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Narra Gretel.

Llegamos a aquel bosque, caminamos hasta llegar al lugar en el que estábamos la vez pasada.

Nos sentamos y Hollie puso una playlist de Hayley Kiyoko; justo suena Girls Like Girls.

La miré a los ojos y las ganas de besarla como nunca antes se apoderaron de mi.

—Hace calor, ¿no lo crees? —le digo realmente acalorada.

Ella ríe y se tapa los ojos mientras yo me quito la blusa.

—¿Qué? —le pregunto riendo al ver que ella se sonrojó demasiado.

Dejó de taparse los ojos y se dedicó a mirarme.

Caminé hasta sentarme frente a frente con ella.

Empecé a besarla. Le quité la blusa y la acosté, colocándome encima suyo.

Tomé sus caderas mientras bajaba mis besos por su cuello, sus clavículas y sus pechos.

Besé su abdomen y fui bajando hasta su vientre. Desabroché su pantalón y me deshice de él demasiado rápido.

Volví a subir hasta sus labios y los besé con tal delicadeza mientras ella bajaba mi falda.

Iba bajando su mano hasta meterla bajo mis bragas, haciendo lo necesario para llenarme de placer.

El placer me hundía. La única forma de expresarlo a parte de gemir era morder la blanca piel de su cuello.

El sabor de su piel es el mejor.

Dejó de hacer lo que hacía, para quitar mi sostén y empezar a jugar con mis senos.

La interrumpí ya que había bajado hasta sus entrepiernas.

Bajé aquellas bragas color azul y empecé a acariciar su parte. Me encanta escuchar y ver como se retuerce de placer.

Me dediqué a quitarle el sostén y besar sus senos mientras que mis dedos jugaban con su clítoris.

—Para —me pidió entre gemidos.

Mordí su seno por última vez para bajarme y darle un beso en su vientre, muy cerca de su parte.

Dejé de jugar con su clítoris para meter dos dedos en ella, haciendo que soltara un fuerte gritó que provocó mi risa.

—Mierda Hollie, se te va a salir hasta el demonio que llevas dentro —le dije tratando de recuperar la respiración.

Saqué mis dedos de ella y volví a besarla.

Me acosté a su lado, cayendo realmente cansada.

Me abrazó y besó mis clavículas para después besar mis labios.

—Mierda Gretel, contigo me siento como una maldita perra —me dice agitada.

—En ese caso eres mi perra —le respondo mirándola con una sonrisa.

Ella rió y yo le di un beso en la frente para después cerrar mis ojos y descansar.

La abracé fuertemente; sabiendo que ella estará conmigo hasta el final.

Knee Socks☁️; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora