ocho

1.7K 137 18
                                    

Los temblores te habían despertado hace media hora, pero habías permanecido en cama sin mucha fuerza física y de voluntad para pararte. Finalmente, después de lo que te parecieron horas, estiraste tu mano y tomaste el reloj de la mesita de al lado de tu cama; esta daba las ocho de la mañana, pero la luz grisácea del cielo de Londres hacia parecieran mas tarde. John te había advertido que habían posibilidades de que te diera fiebre pero seguramente no la hubieras tenido si no hubieras dormido en el frio suelo toda la noche. Habías arrastrado la sabana contigo pero aun así no fue suficiente como para mantenerte lo necesariamente caliente mientras dormías.

Estabas por pararte cuando la puerta de tu cuarto se abrió, haciendo que te movieras a un lado por reflejo, aun que la puerta no alcanzaba a golpearte. Sherlock emergió por ella, luciendo histérico y enojado, con sus pijamas aún puestas y con su bata azul descubriéndole un hombro.

–¡Se llevo mi celular! –Giró su cabeza y vio la cama vacía, arqueando una ceja cuando no te encontró.

–¿Quién? ­–­Preguntaste adolorida desde abajo. Sherlock volteó a tu dirección y frunció el ceño cuando te encontró botada en el suelo, enredada en tus sabanas blancas.

–Por el amor del cielo,(Nombre), ¿qué estas haciendo allí abajo? –Preguntó mirándote extrañado desde arriba.

–Despertando –Respondiste naturalmente, dándole una sonrisa tímida y débil. Sherlock te observó unos segundos mas y luego sacudió la cabeza, deshaciéndose de lo no importante: tu en el suelo.

–¡John se ha llevado mi celular! –Volvió a retomar el tema–. Es infantil y ridículo, no llegó a comprender el por qué de sus acciones.

Parpadeaste alzando una ceja cuando oíste que no tenía idea de por qué John lo había hecho–. ¿Tal vez para que no lo llamaras a las seis de la mañana exigiendo que te traiga tu trabajo?

–Yo no haría eso –Dijo mirando hacia ti y poniendo una mueca incrédula en su rostro, sacudiendo la cabeza.

–Si lo harías.

–Tienes razón si lo haría –Confesó, cambiado de expresión rápidamente y asintiendo.

–También le llamarías a Molly y le pedirías que te enviará una foto del cadáver para continuar el trabajo.

–Correcto, también haría eso.

–Pero no puedes –Dijiste, reafirmando la situación en tu cabeza–. Por qué John se ha llevado tu teléfono.

Es como si le hubieras recordado de que estaban hablando originalmente, por qué su rostro volvió a cambiar a ira. Caminó de lado a lado por tu habitación, prosiguiendo con ignorar el hecho de que estabas en el suelo enferma. Comenzaste a pararte lentamente, temblando un poco en el proceso y finalmente sentándote en la cama, abrazando la sabana más hacia ti. El cuerpo cortado no era una sensación muy agradable que digamos, y la cama, inconveniente, estaba fría.
Sherlock se detuvo y esto causó que alzaras la mirada hacia el, con curiosidad de lo que haría a continuación. Observó a la pared un segundo antes de dispararse hacia ti y colocar sus manos sobre tus hombros.

–Tu tienes un celular –Habló, sonriendo, cosa que nunca te dedicaba a menos que quisiera algo de tu parte.

–Así es... –Murmuraste, girando lentamente tu cara hacia una dirección que no apuntara a la suya.

–Tu lo llamaras –Dijo dándote unas palmadas en uno de tus hombros y volviendo a pararse derecho. Abriste y cerraste la boca continuamente, procesando su idea y buscando algo que decir.

–¿Por-por qué yo? –Preguntaste girando hacia el, que ya se encontraba en la puerta.

–A ti no te dirá que no –Explicó, mirándote extrañado por el hecho de que no hubieras comprendido tan simple plan.

Human Error | Sherlock y Tú . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora