Marzo 19 de 20xx
13:56 PM
Viña del mar/Chile.
Jack
Las nubes ya dejan caer sus primeras gotas y algunas recorren mi cara, los sonidos de la batalla no se detienen y aún no encuentro a mí madre. Kiara se agarra a mi camisa con miedo, pero aquí estoy yo para calmarla.
A donde miro no veo ningún lugar que se pueda considerar seguro, ninguno en el cual poder hacer un descanso de esta masacre. Todo este complejo militar apenas si logra mantenerse y sé muy bien que no se demorara en caer, y yo no pienso estar aquí cuando eso suceda, aunque en verdad desearía que eso no ocurriera.
Algunos militares vienen corriendo hacia nosotros, los civiles; Noto como en la cara de algunos su expresión de miedo cambia casi por espontaneidad a una de felicidad total, esa gente no tiene ninguna oportunidad de sobrevivir a lo que ahora sucede, el miedo se los trago, difiero de la opinión común de dejarse ayudar, pero estos milicianos serán mí boleto de salida y el de mi familia.
Los soldados nos evacuan de manera torpe por toda la conmoción que ocurre, nadie sabe bien lo que debe hacer en estos momentos. Los de verde siempre siguen ordenes de los de más arriba, pero eso les hace un daño a largo plazo, les quita la mayor parte de su libertad para reaccionar de forma autónoma frente a situaciones adversas. Un tiro le llega a otra persona y la atraviesa sin mucho problema, y para mala suerte atrás había otra persona, ambos cayeron como un saco de plomo al asfalto entre gritos desesperados de un dolor puro, lo único que puedo hacer es taparle los ojos a mi hermana, ella no tiene ninguna culpa como para ver eso.
A medida que avanzamos yo solo logro desorientarme cada vez más, ya ni siquiera se adonde me dirijo, solo camino hacia delante entre toda esta multitud que no dudaría nada en pasar por encima de ti si es que te caes.
— ¡Sígannos a un lugar seguro! —Exclama una de los soldados.
Nadie se opuso a lo que dijo ella, tampoco tenemos muchas opciones que digamos. Miro a Kiara y la tomo entre mis brazos, no sé porque no había hecho esto antes, soy un imbécil por arriesgar su seguridad; Al mirarla a los ojos veo unas lágrimas caer por su mejilla, ella ya no aguanta más su miedo. Mientras más caminamos, más siento esta impresión a riesgo, si mal no recuerdo, este es el lado animal de cerebro humano que sale a relucir cuando el stress es muy grande, y creo que es así ya que ni siquiera pienso mucho al moverme, solo sigo adelante.
— ¡Dijeron que nos ayudarían! —Exploto histérica una señora de mediana edad, está muy trastornada y no consigue ocultarlo.
— ¡Estamos en una puta guerra! ¡Y hacemos lo que podemos! —Le amonesto un soldado que se ya distingue muy irritado.
— ¡No voy a aguantar más esta insolencia! —Expresa muy descontenta la mujer y se pone a caminar en el sentido opuesto, rápidamente le acompañan seis tipos más.
Creo que lo que hizo ella fue todo un hecho suicida, bueno, al menos con esto tenemos siete personas menos de las cuales preocuparnos, de hecho, los militares tienen menos personas de las que preocuparse.
Luego salimos a las calles por la zona opuesto a donde se ubican todos los retumbos de disparos, el sonido se merma cada vez más, me tomo un tiempo para desahogar mi mente y de paso conteo a los que veo, yacemos algo más de veinticinco personas y eso puede nos puede dejar en una situación muy comprometida, ya que algún idiota con una ametralladora la tiene muy sencilla, de hecho, con cualquier arma.
Unos sonidos de motores se sienten aproximarse, esto no está muy lejos de lo que pensé, creo que debería dejar de pensar un poco, me va a hacer mal a largo plazo.
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El principio del fin.
Bilim KurguHace mucho se creo una organización pero por problemas internos, esta se ha separado en dos partes, el único problema es que una de estas es que ocupa secuestra personas para la experimentación, luego una serie de conflictos aleatorios lleva a una g...