Capitulo 16

31 2 1
                                    

Estaba en el parque, en el banco en donde solía sentarme con Sebastian, de pronto lo vi venir, el venía con una chica, la misma que aparecía en su foto, se veían felices, el la abrazaba y la besaba.
De repente el volteo a verme y mientras la besaba me veía, yo solo estaba inmóvil, como en shock. No podía creer estar viendo eso, tanta hipocresía de parte de él.

-Aly despierta! Dijo mi hermana Eliza.
Y entonces me di cuenta que era un sueño.
Que, cual sueño? Fue una pinche pesadilla.
-Que paso Eliza.
-Nada que, mientras dormías estabas llorando, que fue eso?
-No nada, ni recuerdo que soñé jaja. Reí nerviosamente, claro que lo recordaba perfecto
-Hmm esta bien, ahora apurate que tenemos que bajar a desayunar.
-Si ya voy.


Mi abuelita me pidió que fuera con ella al mercado a comprar la comida para mañana y accedí ya que no tenía más que hacer y no quería que fuera sola.
-Y tienes algún novio por allá en Villa? Me pregunto mi abue.
-Eh no abue, no me gusta ningún chico. Mentí porque sabía perfecto que moría por sebas, pero no quería admitirlo.
-Hay hijita no será que no te interesan los hombres?
JAJAJAJAJA neta acaba de decir eso?
Por eso amaba a mi abue, estaba actualizada.
-JAJAJAJA como crees abue, si respeto a las personas que les gustan los de su mismo sexo, incluso tengo un amigo gay pero, a mi si me interesan los hombres, sólo que no me eh enamorado de ninguno ahora, creo que terminare solterona y con 9 gatos😂.
Mi abuelita río conmigo. Como amo a esa mujerrrrrrrr!

************************************

Cuando mi abuelita estabá escogiendo el tomate, sentí que alguien me observaba y adivinen quien era?

Si, Sebastian.

Porque mierdas me lo tengo que encontrar siempre?
Y sobre todo comprando!
Va a pensar que soy una pinche gorda!

Se empezó a acercar en donde estaba con mi abue.
Oh no, va a ser lo que creo que va a hacer?

-Hola Aly, hola señora.
-Oh hola, eres amigo de Aly?. Dijo mi abue.
-Eh si, podría decirse, un gusto. Mi nombre es Sebastian.
-y a mi puedes decirme conchita. Soy la abuelita de Aly.
Quiero vomitar.
-No vas a saludar a tu amigo aly?
Mierda.
-Eh si, hola.
-Bueno, tenemos que irnos se hace tarde!
-Pero no eh acabado de elegir el tomate querida.
-Luego vengo por el abue, ya vámonos.
Y arrastre a mi abue hasta la casa sin mirar atrás, no quería ver a Sebastian. O bueno si pero no.
Agh quien entiende a las mujeres!

Estaba lavando los trastes con mi abuelita, ya que habíamos terminado de cenar.
-Y... Te gusta Sebastian?
Me tense.
-Que? Claro que no abue. Porque lo dices?
-Esque te pusiste muy nerviosa cuando el llegó y tu cambio repentino de tener que irnos me dejó desconcertada.
No le contesté y hubo silencio.
-Sabes que puedes contarme hijita, soy tu abuelita y siempre estaré para escucharte el tiempo que este con ustedes.
Se me aguaron los ojos.
Abrace a mi abue.
-Y bien, me vas a contar que paso?
-Si abue pero es una larga... Larga historia.
-Tengo mucho tiempo, que puede hacer una anciana cono yo después de lavar los trastes?
Solté una carcajada.
-Hay abue, esta bien ahí te va el cuento.
Y le conté desde que lo conocí hasta cuándo me enteré del engaño y todo.

-Y eso fue todo abue.
-Hija, el hizo muy mal en mentirte, tu le diste todo y el no lo aprovechó, pero como me decía mi mamá si el destino los Junta de nuevo es por algo. Y puede que el este arrepentido y quizá encontrarse siempre es parte de su destino, pienso que si el te pide hablar debes escucharlo, en fin, que tienes que perder? Hablando se entiende la gente querida.

Tenía razón, sin embargo quien sabe cuando vuelva a verlo, si Dios quiere que nos veamos, quizá surja la oportunidad de hablar.

-Gracias abue, de verdad necesitaba el Consejo de alguien mayor, te quiero.
-Ah chingado, tan vieja estoy?
Empecé a reír como loca.
-Jajajaja, claro que no abue te vez de 15.
-Hay hijita, te quiero. Y nos abrazamos, de esos abrazos hermosos, donde sientes el cariño y sabes que cuando te falte esa persona, tendrás un vacío enorme.

Aver como me va con el cabron de sebas.

Cual cabron? Si yo amo a ese hombre. Y me odio por eso.

Vuelvo a diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora