Capitulo 38

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38.

Sentía tanto en este momento, dolor, rencor, sorpresa, tristeza tenía tantos sentimientos encontrados, tenia mi cabeza recargada en el pecho de Daniel y mi mano presionando el mismo lugar, el por su parte subía y bajaba rápidamente su pecho, su respiración lo decía todo el estaba muy preocupado por mi, su mano derecha acariciaba mi cabello mientras que con la izquierda tomaba mi mano que descansaba en mis piernas las cuales estaban recogidas evitando el contacto con el suelo.

Frente a nosotros estaba Shan sentada en el antebrazo del sillón, acariciaba con su mano su cuello, no la culpo esto ha sido muy agotador, en algunas ocasiones cruzábamos miradas, sólo se limitaba a sonreír.

En la ventana grande estaba Alex su mano izquierda recargada en el gran vidrio por el cual del lado contrario se deslizaban las gotas por la lluvia, en su mano derecha mantenía su celular, movía tantas veces las cabeza negado antes de contestar "Quiero una solución" pronuncio antes de colgar.

- ¿Y? -pregunto Sha mirando a Alex.
- Nos veremos en tres días de nuevo, quiere saber cual fue su error.
- El error fue mi mama -añadí levantando mi cabeza del pecho de Daniel- el no tiene la culpa de nada.
- Pero la carta dice que...
- La carta es una farsa Shan, mi mama debió escribirla para que yo dejara el tema por la paz.
- Entonces recuerda (tu nombre).
- Lamento arruinar tus buenos argumentos señorita colores -dijo Daniel inclinandose y poniendo sus codos sobre sus piernas - pero te recuerdo que (tu nombre) no conoció a su padre como quieres que recuerde algo que jamás vivió.
- No se refiere a esos tipos de recuerdos Daniel, si no la los comentarios que posiblemente su madre haya hecho por error -añadió su hermano.
- Pienso que sería mejor que Daniel y yo volviéramos a Houston y pensar que nada de esto paso.
- Creo que haz demostrado en este tiempo que tu luchas por lo que quieres (tu nombre) no te puedes rendir tan fácil.
- Una se cansa de lo mismo Shan. Y ahora yo estoy agotada.
- Solo volvamos a nuestra vida de antes -añadió Daniel- un gusto conocerlos pero creo que (tu nombre) ha decidido.
- Por una vez en tu vida intenta hacer que tu amiga no haga una estupidez -añadió Shan- apoyala como se debe.
- Tu no la conoces, y sabes la apoyo más de lo que verdaderamente se apoya, acaso tu estuviste con ella cuando le pusieron sus brackets o cuando se los retiraron sus uñas se encajaron en mis manos, o que me dices cuando en la primaria se metió un color a la nariz y ella...
- No era necesario decir eso Daniel -añadí interrumpiendo apenada.
- O cuando llego su periodo por primera vez y salió gritando del baño con los pantalones abajo...
- Eso tampoco no era necesario -dije tapando mi cara con ambas manos.

Sentía que el color rojo se apoderaba de mis mejillas. Ahora si trágame tierra y escupeme en la casa de Louis para ser más exacta en su cama.

*

- ¿Con hielos señor?
- Tres por favor.
- Sabe, pensé que usted se iría al hotel que esta a un lado de el edificio de los Rojas.
- Prefiero estar lejos de esos estúpidos para evitar reírme en sus caras.
- La señora Ángela no va querer que sus acciones se...
- La señora Ángela no esta, todo será más fácil.
- ¿Qué va a hacer con su esposa?
- ¿Piensas que te traje de gratis?
- Señor Leonel pienso que si la señora Andrea se da cuenta de que...
- ¿Tan idiota eres para no hacer algo bien?
- Lo mío no es estar espiando, lo mío es servirle señor.
- ¿Pues adivina que? Te subí de puesto a espía, felicidades, ahora ponte a trabajar.
- Como usted diga señor.

*

Después de esa gran plática que dio Daniel tuve que salir a tomar aire, si me apene mucho pero ahora lo que me importaba era ir a Houston de nuevo y enfrentar a mi mama, y no digo que sea....

¡Santa madre de Dios!

No se a que hora llegue a el patio, pero lo que veo me pone muy nerviosa, Alex esta en un short diminuto, no creo que se... Lo hizo se acaba de lanzar a la alberca, con un clima realmente horrible, ahora que hago me giro y entro de nuevo a la casa o miro ese cuerpo tan... ¡no! Mejor muevo mis piernas y entro a la casa, y es lo que hago...

