Marzo 18 de 20xx
11:22 AM
Viña del mar/Chile.
Dempsey.
—Corto y fuera —Digo antes de cortar la comunicación.
Esto está jodidamente mal, toda la operación está a punto de fallar y no puedo hacer absolutamente nada, soy patético. A pesar de lo que me confiaron los altos mandos aun no logro hacer nada, la estrategia es mala, este día es malo, todo lo que me rodea es malo.
Al menos éste blindado es seguro y tiene sus asientos cómodos, algo es algo. Tomo mí pistola y la observo con detención, voy a tener que dispararla pronto contra otro humano como yo.
Alguien golpea el vidrio del vehículo, volteo la mirada y hay un soldado así que bajo el vidrio para entablar una conversación.
—Señor, se le necesita en el puesto, los demás a cargo le llaman.
—Gracias soldado —Inmediatamente luego de responderle cierro el vidrio y le veo marcharse.
Siento como la haraganería me ataca con todas sus fuerzas, respiro hondo y trato de darme fuerzas pero poco hago; Miro la puerta y suspiro un poco, solo me queda la opción de forzarme para ir a donde no quiero ir. Solo quiero estar en mi casa durmiendo o con mi hija, espero el refugio esté bien.
Abro la puerta metálica y salgo, toda la realidad me golpea en la cara. Soldados moviéndose de un lado a otro sin detenerse, algunas cajas con munición en el suelo, los motores de los vehículos. Las familias que ya han llegado están en las aceras sentadas o en camillas que incluso están al aire libre, no hay espacio para todos.
El cielo está nublado y el frio que se ha formado no ayuda a mejorar el ánimo, todos parecemos cansados y quien tendría fuerza con todo esto pasando.
Sigo caminando hasta donde nos instalamos el primer día, todo ha cambiado tanto en unas cantas horas.
— ¡Capitán presente! —Dijo alguien al verme entrar. — ¡Señor! —Dicen los demás y me saludan con el clásico saludo militar.
—Descansen.
—Señor, debería ver esto —Dice un soldado al lado de un computador.
La información que me muestra allí no me hace sentir mejor, de hecho, es deprimente. La mayor parte de los equipos enviados ya han sido atacados por estos tipos, los cuales hace unos días ni siquiera estaban en este país. Muchos ya han muerto en acción.
Escucho un helicóptero paras por encima de nosotros, todo retumbo. Me dirijo hacia donde está la apertura de la tienda y observo el cielo, el helicóptero está aterrizando pero lo hace detrás de una casa.
— Que vuelvan las tropas y aborten.
— ¡Pero señor! ¡Todas las perdidas serán en vano!
—Y habrán muchas más si no nos retiramos, ¡No estamos preparados!
—Si señor...
—Aun quedan otros equipos controlando otras áreas, díganles lo que hicimos, seguramente se nos unen.
—Si señor —Responde otro.
—Y tú arma equipos, esto tiene que ser rápido.
— ¡Si señor! —Inmediatamente luego de responderme sale a toda velocidad de la tienda.
Éste no tarda mucho en volver para informarme que ya están listos, tenemos que traerlos de vuelta lo más rápido posible, a cada segundo extra que pasa las oportunidades de que no vuelvan son mayores, el peligro no se detendrá.
Son algo más de veinte personas, hombres y mujeres. Cada uno con su respectivos equipos, empiezan a subir en los vehículos blindados. Subo a uno de estos y alguien se sorprende, su cara lo dice.
—Señor, es peligroso que venga con nosotros.
—Quiero supervisar la operación, ¿tiene alguna objeción?
—Ninguna, de hecho, si lo hace será mejor, nos dará más fuerza.
Los motores se encienden y la maquina ruje, aquí vamos otra vez en nuestro auto de paseo.
Todo el ambiente que ya era lúgubre y este aumenta mucho mas apenas salimos del campamento. Los sonidos de disparos y bombas retumban en la distancia; Los cuerpos están tirados, esparcidos por el suelo; Este es un lugar de penurias, dolor y terror.
Esta ya no es la ciudad que conozco.
Observo a los demás, cada uno de ellos tenía algo de paz y seguridad hace unos días, ahora cada uno de nosotros esta herido en el corazón.
—Señor, ¿Cree que esto se detenga? —Me pregunta una mujer.
—Sinceramente, no lo sé.
Pasamos por encima de algo.
—Ya veo... —Ella baja la mirada al piso.
—Oye, no te deprimas, cada acción cuenta para mejorar todo, si tú empiezas ya hay algo.
—Gracias capitán.
—Señor, los vehículos se comenzaran a dividir ahora, cada uno tiene sus propios objetivos —Dice el conductor, es un hombre y no parece muy viejo, en realidad no parece superar los 25.
—Bien.
— ¡Nos están haciendo mierda! ¡Necesitamos refuerzos ahora! —La comunicación por radio nos toma por sorpresa, los disparos están por todos lados y los gritos también. — ¡Necesitamos refuerzos! —Un gran golpe se escucha. — ¡Esta muerto, dios mío, dios mío!
La radio comienza a emitir estática y la mujer se pone a llorar, todos callamos. Esto solo me hace dudar de la seguridad de mi familia y mis compañeros, estoy preocupado.
Balas impactan por el lado derecho, el vidrio se triza un poco. El vehículo aumenta su velocidad mientras las balas siguen, todas las caras demuestran pánico.
— ¡Prepárense para el combate! ¡Estos hijos de puta mueren hoy y ahora!
— ¡Si señor! —Gritan ellos entre furia y miedo.
Los sonidos de municiones siendo gastadas no paran, no paran
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El principio del fin.
Fiksi IlmiahHace mucho se creo una organización pero por problemas internos, esta se ha separado en dos partes, el único problema es que una de estas es que ocupa secuestra personas para la experimentación, luego una serie de conflictos aleatorios lleva a una g...