Nada.
Nos sabías cuantos días habían pasado, pero ni un solo caso que "fuera digno de su tiempo" había surgido para Sherlock. Después de llegar de trabajar, te sentabas en la mesa y abrías su computadora, comenzado a leerle, en voz alta, todos y cada uno de sus emails. Sherlock se se sentaba en el sillón, recargando sus codos en su regazo y con sus manos en su cabeza, escuchando atentamente a las personas que acudían por su ayuda. Algunos casos los resolvía con tan solo escuchar de que se trataban, así que te comenzaba a dictar todo lo que había resuelto y tú lo escribías en un correo, para mandárselo de regreso a la persona que lo había contactado.
Cada día era peor, había dejado de afeitarse y a diferencia de cuando recién habías llegado, comenzó a usar ropa mucho más casual, como camisones, batas y pantalones sueltos. A veces simplemente permanecía en pijama todo el día.Un día, la Sra. Hudson le comentó acerca de su barba, sugiriendo que debería afeitarse de una vez por todas. No es que tuviera una larga cabellera cayendo de su rostro, pero comenzaba a resaltar y a sobresalir de su cara. Después de un pequeño debate con la Sra. Hudson acerca de su cabello facial, Sherlock finalmente accedió a afeitarse la barba.
Se había adentrado al baño y estaba en ese asunto cuando su celular comenzó a sonar desde la sala. Un quejido salió de sus labios y lo pudiste escuchar desde tu lugar en la mesa.
–¿Podrías pasarme el celular? –Te pidió sin esforzarse por soñar amable, escuchando el sonido del rastrillo deslizarse contra su piel.
Diste un ultimo clic antes de pararte para tomar el teléfono de su sillón y caminaste hacia el baño; tenía espuma en su cara y estaba pasándose el rastrillo por su mejilla, dejando un rastro sin crema en su rostro.
–Contesta y ponlo en alta voz –Ordenó sin delicadeza, abriendo la boca en un ovalo para que fuera más fácil rasurarse una zona de la mejilla.
Lo observaste por un segundo, con el ceño ligeramente fruncido y la boca torcida, esperando que de alguna manera se corrigiera y mínimo te lo pidiera apropiadamente. Al ver que no hacías lo que te había dicho, Sherlock giró su cabeza hacia ti y te dio una mirada confundida y molesta, con el ceño fruncido y sin remover la forma ovalada de su boca.
–¿Algún inconveniente?
Suspiraste derrotada, negando con la cabeza y finalmente presionaste unos botones, contestando la llamada y poniéndolo en alta voz.
–¿Sherlock? –Se escuchó la voz de John.
–John –Saludó de regreso a este, volviendo a mirarse en el espejo.
–Escucha, ¿Podrías ser tan amable de pasarme el número de (Nombre)?
Sherlock, sin dejar de mirarse contestó:
–Te está escuchando en este momento –Murmuró con algo dificultad al pasarse el rastrillo por una zona cercana a la boca.
–Hola, John –Lo saludaste, sonriendo aún que sabías que no te podía ver.
–¿Está en altavoz? –Preguntó el doctor.
–Creí que al decir que (Nombre) podía escucharte comprenderías que lo está –Habló Sherlock terminando de quitarse su último rastro de barba.
–Si, uh, como sea...¿(Nombre) podríamos hablar? –Preguntó y por su tono de voz sabías que se refería a hablar en privado.
–Oh, claro –Viste como Sherlock, después de mojarse y secarse la cara, se iba desinteresadamente a la cocina, aún secándose con la toalla.
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Human Error | Sherlock y Tú .
Fiksi Penggemar-Como ya he dicho antes, el sentimiento es un defecto químico que se encuentra en el bando perdedor, un simple error humano. -En ese caso, Sherlock, creo que aún no te das cuenta de que acabas de unirte al "bando perdedor". Todas tus habilidades se...