- ¿Te gusta espiarme? -pregunta Alex y me detengo en la puerta- esta bien que lo hagas pero a veces incómoda sabes.

Me giro lentamente y lo miro a los ojos.

- No te estaba espiando.
- ¿Entonces que hacías?
- Solo miraba el sol, porque ya sabes, la conversación me dejo muy nerviosa.
- ¿Sol? -dice Alex sonriendo- esta nublado y lloviendo.

Me deberían de dar un Óscar por la estupidez mejor dicha en el año.

- Fue literal.
- ¿Entonces hay sol?
- Me confundí.
- Tu siempre, hagamos algo -dijo poniendo su cabello hacia atrás- un reto.
- ¿De qué hablas?
- Tu me dirás porque me espías y si no lo quieres decir recibirás un castigo.
- ¿Qué clase de castigo? -añadí cruzando mis brazos.
- Si lo dices, yo te diré un secreto mío, pero si no yo te aviento a la alberca.
- Olvídalo.
- Vamos (tu nombre) suena divertido y sabes ambos salimos beneficiados.
- Yo no.
- Los dos -añadió Alex saliendo de la alberca.

¡(tu nombre) no bajes la vista, míralo a los ojos!

- Bueno dime... ¿por qué me espías?
- Yo no hago eso, sólo es casualidad encontrarte siempre a donde voy.
- Entonces ahora somos almas gemelas -añadió Alex poniéndose detrás de mi.
- ¿Qué? Claro que no...
- ¿Porqué me espías? -volvió a preguntar.
- Ya te dije que no lo hago -añadí sonando muy rebelde.

¡que no te intimide (tu nombre)!

Entonces lo sentí, su mano me empujo hacia el patio y a los segundos las gotas caían sobre mi.

- ¿Que te pasa? -pregunte mientras intentaba volver hacia la puerta.
- ¿Recuerdas el trato? -pregunto sonriendo.
- Yo no hice ningún trato contigo, al parecer tu solo....

Ahora que es lo que jodidos le pasa... Alex me ha cargado contra mi voluntad, intentó patear para golpear su estómago lo evita tomando mis pies, con mis manos intentó golpear su espalda pero no puedo, me mareo al ver todo al revés.

- No te pienso soltar, ahora responde mi pregunta.
- Yo no te espió.
- Perfecto -añadió Alex antes de tirarme a la alberca.

El agua me provoco un escalofrío enorme, sentía que moriría igual que Jack Dawson, la hipotermia se apoderaría de mi.
Con dificultad salí del agua, mire la sonrisa de Alex, y volví a hundirme, con todas mis fuerzas volví a salir del agua antes de gritar "no se nadar"

A los segundos sentí unas manos en mi cintura las cuales me llevaban de nuevo a la superficie, al abrir los ojos note a Alex que se mostraba realmente preocupado. Me abrace a el y sonreí antes de soltarlo.

- Caíste -añadí riendo.
- Por Dios (tu nombre) me haz asustado, que pensabas al hacer eso.
- Asustarte, y creo que lo logre.
- Carajo -añadió Alex golpeando el agua.
-Con permiso me iré a bañar.

Me gire lista para salir de la alberca pero no no pude hacerlo.

- Tu no vas a ningún lado -añadió Alex tomando mi brazo y pegándome a el- esta me la pagas.
- Claro, de cuanto hablamos, de seis dólares o diez.
- No es dinero mi cielo.

Me dijo mi cielo ¡Mayday, Mayday! ¡Tenemos un 3312! ¡necesito ayuda!

Alex me sonrió y se acerco a mi, sentí sus labios sobre los míos, intente quitarme pero no pude al contrario mis brazos rodearon su cuello, sentía sus manos en mi cintura, mientas que me pegaba más a el.

- Quiero que seas mía, sólo mía, quiero que seas mi chica.

Me congele ante su comentario, nunca había llegado tan lejos, pero el también me gusta, por que no intentarlo.

- Intentemos -añadí sonriendo mientras aún lo besaba.

Alex soltó una pequeña carcajada para después volverme a besar.

- Tu nombre, los vuelos están...

Si, me quede helada al escuchar la voz de Daniel fuera de la alberca.

Identidad FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora