y si.
- Sabes algo me estresa cuando le pones suspenso a la plática.
- Creo lo mismo -dijo Isaac.
- ¿Y bien?
- El edificio se construyo sin ningún fin, al terminarlo recibí una llamada, en la cual a una persona le interesaba comprarlo.
- ¿Y lo vendiste?
- Si, si no lo hubiera hecho, jamás hubiera topado a la vecina histérica de Houston que pensaba que me robaría a su hija.
- Lo siento -dijo mi madre- pero es que...
- Si lo se, un extraño en un parque sonriéndole a una pequeña de cinco años sin dos dientes, no era algo bueno.
- Asi que por eso te fuiste a Houston...
- Si, merecía aires nuevos.
- ¿Y a quien se lo vendiste?
- A una familia importante, o así me dijeron.
- ¿Los conozco?
- No se, pero deberías, tienen un empresa millonaria.
- ¿A si? ¿Cuál es su apellido?
- Rojas -añadió Isaac- no se si aún siga siendo de ellos.
- ¿Nos quedaremos ahí?
- No -dijo caminando.
- ¿Entonces?
- En el de alado, ese también yo lo diseñe, pero sin vendérselo a los Rojas, por lo que se decidió el rentar departamentos.
- ¿Y en el de los Rojas nadie puede entrar?
- No, a menos de que seas familiar o socio -vamos dijo tomando la mano de mi mama- tenemos que descansar y poner a rastrear de nuevo a Daniel y a (tu nombre).

*

Después de varias horas aterrizamos en Los Ángeles, subimos a una camioneta y nos encaminamos a la residencia, me sentía feliz era la primera vez que visitaba esta cuidad, mi felicidad cambio al recordar que lo hacia por visitar la tumba de mi papa, después de varias peleas entre Shan y Daniel llegamos.

Identidad FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora